(En)clave Comahue, N°24, 2018 FADECS - UNCo

Un estudio de agricultura y ruralidad en el territorio de la Patagonia Norte. Posiciones, acciones directas y negociación local

A study of agriculture and rural life in the territory of Northern Patagonia. Positions, direct action and local negotiation

Norma Beatriz Andrade *
FADECS / UNCo
normabeatrizandrade@gmail.com

* Licenciada en Turismo. Especialista en Sociología de la Agricultura Latinoamericana. Docente e investigadora del Grupo de Estudios Sociales Agrarios (GESA), Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue.

RECIBIDO: 20/12/2017
APROBADO: 10/4/2018

Resumen

Esta propuesta atiende la relación Agricultura/Ruralidad en la zona tradicional del Alto Valle en Neuquén. El artículo analiza las posicio nes de los actores sociales, la negociación local y las acciones directas en tanto estrategias de resistencia activas colectivas de los sectores que integran el circuito frutícola, frente a la cambiante evolución de la economía sectorial y global. El estudio se plantea en un contexto de conflicto de intereses entre distintos actores sociales, agrarios y no agrarios. La localidad de Colonia Centenario, ubicada en el Alto Valle neuquino, posee un fuerte dinamismo de actores sociales. La relación agricultura/ruralidad se plantea como una relación asimétrica construida por los sujetos, en tanto actor rural local y regional. En ese escenario, los desarrollos empíricos evidencian los “nuevos” rasgos de la agricultura en el área agrícola de colonización inicial de Centenario, donde aún existe un protagonismo de la agricultura familiar, no sin resistencias e iniciativas. Esas tensiones sociales reconfiguran el mapa a nivel de territorio y de estructura social.

Abstract

This proposal is focused on the relationship Agriculture/Rural Affairs in the traditional area of Alto Valle located in Neuquén. The article analyzes the positions of social actors, local negotiation and direct action as active resistance collective strategies of the sectors that make up the fruit circuit, facing the changing evolution of the sector and global economy. The study arises in a context of conflict of interests between different social, agricultural and non-agricultural actors. The town of Colonia Centenario, located in the Upper Valley of Neuquén, has a strong dynamism of social actors. The agriculture/rurality relationship is presented as an asymmetrical relationship built by subjects as local and regional rural actors. In this scenario, the empirical developments have shown the “new” features of agriculture in the area of initial colonization of Centenario, where family farming still has a central role, not without resistance and initiatives. These social tensions provide new configurations of the territory and social structure.

Introducción

En América Latina en general y en Argentina en particular, las últimas décadas se caracterizan por el énfasis que se hace en la necesidad que tienen los agentes rurales de reconvertirse para tornarse competitivos. Pero al mismo tiempo, dan cuenta de la crisis económica y social en que se encuentran las unidades de producción.

Así, reconversión, competitividad, crisis económica-financiera, política y social aparecen como elementos ineludibles al analizar los espacios rurales.

La fruticultura de manzanas y peras en el norte de la Patagonia ha sido durante las últimas décadas una de las actividades productivas más dinámicas del país. Se trata de un sector económico, que no sólo experimentó una expansión cuantitativa de la producción, sino también una profundización del proceso de acumulación a través de la integración vertical (Bendini, 2002).

Este artículo analiza las posiciones de los actores sociales, la negociación local y las acciones directas en tanto estrategias de resistencia activas colectivas de los sectores que integran el circuito frutícola y el resto de la sociedad local.

Los hallazgos se focalizan en los sujetos sociales a nivel regional (Alto Valle de Río Negro y Neuquén) y a nivel local (área agrícola de la localidad de Centenario ubicada en esa importante región frutícola de exportación en el norte de la Patagonia).

El estudio se plantea en un contexto de conflicto de intereses entre distintos actores sociales, agrarios y no agrarios. 1 Las problemáticas en el uso del suelo debido a su aptitud para distintos usos no son un asunto nuevo en la región valletana, debido al paulatino corrimientode la frontera urbana en detrimento de las áreas agrícolas.

La cuestión tiene muchas aristas, de las cuales, la pérdida de suelos productivos –y por lo tanto, pérdida de capacidad potencial de generar ingresos– es sólo una. Así, uso agrícola versus uso recreativo, versus especulación inmobiliaria, versus exploración petrolífera son flancos de tensión crecientes que predominan en el tejido social regional y local.

Como se viene mencionando, la temática se centra en descubrir los nuevos rasgos de laagricultura en las zonas más tradicionales del Alto Valle en Neuquén, en tanto escenario regional y local, frente a la cambiante evolución de la economía sectorial y global.

En ese contexto de presiones pero también de oportunidades adquiere relevancia el papel de los actores sociales. Así, el espacio rural cumple funciones mientras que los sujetos que lo habitan llevan a cabo acciones, sin las cuales, aquél carecería de lógica territorial.

La exploración de los procesos se realiza entre actores sociales agrarios tengan o no principalidad agraria y sujetos sociales no agrarios en las zonas tradicionales del Alto Valle de Río Negro y Neuquén a través de entrevistas en profundidad 2 localizadas en esa importante región frutícola de exportación, durante los años 2003-2004 y 2007-2008. También, se utilizan fuentes secundarias: periodísticas, documentales, triangulando los contenidos hallados a través de una minuciosa revisión bibliográfica.

La perspectiva metodológica se aborda desde un enfoque cualitativo, que incluye la aplicación de un muestreo teórico. 3 Son los resultados que se van obteniendo los que indican la mayor o menor necesidad de ampliar la muestra. En esa medida, durante el desarrollo de la investigación se fue ajustando el número y el perfil de los entrevistados.

En el análisis de los datos se aplica el método de análisis de contenido. El mismo permite la identificación de temas importantes en la situación estudiada que ayudan a cuestionar frecuentemente las interpretaciones y ofrecen sugerencias para elucidaciones alternativas.

Fundamentación

En su génesis, la matriz productiva del Alto Valle se basó en una estructura predominantemente familiar con uso intensivo de mano de obra.

La localidad de Colonia Centenario ubicada en el Alto Valle neuquino posee un fuerte dinamismo de actores sociales, en la cual, la relación agricultura/ruralidad se plantea como una relación no lineal construida por los sujetos, en tanto actor rural local y regional.

En ese escenario de desafíos emerge la nueva ruralidad y la multifuncionalidad de la agricultura, contexto de debate en el que se inscribe este trabajo, 4 en un espacio rural local donde aún hay un protagonismo de la agricultura familiar, no sin resistencias e iniciativas. Por espacio rural multifuncional se entiende un espacio rural que genera renta y empleo; que protege el entorno físico y socio-cultural, la biodiversidad, y el paisaje; que promueve la gestión equilibrada del territorio y que contribuye al desarrollo general cimentado en el mantenimiento de valores culturales y una forma de vida que le son propias (Pérez Correa y Sumpsi, 2002)

La mirada de la nueva ruralidad en la relación agricultura/ruralidad se centra en los suje tos sociales, en tanto nuevos y viejos personajes de un espacio rural penetrado por el mundo urbano.

