Presentación del número 9 (2) de Quintú Quimün. Revista de Lingüística

Abstract

Miserias y alevosías

anudan mis pensamientos.

Entre las aguas y el viento

me pierdo en la lejanía.

La exiliada del Sur, Violeta Parra.

De Violeta Parra son los versos que elegimos para el epígrafe. Son de ella porque, para quienes vivimos en el Sur, Violeta es la persona que encarna la escucha del otro para darle voz. Este año, uno de los tantos temas que nos convocaron fue justamente la dificultad del diálogo como resultado de esa especie de sordera selectiva que nos instruyen desde los lugares de poder. Esa sordera que ni siquiera se destraba cuando el perjuicio de no escucharnos nos afecta a todos. Lo peor de no escuchar es que va haciendo que hablar resulte cada vez más difícil, que sean unas pocas voces las que se escuchan y que esas voces ni siquiera representen a la mayoría, justamente porque no se escucha a esa mayoría.

Esta forma de vincularnos atraviesa todos los espacios, y las instituciones como las universidades no son ajenas. Por supuesto que hay muchos asuntos que se presentan con una complejidad irremontable debido al brutal (e ilegal) desfinanciamiento que sufre el sistema de educación público, pero hay muchos otros que hace tiempo hemos dejado abandonados por esta lógica del silencio y la sordera selectiva. Si no podemos escucharnos porque siempre estamos a la defensiva, si de lo que nos llega nos quedamos con los fragmentos que validan nuestra opinión previa, es muy difícil pensar en instituciones que caminen levantando voces y que se repiensen en función de esa escucha. El colonialismo, por ejemplo, impregna las lógicas de los planes de estudio y del intercambio de conocimiento, pero aunque esto ha sido dicho de todas las maneras posibles, no se logra planificar un trabajo colectivo que luego impacte efectivamente en los espacios de enseñanza. Ahora se discute con énfasis cómo incorporar la mal llamada “inteligencia artificial” en los planes y se apuesta al dictado de capacitaciones en esta dirección, mientras al lado nuestro el silencio y la sordera siguen ignorando los saberes y necesidades de personas reales, de carne y hueso, a las que muchas veces ni siquiera vemos.

Nos gusta pensar que desde el espacio de QQ podemos sumar un granito de arena para algo superador, aunque sabemos que no es sencillo porque, en ocasiones, nos resulta difícil escapar a esa lógica de la que somos conscientes y a la que criticamos enfáticamente. Por eso, insistimos y nos insistimos en la escucha, para que cuando tengamos la oportunidad invaluable de que nos hablen, nos propongan, nos interpelen, seamos capaces de gambetearle a la sordera selectiva. Seamos capaces de recoger, como nos enseñó Violeta, esas voces y tratar de plasmarlas en un proyecto colectivo de verdad, que sepa calmar el barullo académico y sentarse alrededor del fuego a escuchar.

AGRADECIMIENTOS

En este contexto tan complejo, cabe alegrarnos por sostener un año más con dos números y con una proyección sumamente interesante de propuestas para los números que vienen, como pueden apreciar en la pestaña de convocatorias de la página de QQ. Y tenemos planes variados, que nos entusiasman mucho, para llegar a un público más amplio con nuestras secciones divulgativas. Pero enfocándonos en este número, queremos empezar agradeciendo a quienes realizaron las evaluaciones de los diferentes artículos. La evaluación de artículos especializados es una de las tantas actividades no remuneradas que realizamos y que, en cierto momento del recorrido académico, tiene poco impacto en nuestro currículum. Por esto, es sumamente valioso ese tiempo dedicado a contribuir con la calidad del conocimiento que se publica y, en momentos en los que prima lo individual, cada “sí, acepto evaluar” o “esta vez me resulta imposible, pero les sugiero contactar a X” es un golpe de aire fresco.

Queremos agradecer también a quienes enviaron trabajos para su consideración en QQ. En esta oportunidad, entre lo recibido contamos con dos artículos sobre la lengua y la cultura mapuche y una reseña escrita por Lucas Curapil y Silverio Ortiz sobre Nicacio Antinao. Nicacio fue quien inició la Cátedra Libre de Lengua y Cultura Mapuche de la Facultad de Lenguas (UNComahue) y realizó una enorme labor para contribuir con la enseñanza del mapuzugun. Estos tres textos tienen resumen, título y palabras clave en esta lengua. También el artículo de Lingüística que no muerde tiene su resumen traducido por Pedro Cariman, integrante de Kizu Iñciñ, organización mapuce en la UNKo. Van a ver que todos esos textos en mapuzugun están escritos con distintos grafemarios, ya que la propuesta fue que cada quien utilizara el grafemario que emplea normalmente. Si tienen ganas de saber un poco más sobre el asunto de la escritura, pueden ir al artículo de LqnM del 9(1).

En este número van a encontrar también una entrevista a Teresa Parodi (Universidad de Cambridge), especialista en adquisición de primeras y segundas lenguas, que nos cuenta sobre su recorrido académico, sus intereses y cómo ve la disciplina. La reseña gestionada por José Silva Garcés estuvo a cargo de Natalia López-Cortés, de la Universidad de Zaragoza, y fue sobre Darwin y la evolución del lenguaje humano, libro editado por la Universidad Nacional del Litoral en 2024. Finalmente, Noelia Stetie nos habla sobre las ambigüedades en un escrito ameno y divertido para la ya clásica sección de LqnM. Para finalizar, va el agradecimiento a todo el equipo editorial, en particular a Silverio por el trabajo de maquetación y diseño, que siempre sorprende gratamente a las autoras y autores de los artículos.

PARA CERRAR…

Este número asoma en el mismo cierre de las V Jornadas Patagónicas de Lingüística Formal (JPLF). QQ y las JPLF mantienen desde siempre un lazo íntimo: la primera convocatoria de la revista estuvo dirigida a quienes expusieron en las II JPLF (2015), y es una alegría ver que, pese a las dificultades, ambos espacios se siguen sosteniendo y renovando. Mientras escribimos estas líneas, las presentaciones avanzan, las voces se entrecruzan y compartimos la charla que da vida a este encuentro; al mismo tiempo, damos los últimos toques a esta edición que nace en plena conversación. El calor aprieta, pero el viento patagónico —que por fin llega— trae alivio y le pedimos que pueda llevarse las tristezas del año y hacer circular las ideas y el entusiasmo para seguir inventando.