Ética y efectos políticos-sociales de la tecnología.

Abstract

Desde el punto de vista de la valoración moral, podría decirse que hay, frente a la tecnología, tres actitudes posibles y que de hecho han sido sostenidas explícitamente alguna vez:
1) la "tecnofilia" (consistente en el elogio incondicional, el panegírico o incluso la apología de la técnica moderna),
2) la "tecnofobia" (el rechazo igualmente incondicional, el apostrofe, la calificación de la técnica como lo "demoníaco"),y
3) la indiferencia (es decir, ia actitud consecuente con la concepción de todo lo técnico y tecnológico como un ámbito de "neutralidad valorativa"). Cada una de estas actitudes suele ser defendida con argumentos peculiares, a menudo válidos. La "tecnofilia" recurre con frecuencia a la importancia del "progreso", y al hecho de que la tecnología permite alcanzar formas cada vez más perfeccionadas de organización social y económica. No cabe duda de que ia técnica, en general, es índice y testimonio de la inteligencia humana. Ya en el siglo pasado, Ernst Kapp hablaba de ella como una forma de "proyección orgánica", por medio de la cual el hombre aumenta la capacidad de su acción sobre el mundo. En nuestro tiempo, el tema de la técnica como mecanismo compensatorio de las naturales deficiencias orgánicas humanas ha sido tratado con frecuen cia y desde perspectivas diversas.