Paradójicamente, los actores sociales rurales ponen en práctica diferentes mecanismos y estrategias adaptativas, que les permitan permanecer como actores activos e integrarse, a través de transformaciones en sus patrones culturales. Entre esas estrategias se citan: integración vertical de base rural, diversificación de actividades dentro de su unidad de producción, asociaciones entre pequeñas unidades, nuevos usos como el turismo rural, la producción de artesanías, el agroturismo, además de la oferta de productos agroindustriales elaborados con la aplicación de buenas prácticas agrícolas, como elemento diferenciador y de valor agregado.

El recorrido de la propuesta investigativa despliega tres tópicos. En primer lugar se expone ampliamente el espacio que constituye el caso de estudio, caracterización de la región en que se encuentra y contexto de las actividades que se llevan a cabo.

En segundo lugar, se exhibe una construcción de perfiles de actores, en tanto sujeto social rural que amplía sus posiciones y competencias en un espacio y tiempo concreto.

Finalmente, se analizan las acciones directas como estrategias activas-colectivas de los sectores que integran el circuito frutícola y el poder de negociación local frente a la problemática regional agrícola por parte de los actores colectivos e institucionales de interés agrario.

Los hallazgos acerca de los nuevos rasgos de la agricultura en el área bajo riego de Centenario, en el marco del proceso de globalización, revelan nuevos ordenamientos en las relaciones sociales del sector agrícola a nivel regional y local. La globalización implica cambios radicales en las sociedades contemporáneas, que afectan las dimensiones de lo económico, lo político, lo social y lo cultural.

En ese proceso de globalización, caracterizado por las grandes concentraciones de capi tal y la competitividad en los mercados internacionales, los pequeños y medianos productores se enfrentan a un escenario en el cual no tienen espacio, no pueden adaptarse ni competir ante esta nueva realidad: organización empresarial a escala; incorporación de nuevas especies y tecnología de punta; controles externos y fertilización foliar, factores que producen una gran heterogeneidad entre los productores: que va desde una diferencial inclusión subordinada hasta la exclusión.

El abordaje se enmarca en un análisis contextual de desarrollo de las fuerzas productivas en relación con un tipo de Estado y un proceso de acumulación que les da lugar y con los cuales se articulan.

El alcance del trabajo permite un análisis de las relaciones productivas que se dan al interior de la estructura social de la zona frutícola valletana en general, y de la localidad de Centenario en particular.

Región económica y espacio social del área en estudio

La región valletana es una zona de agricultura bajo riego5 de alrededor de 135.000 hectáreas en las provincias de Río Negro y Neuquén, en el norte de la Patagonia argentina; y constituyen una región6 en la que los aspectos económicos y sociales de su desarrollo están fuertemente asociados a las modalidades de expansión de la fruticultura de exportación (Bendini, 2002: 358).

En este sentido, el espacio valletano se caracteriza desde sus inicios por una marcada especialización en el uso del suelo, dedicado al cultivo de peras y manzanas, que tiene como principal destino el mercado externo (Bendini y Radonich, 1999:57). Alrededor del 70% de la producción de manzanas y el 80% de la producción de peras se destinan a la exportación en fruta fresca y productos industrializados, principalmente jugos (Bendini y Tsakoumagkos, 2003:43).

Hasta fines del siglo XIX, la región del Alto Valle fue considerada un área de frontera interna. Si bien la fertilidad y potenciales productivos de la zona fueron ya percibidos por los grupos originarios que la habitaron (Bandieri y Blanco, 1999), la misma fue integrada a la economía nacional –como se explica más adelante– a partir de la incorporación progresiva por parte del Estado de superficies regables.

“Alto Valle” es la denominación tradicional del área de colonización inicial ubicada sobre la margen izquierda del río Negro, desde las inmediaciones de la confluencia de los ríos Neuquén y Limay hasta la finalización este del canal principal de riego. Esta zona abarca un conjunto de localidades con una fuerte impronta de la fruticultura en su historia y en su actualidad (Bendini y Tsakoumagkos, 2003).

Entre ellas, el trabajo se focaliza en la localidad de Colonia Centenario ubicada al noroeste y a 15 kilómetros de la ciudad de Neuquén Capital. Ambas ciudades se comunican a través de la Ruta Provincial No 7.

Actividades y actores sociales. El paisaje rural en Colonia Centenario

La Colonia Centenario fue creada oficialmente en el año 1922, por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen. Los hallazgos realizados por otros investigadores acerca de la creación y origen de la Colonia Centenario7 muestran que la importante corriente migratoria de contingentes extranjeros provenientes de países como España e Italia y la llegada del ferrocarril a laconfluencia de los ríos Limay y Neuquén en el año 1899, contribuyeron a afianzar el desarrollo de las colonias agrícolas de la región valletana, zona geográfica que se extiende desde Villa Regina hasta Plottier incluyendo Centenario y su zona de influencia- Vista Alegre norte y surubicadas sobre la margen derecha del Río Neuquén al NE de la Sección I- Nomenclatura Catastral- de la provincia del Neuquén.

El surgimiento de la Colonia agrícola de Centenario está en estrecha relación con la construcción del dique Ing. Ballester sobre el río Neuquén. Este complejo hidráulico fue construido para resolver los problemas de regadío y defensa de los valles inundables ante la crecida del río Neuquén. La mejora del sistema de riego favoreció el desarrollo de las primeras colonias agrí colas, entre las que se destaca Centenario.

El gobierno radical abre una nueva política8 orientada a detener la enajenación de la tierra pública, favorecer los intereses de los productores de las pequeñas explotaciones y a determinar el real valor agrológico, económico y social de la riqueza pública antes de proceder a su venta o enajenación (Bandieri y Blanco, 1999).

En 1919, durante la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, surgió entre los obreros y empleados en la construcción del dique sobre el río Neuquén, la iniciativa de “solicitar la adjudicación de las tierras ubicadas sobre la margen derecha de dicho río al N.E. de los lotes 2 y 3 de la Sección I del Territorio del mismo nombre, y reservadas por la Dirección de Tierras y Colonias en 1911, para la formación de una colonia agrícola” (Morinelli de Cava, 1981:74).

En 1921 se formalizó el pedido y “fruto de las gestiones 9 fue el decreto del Poder Ejecutivo del 11 de octubre de 1922, por el cual se creaba sobre la reserva fiscal una colonia agrícola- pastoril sin denominación y a la que, más tarde, se le asignó el nombre de ‘Centenario’10 por decreto del 28 de febrero de 1924” (Morinelli de Cava, 1981: 77).

