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EL HORMIGUERO. ESPACIO INTERINSTITUCIONAL CON INFANCIA/S Y ADOLESCENCIA/S CURZA-UNCO

Documento Público

"Sobreviviendo y más allá: el poderío de la comunidad "

3 de agosto de 2018

En nuestra indispensable interrogación y lectura de la subjetividad de la época desde nuestro espacio interinstitucional e interdisciplinario con infancia/s y adolescencia/s “El Hormiguero” (CURZA UNCO), nos encontramos con un panorama aterrador. Caos que diluye la subjetividad del humano. Un caos direccionado, que sólo sorprende a quien está dispuesto a sorprenderse.

Lo real explota literalmente. Muertes en una cultivada desidia institucional, muertes que no son "naturales", con responsables que no se responsabilizan. Panorama político que genera locura, entendida ésta como aquella ruptura de la atribución de una correspondencia simbólica entre lo que se dice y lo que se hace, que redunda en lo que no se inscribe y entonces estalla.

Otra arista de la locura: La ruptura del lazo. Lazo social que queda en muchos casos subsumido a la relación al mercado propuesta por nuestros gobernantes, reducido al consumo también respecto de la información. Mercadotecnia mediática que hace a muchos humanos consumidores consumidos. Locura que excluyendo a la polis, a lo comunitario, al encuentro con otros, con la diferencia, genera una serie de múltiples efectos y afectos.

Angustia la angustia y entonces, quien no está enlazado, pasa al acto del peor de los modos, también en la cotidianidad, en las calles y en los barrios.

La palabra aparece desligada de la referencia simbólica a lo representado y las más terribles formas de la muerte son perpetradas aludiéndolas al modo canalla en diminutivo y licuando lo aberrante.

"…para arreglar esa habitación que tenemos problemitas o un escape de gas, como le pasó a la vecina". "No hay que seguir condenando a varias generaciones después por un drama que vivimos en el país, un hecho que quedó en el pasado".

Infelices expresiones, si no fueran aberrantes y siniestras, las de nuestro más alto mandatario nacional, aludiendo a la fatalidad de nuestros trabajadores y al genocidio producido en la última dictadura cívico-militar.

Hace un año se producía otra vez, una desaparición forzada seguida de muerte, en manos del estado que debería alojar la vida, aún hoy no hay justicia. Santiago y Rafael nos interpelan.

Datos oficiales arrojan el terrible panorama de 40.000 despidos en el ámbito formal desde el mes de enero a la fecha, con el impacto en el trabajo informal que no aparece en las estadísticas oficiales. Las jubilaciones y asignaciones familiares decapitadas, nuestros niños/as, adolescentes y abuelos, bajo amenaza.

La agencia de noticias oficial (TELAM) creada para que hubiera generación de noticias independientes y democráticas hasta en las zonas más alejadas de los centros de poder, es desmantelada, produciendo efectos disciplinantes y también miseria replicada en la pérdida de puestos de trabajo, que se traducen en muertes, pobreza y padecimientos para las familias que son las de nuestros niños/as y adolescentes, una vez más. Miseria que intenta ser instalada doctrinariamente para que anule el espíritu crítico de las actuales y futuras generaciones.

Capítulo aparte, la demonización de la que se hace objeto a nuestros docentes, trabajadores de las diferentes esferas de la educación, que no renuncian a su lucha.

Demonización de los docentes, en tanto intento de destrucción de la educación pública, laica y gratuita, universidad incluida. Recortes económicos y financieros varios, paritarias detenidas o con techos inadmisibles. "Todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad", expresa lapidariamente una alta mandataria.

Sabemos que niños/as y adolescentes, se cuecen en el caldo simbólico de su Otro.

Silencio del estado (de gobierno) en sus diferentes formatos y esfuerzos aislados, si los hay, en el sentido de sus abordajes.

Horizonte inquietante, para aquellos gobernantes que entonces consideran que la seguridad interna está en peligro y se disponen a entregar a fuerzas militares internas y externas recursos humanos y materiales, y por ende nuestro futuro, el de nuestros niños/as y adolescentes, el de nuestros futuros nietos.

Pero no todo está perdido. Multitudes se manifiestan, pequeños, medianos y entonces grandes grupos humanos, nos hacen saber que la dignidad está presente.

Las luchas de las mujeres jóvenes, madres y abuelas, hacen una diferencia que nos conduce hacia otro horizonte, justamente, el de la dignidad y el sostén de los derechos, donde la ley aún existe. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para prevenir y aborto legal para no morir.

Trabajadores que se enlazan desde un posicionamiento comunitario, interinstitucional, transdisciplinar, pudiendo ir más allá de la carencia de políticas públicas, más allá de las miserias, interpelándonos, en pos de la dignidad de nuestros niños/as y adolescentes.

Otro nieto es recuperado y vamos por el 128, y las abuelas nos invitan a brindar y brindarnos, y nos muestran parafraseando al maestro Sigmund Freud, que “... la violencia es vencida por la unión; el poderío de los unidos representa ahora el derecho (...) El derecho no es sino poderío de una comunidad” (1932).