La empresa del Ferrocarril Sud (de capitales británicos) financió poco más del 50% del costo inicial de las obras del dique y construyó, por contrato con el gobierno nacional, la red de canales y desagües que completarían el sistema integral de riego años más tarde. Acambio de ello, la empresa recibió títulos nacionales denominados “bonos de irrigación” que devengarían un interés anual del 5% y serían cubiertos por el gobierno mediante el cobro de un canon de riego a los beneficiarios. (Bandieri y Blanco, 1998:23)

El decreto de 1922 se inspiró en el objetivo de hacer entrega de la tierra a quienes declararan inquietudes de proceder a su inmediata explotación. Se puso de manifiesto un criterio de división de la tierra en parcelas de 10 a 15 hectáreas, previo análisis de que las mismas constituyeran unidades económicas para colonos con familias, en zonas de agricultura intensiva bajo riego.

Así, Centenario quedó definida desde su creación como una colonia de medianos y pequeños propietarios, en donde, aun los que contaban con limitado o ningún capital inicial pero tenían vocación de colonos, tuvieron acceso a la tierra.

En síntesis, los principales factores que articularon la conformación y puesta en marcha de una de las economías más dinámicas del país refirieron a:

- La llegada de los primeros inmigrantes europeos, provenientes de Italia y España a fines del siglo XIX.

- El tendido de las vías ferroviarias que permitió la conexión con el puerto de Buenos Aires, propiedad de la empresa inglesa Ferrocarril del Sud, en 1899.

- Recursos hídricos, más tarde, potenciados por Ferrocarril del Sud, a través de la ejecución de grandes obras, dando lugar a un sistema integral de riego en toda la región valletana, a partir de 1911.

- Creación de la Compañía de Tierras del Sud por Ferrocarriles del Sud e inicio, en 1913, del fraccionamiento de las tierras en pequeñas explotaciones con orientación a la fruticultura intensiva.

-Creación de la Estación Experimental Agronómica de Cinco Saltos en 1918.11 Losgenetistas y fito patólogos que trabajaban en esa Estación sugerían, en publicaciones de acceso gratuito al productor, “la conveniencia económica” de trabajar la tierra en pequeñas fracciones de hasta 10 hectáreas para permitir el cultivo intensivo de las mismas en explotaciones familiares, dando preferencia al frutal.

- La creación en 1928 de la Argentine Fruit Distributors, empresa subsidiaria de Ferrocarril Sud.12

- La presencia del capital inglés ejerce un rol monopólico, controlador del empaque, transporte y comercialización de la fruta con una estrategia productiva que acompañada de políticas públicas propicia la existencia de pequeños productores familiares independientes, asegurándoles además de apoyo técnico y financiero la obtención de una ganancia positiva.

- En la década del ’30, la fruticultura se organizó alineada a la exportación; y los capitales británicos tuvieron un rol protagónico dado que no sólo impulsaron y financiaron la organización del riego, el loteo y la orientación de la producción; sino también modelaron el perfil de un sujeto productor.

De este modo, el ferrocarril actuó una vez más como entidad promotora de la producción del país y, en el caso del Valle, de la fruticultura intensiva. La empresa británica incrementaba las cargas a transportar aumentando los beneficios, a la par que cumplía un servicio y brindaba asesoramiento técnico especializado a gran número de productores.

Precisamente, la actual estructura social agraria del Alto Valle resulta de un proceso histórico en el que se destacan dos grandes etapas: la colonización, que se inicia a principios delsiglo pasado, seguida de la subdivisión de las tierras en pequeñas parcelas; y una segunda etapa de desarrollo de la agroindustria frutícola y de la ampliación de modalidades de parcelas (Bendini, 1999).

En su génesis, la matriz productiva del Alto Valle se basó en una estructura predominantemente familiar con uso intensivo de mano de obra. No obstante,

Resulta evidente el interés demostrado en la reconversión productiva regional y el rol adjudicado en ella a las pequeñas explotaciones, lo cual se explica en función de la planificación conjunta de la actividad por parte de los capitales británicos, como luego se verá en el tratamiento de los actores sociales. (Bandieri, 1999: 33)

A partir de la promoción de la fruticultura, la organización social del trabajo combina la presencia de trabajadores familiares con el empleo de mano de obra asalariada. La expansión demográfica y económica de la región estuvo fuertemente condicionada por esta orientación productiva y por las características generales de las actividades proveedoras de insumos y servicios.13

Siguiendo a Bendini la expansión de la fruticultura es de oeste a este en la cuenca del Río Negro y los sujetos sociales emergentes en esa estructura agraria son:

- Primero, los chacareros propietarios de pequeñas explotaciones agrícolas: productores familiares, migrantes, en especial italianos y españoles. Quienes se constituyen en el eje y sostén de la misma, y a la vez, con su trabajo fueron acumulando capital económico y cultural; incorporando tecnología; y ocupando diferencialmente un lugar en la estructura social.

- Y después, con la integración de la actividad, los fruticultores: empresarios total o parcialmente integrados.

Entonces, a medida que se consolida el complejo agroindustrial, se fortalecen las tendencias expansivas de la actividad, los procesos de subdivisión de predios y la creciente incor-poración de mano de obra estacional. Esto último genera procesos inmigratorios estacionales de alcance nacional –del resto de la región, de otras zonas del país–14 e internacional, de Chile y Bolivia (Bendini y Tsakoumagkos, 1999:18).

Por otro lado, respecto a las relaciones productivas que se dan al interior de la estructura social en la región, en el artículo “Los trabajadores del sector frutícola”, se encuentra un interesante análisis acerca del proceso de innovación tecnológica en la fruticultura del Alto Valle. Los autores señalan que ese proceso fue desigual al interior de los productores y diferencian las siguientes categorías:

- Productores familiares: poseen plantaciones viejas y de tipo tradicional, no disponen de las variedades requeridas en la actualidad. Poseen bajos rendimientos, altos costos de producción y realizan pocas tareas con medios mecánicos.

- Productores medianamente integrados: renuevan sus montes frutales, pero poseen variedades de escasa comercialización y calidades poco uniformes.

- Productores totalmente integrados: acceden a la tecnología de punta. Integran las etapas de empaque, conservación frigorífica y comercialización (Mendez Boaglio y Arratia, 1996:199).

Lentamente, la subordinación creciente de colonos o chacareros no integrados constituye el campo de control y subordinación del gran capital.

Esa desigualdad también se expresa en la representación que tienen estos dos tipos de sujetos sociales protagónicos.

Los chacareros o productores familiares se nuclean en las Cámaras de Productores locales y su expresión colectiva es la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, gremio de los chacareros: productores independientes e integrados no exportadores; mientras, los fruticultores tienen su expresión gremial en la CAFI: Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, corporación que representa a las grandes empresas exportadoras (Bendini, 2002).

Asimismo, la modernización productiva de las agroindustrias comporta nuevos ordenamientos en las relaciones sociales de producción e innovación tecnológica e impacta en los sectores más vulnerables de la cadena: pequeños productores y trabajadores. Respecto al compor-tamiento de los productores familiares expresado en una diferenciación interna, se infiere que los mismos chacareros se posicionan como productores viables en el modelo económico de la reestructuración productiva, a diferencia de aquellos que denominan pobladores. 15

Es necesario decir que la categoría empírica agricultura familiar está asociada a la creación de un espacio de negociación entre el Estado y las organizaciones sociales y gremiales que representan a los pequeños productores.16 El alcance amplio de su definición se condice con el carácter que el Estado reconoce a la agricultura familiar, la de ser un concepto heterogéneo y genérico, que “incluye a los pequeños productores minifundista, así como a los emprendedores, empresarios pequeños rurales, y personas que trabajan fuera de las explotaciones pero cuyos ingresos contribuyen a la economía doméstica” (Lattuada, Márquez y Neme, 2012: 174 en Bendini, 2014).

Finalmente, desde la perspectiva de los propios actores de la actividad, “el escenario de la estructura productiva frutícola, queda diferenciada en tres subsectores: Los fruticultores, los chacareros y los pobladores” (Bendini y Steimbreger, 2003:54).

Entonces, la matriz económica en la que se opera la modernización tecnológica está condicionada por las características de las innovaciones introducidas, que profundizan su selectividad en las últimas décadas y modifican de modo desigual la capacidad de apropiación y de acumulación de los chacareros (Bendini y Tsakoumagkos, 2003).

En esa trama de relaciones coexisten distintos factores que van conduciendo y haciendo que el fenómeno de una nueva dinámica socio-espacial en el área bajo riego de Centenario se produzca: algunos controlables, otros no controlables; algunos visibles, otros invisibles; algunos dependen del sujeto social, otros ajenos a él.

La suma de esos factores construye la actual realidad como resultado de las condiciones globales materializadas en un territorio específico, a través de los cambios técnicos, productivos y organizacionales que debe incorporar la cadena productiva.

Por otro lado, la sociedad comienza a demandar servicios que antes no eran solicitadossurgiendo así los clubes, countries, establecimientos agroturísticos y otros sitios de recreación cercanos a ciudades aledañas con fuerte concentración de población, que exigen y requieren en forma permanente, espacios para la realización de actividades de esparcimiento.

Este contexto despierta el interés de los actores sociales en invertir en nuevas actividades favoreciendo la instalación de emprendimientos recreativos en corredores con alto equipamiento en vías de comunicación y servicios.17

Pero a la vez, origina controversias respecto a cuál uso del suelo es el más adecuado; suscitándose inconvenientes: conflictos entre pobladores locales, entre nuevos y viejos usuarios del suelo e irregularidades en la implementación de ordenanzas municipales.

Se advierte el territorio como una conjunción de actividades y actores sociales que son parte de un complejo y dinámico entramado social.

Posiciones de los actores sociales en la localidad de centenario

Como se viene exponiendo, en las últimas tres décadas, la fruticultura atraviesa diferentes situaciones que repercuten con mayor énfasis en la actividad de los pequeños productores. Nuevos actores sociales, la reconfiguración del territorio y la intensificación del dominio del capital multinacional sobre el agro generan una redefinición de tramas societarias y posiciones de los actores en el espacio rural.

Algunos de los propietarios de emprendimientos recreativos en el área de Centenario se basan en los siguientes argumentos para ratificar y reafirmar su posición:18

Realizar una inversión que permita reemplazar las variedades frutales actuales por las requeridas por el mercado lleva un proceso costoso no solo en dinero sino también en años, noestando garantizado que cuando las plantaciones comiencen a producir tengan rentabilidad por las propias condiciones de las variables de mercado que afectan significativamente las economías regionales.

Los problemas económicos por los que está atravesando el sector frutícola -precisamente en la producción 2000 y 2001 - resultaron ampliamente negativos para los pequeños y medianos chacareros, por lo que es imposible conseguir inversores para pequeños proyectos con una rentabilidad razonable. Por lo anteriormente expresado creen que es inútil continuar aferrándose a una cultura de producción que no ha sido premiada por la política económica actual y que ha llevado a un amplio sector de la fruticultura a una situación de pobreza casi irreversible.

Hay una toma de conciencia en algunos actores sociales acerca de la necesidad de diversificación de la economía, producto del conocimiento que se tiene acerca de los problemas económicos que sobrelleva la localidad por depender de una sola actividad.

Este contexto, acompañado de una demanda de actividades de recreación por parte de la sociedad, hace que algunos propietarios de chacras miren en su interior y descubran sus recursos para ponerlos en valor turístico-recreativo y satisfacer esa demanda. Así, varios productores locales Los Chalets; Granja Educativa, Los Nonos, entre otros, se diversifican como empresarios recreativos.

Asimismo, consideran que si los impactos ambientales 19 que estos emprendimientos recreativos producen son mitigados y minimizados de tal manera que no afecten la vida y la actividad cotidiana de terceros no tendría que haber inconvenientes para su instalación.

Por otro lado, sostienen que la implementación de emprendimientos recreativos como el Club de Saltos Hípicos; Los Olivos Club de Campo; y La Colonia, entre otros, genera empleo temporal en la localidad –al momento de su construcción– y requieren una planta permanente de empleados para mantenimiento y actividades afines. Se trata de inversores extra agrarios en la localidad.

Mientras, los productores familiares advierten que la tendencia en la actividad frutícola es la concentración e integración de cambios técnicos agroindustriales frutícolas. 20 Los cambios varietales y por especie en el monte frutal se asocian a nuevas técnicas agronómicas, éstos son inducidos desde la demanda y se profundiza la penetración de capital transnacional.

Los siguientes aspectos muestran factores 21 que obstaculizan el proceso de agroindustria en la región y en el área de Centenario:

En el ámbito empresarial se modifican las estrategias de acumulación: aumentos en la productividad, profundización del proceso de integración y expansión a nuevas zonas para adaptarse a las nuevas regulaciones de los mercados externos (Bendini y Palomares, 1993).

Estos movimientos impactan directamente en el resto de los actores con quienes se articulan: los pequeños productores que ofrecen su producción en un mercado oligopolizado y en situación de creciente erosión cuyos indicadores son: falta de rentabilidad, notable retraso tecnológico y acentuado proceso de descapitalización (Pescio y Bendini, 1996).

Las nuevas condiciones de la economía a escala mundial, los niveles crecientes de competitividad y las políticas de flexibilización laboral provocan transformaciones en el sistema agroindustrial y en la sociedad regional.

Asimismo, declaraciones de productores de larga trayectoria en la zona frutícola del Alto Valle indican que su experiencia en la actividad y los problemas que sufre el sector a lo largo de varias décadas está en estrecha relación con las políticas de gobierno a nivel nacional y regional, “hay gobiernos de corte liberal que favorecieron y contribuyeron a las políticas de mayor con centración y acumulación, haciendo que unos pocos sean dueños de medio valle y muchos otros dueños de la mitad restante”.

Otra expresión argumenta: “hasta los años ’70 no había una concentración económica en las exportaciones sino que estaba todo más distribuido. A fines de los ’80 se da la aparición de firmas con mucho poder económico y financiero, con mucha concentración de capital” (propietario unidad productiva, 2007) orientación que se acentúa en la década del noventa hasta la actualidad.

Se observa desde principios de los 90’ algunos patrones comunes que atraviesa los modelos de la región y que obedecen a las tendencias mundiales antes mencionadas, pero también a definiciones políticas nacionales en lo relativo a la transnacionalización de la actividad económica y a su principal expresión en la operación de empresas transnacionales (Amtmann,1992).

Por tanto, las formas de esa integración vertical, han dado lugar a un nuevo enfoque de la agroindustria regional. Dentro de este contexto, “la globalización del consumo en esta región induce un salto cualitativo en la reconversión productiva y modernización tecnológica: continuos cambios varietales, fertilización foliar regulación internacional de los controles de calidad” (Bendini y Tsakoumagkos, 1999:19).

Los sujetos más vulnerables a nivel local: Los pequeños productores o productores familiares atraviesan grandes inconvenientes para poder seguir produciendo -debido a que su escala de producción no les permite adaptarse a estos cambios - lo que ha llevado a muchos a enfrentar el dilema de vender o abandonar sus chacras para dedicarse a otra actividad.

Ante este escenario de tensión, algunos chacareros manifiestan “son necesarias políticas económicas adecuadas de parte del Gobierno nacional y provincial que garanticen la rentabilidad de este sector de la agroindustria, generador de empleo y recursos genuinos”, y expresan la necesidad de que se “estipule cuáles son las tierras destinadas a recreación y cuáles no”, con el objetivo de ordenar las actividades de esparcimiento y las frutícolas en el ámbito local y regional.

Con relación a la urbanización de áreas agrícolas, los chacareros manifiestan:

Criticamos la aprobación del Club de Saltos Hípicos 22 que le permite a la empresa Comasaincluir 40 espacios para viviendas de lujo a la vera de la ruta provincial n° 7, esto invade al sector productivo sin que después se pueda frenar la urbanización en las chacras. (¿Casas o chacras?..., 17 de junio de 1999, Río Negro, pp.2-3)23

La ubicación del club en zona de chacras, es resistida por los bloques de la oposición política, los productores y la agrupación de Mujeres en Lucha.24

Estas resistencias continúan actualmente aunque con escasos resultados en el cese de ese tipo de actividades. No obstante, numerosos documentos públicos y presentaciones a la justicia testimonian las denuncias y demandas de estas irregularidades consumadas por el gobierno municipal en la localidad de Centenario.

Finalmente, los productores sostienen que las tierras deberían ser utilizadas sólo para la producción agrícola bajo el pensamiento y la convicción de que la actividad primaria debe seguir siendo la fruticultura, considerando que la crisis de la misma no es terminal y responde a factores endógenos que se pueden corregir y hacer que la fruticultura recupere rentabilidad.

En síntesis, a medida que aumentan los niveles de concentración también disminuye la viabilidad económica de los chacareros como productores independientes.

En efecto, en los casos en que la tierra es de propiedad privada cada propietario, condicionado por la aguda crisis económica decide qué uso darle a la tierra: “si seguir produciendo o venderla para otros usos más redituables” (propietario unidad productiva, 2008).

No obstante, los agricultores luchan por preservar una cultura de producción agrícola que le ha dado origen a la ciudad de Centenario y que constituye la base fundamental de la economía de la ciudad.

Esto responde a que los chacareros tienen una concepción de para qué y cómo deberíanusarse las áreas bajo riego. Y que ese suelo sea conservado sólo para la producción agrícola por constituir la forma de crear recursos más genuinos que los que genera la actividad de recreación, ya que entienden que la fruta que se exporta trae divisas del exterior que se inyectan en la economía local; en cambio, la recreación sólo genera una redistribución del dinero que ya está en la región.

Además, sostienen que no es conveniente que se continúe con la política de implementación de empresas recreativas sobre tierras productivas porque atenta contra el funcionamiento normal de las chacras, al provocar fuertes impactos sobre el ambiente, haciendo que las chacras tengan un valor muy bajo en lo productivo y muy alto en lo inmobiliario.

Por último, es necesario enmarcar el establecimiento de los mismos legalmente; establecer condiciones para que las actividades recreativas sean lo menos nocivas para el sistema productivo; y que cuando se degraden los suelos, la autoridad de aplicación, adopte las medidas necesarias para retrotraer la situación y recuperar la aptitud para la cual se fijó su uso.

Acciones directas y negociación local de los actores sociales en la región. Demandas sectoriales y políticas públicas

En lo que se refiere a la negociación local frente a la problemática regional los productores de la Federación realizaron importantes avances al proponer un Programa de Reestructuración Frutícola “que se adapte a nuestra economía regional” (Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén (2000) en Bendini, 2002: 364).

El alcance de las propuestas se da en el ámbito fiscal, ámbito promocional-productivo y financiero, ámbito de la infraestructura frutícola y alternativas a la transición, reconversión o reubicación de pequeños y medianos productores que se sienten expulsados del sistema, ya sea por el nivel de endeudamiento o por imposibilidad de conseguir nuevos créditos para seguir adelante con su chacra (Bendini y Steimbreger, 2003:49), además de acuerdos sectoriales, agricultura de contrato, medidas para el endeudamiento actual y financiamiento específico, entre otras (el agregado es propio).

Estas propuestas se enmarcaban en la intención de la Federación y del estado de juris dicción provincial de consolidar un sistema regional público-privado de apoyo a la reconversiónproductiva y organizacional, y se canalizaron, a su vez, a través de la Mesa de Concertación Frutícola que fue convocada por el gobierno provincial, en un intento por transparentar la actividad y por consensuar algunas acciones entre todos los sectores del sistema productivo.

Tanto la mesa de Concertación, desde el Estado provincial, y más tarde, la Mesa nacional de Competitividad, intentan dar una respuesta política a las demandas económicas recurrentes de los productores frutícolas (Bendini, 2002:366).

Asimismo, las demandas sectoriales señaladas se refieren más a políticas que permitieron la reconversión moderna y globalizada de un grupo de chacareros viables, y en segundo plano a las políticas sociales dirigidas a los chacareros ubicados en el estrato de subsistencia o pobladores.

En definitiva, es poco relevante las propuestas de políticas alternativas para el subsector de unidades familiares con acceso limitado al capital o con dificultad de autosostener un proceso de capitalización, aunque estén en el mercado o se capitalicen y se modernicen en forma parcial. Se infiere que esto tiene una correspondencia con la escasez de oferta de políticas públicas para este tipo de productores. Mientras tanto, los productores devenidos en prestadores recreativos no están organizados para demandar al Estado local políticas públicas igualitarias que orienten el desarrollo de sus actividades distintas a las agrícolas, sus acciones en la negociación local son parciales e individuales y las respuestas por parte de aquel se atienen a cada caso particular.

Acciones directas de los actores sociales a nivel regional

Acerca de las acciones directas de los actores sociales en el área de estudio, el análisis de la resistencia se centra en la acción colectiva y el alcance de los movimientos y alianzas entre los distintos sectores sociales que integran el circuito y el resto de la sociedad local, en el caso de uno de los conflictos recurrentes conocidos en la región como: “tractorazos” (Bendini y Pescio, 1996: 210), ocurridos en la región valletana entre 1993 y 1994, 2001, 2009, 2012, 2015. 25

Entretanto el tractorazo y los cortes de ruta propiciados en el 2001 conformaron no sólo un mensaje de alerta y reclamo por parte del sector primario de la región ligado al futuro de la actividad, sino también “fue una reproducción silenciosa de todo lo que sucedía en la cha cra. Y lo manifestaron sacando sus maquinarias viejas a la ruta” (La advertencia de los tractores, 16 de diciembre de 2002, Río Negro, pp 6-7).

El mensaje de los productores en dicha protesta fue unánime y dirigido no sólo a los sectores políticos y aquella gente vinculada directamente con la problemática, sino que “fue dirigido a toda la sociedad: ‘si nos caemos nosotros, la base de la economía de esta región, se caen todos’ decían”, se expresó (La advertencia ..., 16 de diciembre de 2002, Río Negro, pp 6-7).

Los detonantes de las acciones directas en la forma de manifestaciones públicas- plazas, calles, rutas- ya introducidas, anteriormente, han sido las dificultades para la implementación de los diversos acuerdos alcanzados en ambas Mesas – provincial de concertación y nacional de competitividad

Estas acciones expresan las consecuencias del impacto diferenciador de la modernización productiva de la fruticultura como actividad en su conjunto. Esto es así más allá que el contenido manifiesto continúe siendo el endeudamiento bancario y la caída de la rentabilidad (Bendini y Steimbreger, 2003).

Los pequeños y medianos productores, como lo han sido históricamente, son los actores principales de la resistencia y sus denuncias se dirigen fundamentalmente al modelo económico vigente; son los más interesados en forjar la alianza ante la amenaza creciente de devaluación territorial que los perjudique, en la tensión entre el capital inmóvil y el capital trasnacional (Harvey, 1990 en Bendini y Pescio, 1997).

Además, estas acciones directas, para la sociedad en su conjunto, materializan una dramática expresión en las interrupciones de tránsito por las principales rutas regionales llevadas adelante por grupos de productores de cámaras locales.

Mientras, las acciones directas por parte de los propietarios de emprendimientos recreativos, consisten en que se realice por parte del Estado local un informe que dé cuenta de la cantidad de emprendimientos urbanos autorizados en las chacras, y que se estipulen ordenanzas que reglamente y respalde el desarrollo de sus actividades. No obstante sus acciones no adquieren carácter colectivo, como en el caso de los chacareros, sino individual.

Conclusiones

Los tópicos precedentes revelan cómo los cambios técnicos y organizativos de las estrategias productivas o la ausencia de ellas se plasman en el complejo mapa de la dinámica social regional y local, donde las posiciones productivas de trabajadores, chacareros, empresarios y representantes de las principales instituciones de la comunidad agraria se redefinen.

Hay una redefinición del vínculo rural-urbano. En principio, se presenta una gradual imagen de desagrarización del espacio rural y la aparición de otros usos del suelo: uso recreativo turístico, de esparcimiento, ocio y descanso; de explotación inmobiliaria, de extracción y prospección del petróleo, entre los más relevantes.

También, muestra cómo los problemas se profundizan cada vez más en un contexto de transformación excluyente, sin un desarrollo institucional que contenga a quienes se encuentran en situación de desventaja dentro de la cadena de la agroindustria: los pequeños productores, en el marco de profundos procesos de cambios globales, relacionados con:

La concentración de la actividad frutícola en unas pocas grandes empresas y productores medianos sin que ello signifique que la fruticultura deje de ser el motor de la economía en la región.

La cadena productiva profundiza su integración y la expansión territorial, con niveles crecientes de concentración y trasnacionalización. Las nuevas tecnologías facilitan la flexibilización y las alianzas estratégicas, surgen nuevas variantes de inserción como de exclusión de los pro ductores en tanto uno de los sectores subordinados (Bendini, 2002: 368).

Acentuada presión en los espacios por parte del capital, en tanto fenómeno que empuja, provocando un desplazamiento de las unidades agrarias.

La incorporación de nuevas actividades (agroturismo y recreación) ligadas a las estrategias de resistencia de los productores pequeños que no pudieron adaptarse a las condiciones requeridas por el mercado internacional.

La aparición de nuevos inversores que ven en los barrios privados y clubes de campo un nicho de mercado para la especulación inmobiliaria.

La visión de nuevos actores sociales que requieren un papel más dinámico en la formu lación e implementación de políticas públicas a nivel local.

En ese mismo marco del proceso de globalización los movimientos sociales adquieren relevancia, quienes, a través de su organización y movilización, la gente, la sociedad, puede nosólo discutir y negociar sobre aquellos aspectos que le son más cercanos y necesarios, sino también cuestionar el rumbo general que está tomando el mundo en manos de las grandes empresas transnacionales, auténticas protagonistas de la política y la economía mundial (Rubio García, 2001).

En este proceso acelerado de los últimos 10 años, –proceso de cambio que obliga a los productores a ampliar su escala de producción–, donde la mayoría se sabe y se reconoce “excluido” de esa etapa de concentración, cabe preguntarse y por qué no, como una cuestión a revisar en otros avances: Si los pequeños productores han alcanzado a comprender el proceso de cambio en la actividad productiva y económica de la región, frente a otros propietarios de chacras, que en la misma situación y bajo las mismas variables de inestabilidad económica, política y social han logrado reconvertir sus unidades o decidir un cambio de actividad.

En el marco del proceso de globalización, caracterizado por las grandes concentraciones de capital y la competitividad en los mercados internacionales, los pequeños y medianos productores se enfrentan a un escenario en el cual no tienen espacio, no pueden adaptarse ni competir ante esta nueva realidad: organización empresarial a escala; incorporación de nuevas especies y tecnología de punta; controles externos y fertilización foliar, factores que producen una gran heterogeneidad entre los productores: que va desde una diferencial inclusión subor dinada hasta la exclusión.

La unidad productiva, se desvaloriza, se devalúa cada vez más, porque el chacarero no consigue los valores mínimos de escala productiva que se requieren para competir frente a la concentración de la tierra, de la producción y comercialización frutícola de las grandes empresas, que diversifican sus rubros con una acentuada tendencia a la acumulación de capital.

Por último, los acápites desarrollados muestran cómo la expansión agroindustrial modificó sustancialmente las estructuras productivas y sociales en los espacios rurales. En términos de Grass, “el proceso significó una mayor subordinación y pérdida de autonomía de los agricultores, en tanto pierden capacidad para decidir qué, cómo y cuánto han de producir, esto es, para operar independientemente en los mercados locales, sobre la base de recursos propios y con autonomía empresarial” (Grass, 1997:57).

Notas

1 Este trabajo tiene antecedentes teóricos y empíricos en Norma B. Andrade. (2009). Globalización, Estructura social e Importancia de la Multifuncionalidad del espacio rural en áreas bajo riego de Centenario en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Tesina de Especialización en Sociología de la Agricultura Latinoamericana. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional del Comahue.

2 Los criterios de selección de la muestra no probabilística responde a aquellos pequeños productores que reunían los siguientes requisitos: a) productores propietarios de las unidades productivas, b) productores propietarios de unidades productivas cuyo tamaño era de hasta 10 hectáreas; c) las unidades productivas debían estar en producción al momento de la aplicación de la técnica de recolección de datos. Las entrevistas en profundidad se aplicaron a 18 productores.

3 El número óptimo de entrevistados será aquel en el que se logra la saturación de la muestra, es decir, cuando el agregar nuevos entrevistados sólo agregaría informaciones de interés secundario en relación al objeto de investigación. Un criterio para determinar la relevancia de un ítem es la frecuencia con que ocurre. Este criterio puede ser válido pero no es suficiente. Es posible que los datos tengan aspectos, observaciones, características únicas, pero extremadamente
importantes para una comprensión profunda del fenómeno estudiado. También habrá mensajes no-intencionados, implícitos y contradictorios que aunque no se repitan, revelan dimensiones importantes de la situación. La cuestión es poder encontrar maneras de poder detectar esas informaciones singulares, que sean las más relevantes y distinguirlas de otras también singulares, pero irrelevantes (André, 1983).

4 Una amplia indagación de materiales teóricos y evidencias empíricas acerca de los argumentos en los que emergen la Multifuncionalidad de la Agricultura y la Nueva ruralidad en Europa y América Latina, respectivamente se encuentran en Norma B. Andrade. (2009). Multifuncionalidad de la Agricultura y Nueva ruralidad en zonas tradicionales del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Investigación Tutelada Programa de Doctorado Análisis Sociopolítico de la Sociedad Contemporánea. Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Universidad de Granada.

5Se denomina agricultura bajo riego o áreas bajo riego a aquellos espacios de producción agrícola intensiva susceptibles de ser inundadas por las aguas provenientes de los sistemas de riego (diques, canales principales y canales derivadores) dispuestos en la zona para esa función.

6 En la cuenca del río Negro, se encuentra un valle con características climáticas y edafológicas particulares que a través de procesos históricos de apropiación y distribución de tierras, lo consolidan como una región productora y tradicionalmente exportadora de manzanas y otros frutos de pepita con una base productiva constituida en su mayoría por unida des productivas de tipo familiar.

7 “Campaña al desierto” se llamó a las guerras de conquista que el Estado argentino realizó sobre los territorios de la Patagonia en la segunda mitad del siglo XIX hasta entonces ocupados por las sociedades indígenas (Bandieri, 2014). Luego de la ocupación militar del “desierto” (1879-1883) se planteó la necesidad de ocupar efectivamente las tierras conquistadas para incorporarlas a la estructura productiva del país. En 1881 se dispuso la mensura de las tierras ubicadas entre los ríos Limay y Neuquén; y en 1885 salieron a remate público las primeras tierras del ya constituido Territoriodel Neuquén. Más tarde, se requirió una nueva mensura- tarea realizada entre 1886 y 1895- bajo la responsabilidad del Ingeniero Agrimensor Ernesto Gramondo quién arrendaría más tarde tierras sobre las que se asentó posteriormente la Colonia “Centenario” (Morinelli de Cava, 1981).

8Así, por indicación del gobierno nacional, la Dirección General de Irrigación dispuso que se previera la reserva de las tierras fiscales disponibles cercanas al Dique que estaba en construcción, dado que su venta posterior a la finalización de las obras de riego permitiría reembolsar una parte considerable del costo de las mismas (Minolfi, 1983).

9Ese pedido fue reiterado con 206 firmas en agosto de 1922. Y el 5 de septiembre de ese año los señores Müller y Remorino, presidente y secretario de la comisión pro-colonia respectivamente, solicitaron al Ministro de Agricultura que gestionara una audiencia con el presidente de la Nación para obtener su apoyo y despacho del tema.

10 Sin embargo, su denominación se habría originado con anterioridad en la propia Dirección General de Irrigación en
1916, año del centenario de la independencia argentina, cuando se comenzó a estudiar la posibilidad de una futura red
de riego que sirviera al sector.

11 Hacia 1918 la empresa Ferrocarriles del Sud compró terrenos en Cinco Saltos con el objetivo de crear en ese lugar una estación experimental: Estación Agronómica de Cinco Saltos. Luego de ensayar con algunos cultivos como vides, alfalfa, remolacha y olivos se trajeron las primeras plantas de manzanas y peras desde Australia, estas especies se adaptaron muy bien al clima y suelo de la región y en los años siguientes se formaron viveros con esos frutales, los cuales, se vendieron exitosamente a los chacareros. Así, “La empresa británica encargó en 1918 al Ing. Agrónomo José Barcia Trelles la instalación y dirección de una Estación Experimental en el área de Cinco Saltos. Esa chacra se destinó al ensayode cultivos, con la especial misión de incrementar la producción en el Valle para intensificar el transporte (...) esta Estación importaba y reproducía en sus viveros variedades elegidas de frutales injertados para su venta a plazos con precios de fomento a los fruticultores” (Bandieri y Blanco: 1999: 23).

12 El éxito de las plantaciones y las cosechas lleva a la empresa Ferrocarriles del Sud a formar otra empresa dedicada
al empaque y comercialización de la fruta cerrando así el circuito: producción- transporte- comercialización. En 1928 se constituye “Una entidad subsidiaria bajo el nombre de de “Argentine Fruits Distributors Ltda”, para cubrir ese rol. [...] Esa organización no compraba la fruta sino que su misión era recibirla en consignación y luego de clasificarla, embalarla, despacharla a los mercados del país y del exterior, abonaba a los fruticultores precios efectivos obtenidos luego de descontar los gastos y comisión” (Minolfi, 1983: 38). “De este modo el F.C. del Sud se aseguraba, mediante el monopolio absoluto del transporte y cuasi-absoluto de la comercialización, la apropiación de una parte sustancial del excedente generado por el conjunto de la actividad” en la región (Bandieri y Blanco, 1998:31).

13 La actividad frutícola creció de manera muy notoria en toda la región valletana que abarca las ciudades de Villa Regina, General Roca, Cipolletti, Allen, Neuquén, Plottier, Centenario; y Vista Alegre Norte y Sur, impulsando el surgimiento de nuevas industrias relacionadas con la actividad como los primeros galpones de empaque, los primeros proveedores de insumos de empaque, artículos para las actividades rurales de poda, cosecha, entre otras.

14 El origen y dirección de la movilidad estacional nacional proviene del Noroeste argentino, predominantemente de Tucumán, con una movilidad urbano-rural; interprovincial (interna).

15 Esta distinción surge de la lectura del documento presentado por la propia Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén 2000, en Bendini, M y Steimbreger, N (Coord.) 2003. Op. Cit. Pp 49-50. Se denomina pobladores al subsector considerado de subsistencia al estrato inferior de unidades frutícolas.

16 En tanto actor político y económico, se consolidó en las agendas de las políticas públicas de Argentina desde el denominado conflicto del campo en 2008. Ese hecho social que develó modelos de desarrollo en disputa, dio también visibilización al heterogéneo sector de la agricultura familiar en el país (Arzeno y Ponce, 2013 en Bendini, 2014).

17 Esta situación, que es parte de un proceso de transformación del espacio rural que se viene dando desde mediados de la década del ’90, es una problemática que se extiende a todas las localidades del Alto Valle. En el caso de General Roca, muchos sectores ubicados al sur de la ruta Nacional No 22 fueron transfigurando el paisaje, pasando de las plantaciones frutícolas a modestas casas- cercanas a una fuente de trabajo- hasta transformarse en los barrios La Ribera, Chacra Monte y Paso Córdoba. A lo que se le sumaron las modernas construcciones, realizadas por aquellos actores que buscaban en un club de campo o country la seguridad y tranquilidad luego de sus labores en la ciudad. Situaciones análogas se pueden observar en la ciudad de Neuquén, donde la franja de chacras de Valentina Norte y Sur, adyacentes al canal 5, se han convertido en espacios de residencia, de descanso y recreación.

18 Las argumentaciones planteadas en el artículo surgen de los testimonios de propietarios de emprendimientos recreativos en las entrevistas en profundidad con elementos proyectivos situacionales aplicadas en la recolección de datos durante los años 2003-2004 y en los años 2007-2008.

19 El desarrollo de zonas urbanizadas en áreas agrícolas ha provocado tensión entre los propietarios de explotaciones agrícolas y emprendimientos recreativos: Por un lado los productores aplican pesticidas para mantener su producción causando molestias en las personas que visitan los clubes. A su vez la localización de los emprendimientos lleva asociado un incremento de circulación de vehículos en áreas rurales – normalmente por caminos de tierra - con el consiguiente perjuicio del productor. De mayor perjuicio es la quema de materiales tóxicos por parte de algunos productores durante la primavera a fin de atenuar los efectos de las heladas tardías. En este caso se crea un conflicto entre un sector de la sociedad –productores– y el resto de la sociedad como un todo.

20 En los ‘80, la incorporación de invenciones en chacras se torna selectiva, introducciones muy especializadas sólo accesibles a las grandes empresas, especialmente las integradas. El carácter de estos cambios, principalmente químicos y biológicos –fertilización foliar, control integrado de plagas, hormonas reguladoras y cambio de variedades– tiene que ver más con la profundización y sistematización de las mejoras introducidas en décadas anteriores produciendo cambios importantes en la calificación requerida a los trabajadores. (Pescio y Bendini, 1996:206) Desde una perspectiva amplia, el impacto tecnológico no sólo se manifiesta en la incorporación de maquinaria y equipo sino también en torno a cambios organizacionales y en la articulación de los procesos productivos y de trabajo. (Bendini y Tsakoumagkos, 1999:78)

21Las argumentaciones esbozadas en ese apartado se extraen de: 1) Testimonios de agricultores en Centenario plasmados en las entrevistas en profundidad con elementos proyectivos situacionales aplicadas a esos actores sociales en los años 2003-2004, 2007-2008; y se argumentan en 2) base a referencias bibliográficas, las cuales, son debidamente especificadas.

22 La inversión de la sociedad Marconetto-San Pietro (Empresa Comasa) –calculada en 5.000.000 de pesos– prevé un quincho, piletas de natación, sector de caballerizas, escuela de equitación, predio de saltos y destrezas hípicas, un mini golf y 40 amplios lotes para la radicación de chalets.

23 Esta fuente periodística da cuenta de lo enunciado “Sin debate y por mayoría, el Concejo Deliberante del municipio de Centenario inició en el año 1999 un proceso de transformación en la zona de chacras lindera a la multitrocha Neuquén-Centenario convirtiéndola definitivamente en un espacio de servicios de ruta”. En la actualidad, estas metas de asentamientos de clubes de campo, viviendas rurales de lujo, empresas prestadoras de servicios recreativos y de esparcimiento fueron concretadas en su mayoría.

24 Este movimiento, integrado por productoras de distintas zonas del país, surgió en 1995 con el fin de solicitar apoyo financiero para el sector agropecuario Las mujeres que encabezan este movimiento escribieron un petitorio cuyos recla mos más salientes fueron: el recalculo de la deuda por parte del Banco Nación para los productores, la solicitud decon donación de las deudas, el pedido de dos años de gracia antes de ejecutar las tierras productivas y la suspensión de los remates del Banco Nación en el país.

25Tuvieron lugar entre 1993 y 1994 varios movimientos de protesta: salida de vehículos, camionetas, tractores, auto elevadores, incendios intencionales de bins, toma de la sede de la Subsecretaría de Fruticultura, corte de rutas, arrojo de fruta en las calles, marchas, con amplia participación de los productores-chacareros acompañados de sectores de sectores de la estructura agrario industrial. Los elementos antecedentes explícitos al conflicto son: privatización de la empresa administradora de riego y la llamada “guerra de frutas” por ingreso de manzanas chilenas al mercado argenti no. (Bonifacio, 1994 en Pescio y Bendini, 1997: 210)

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