LA CLÍNICA DEL SUJETO DES-INSTITUCIONALIZADO
El psicoanalista frente a las satisfacciones del padecer contemporáneo
AMELIA HAYDÉE IMBRIANO
ameliaimbriano@gmail.com
La clínica del sujeto des - institucionalizado:
Nota de Edición: va un recorte del trabajo de la autora a manera de resumen:
La clínica del siglo XXI muestra nuevos síntomas que, en cierto sentido, se presentan reacios al inconsciente. Sin embargo, paradójicamente, sólo el Psicoanálisis tenga algo que ofertar (como ya hemos dicho en La Odisea del siglo XXI) que posibilite que el sujeto pueda liberarse hacia las contingencias del deseo (Imbriano, 2010).
Si decimos reacios al inconsciente es porque consideramos que se trata de un modo de des- afiliación al complejo edipiano. O sea, un modo de des-institucionalización, si consideramos que tal complejo conforma la institución familia con inscripción inconsciente en la instauración de la neurosis infantil.
Estos nuevos síntomas reciben el nombre de “síntomas contemporáneos” generando una universalidad que desde el Psicoanálisis pensamos como dudosa: si bien desde un lado, sabemos que devienen producto del “discurso capitalista”, desde otro lado, también sabemos que son nombres singulares a goces singulares.
La modernidad nos desafía a incidir en la clínica sobre los modos de nombrar lo real en nuestra cultura actual (Imbriano, 2003).
[....] El trabajo del análisis implica el despertar del sujeto y ésta es la oferta del psicoanálisis. Los analistas no retrocederemos de nuestra ética, que no es otra que la del das Ding, el objeto perdido que instaura la institucionalización del sujeto.
Palabras clave: sujeto; padecimiento contemporáneo; institucionalización; ética del psicoanálisis.
Reseña Curricular:
Profesora Dra. Amelia Haydeé Imbriano. Doctora en Psicología Clínica. Doctora en Psicología Social.
Profesora Titular de Teoría del Psicoanálisis, Desarrollos del Psicoanálisis e Investigación en Psicoanálisis. Decana del Departamento de Psicoanálisis y Directora de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad Argentina J.F. Kennedy. Directora del Instituto de Investigaciones en Psicoanálisis Aplicadas a las Ciencias Sociales de la Universidad Argentina John F. Kennedy. Pasantías clínicas de posgrado en: CHS Sainte Anne (Paris), CHS Prémontré (Francia), 388 Québec (Canadá), Columbia Hospital (New York).
Profesora Titular del Doctorado en Psicoanálisis de la Universidad Andrés Bello (Chile). Miembro consultor de las Maestrías en Psicoanálisis de la Univ. del Aconcagua (Argentina) y Univ. de Antioquía (Colombia). Profesor invitada en CHS Sainte Anne, CHS
Prémontré, Centre Jacques Lacan, Univ. de Rennes II (Francia), Universidad San Buenaventura (Colombia), Univesidade de Fortaleza (Brasil), Universidade Federal de Santa Catarina (Brasil). Presidenta de la Fundación Praxis Freudiana. Autora de numerosos ensayos, artículos y libros, entre ellos “La odisea del siglo XXI”, “Las enseñanzas de las psicosis”, “Donde Eso era”, “El amor en psicoanálisis”.
Clinic of the un-institutionalized subject.
Psychoanalyst before contemporary subjective suffering.
XXI Century´s clinics show us new symptoms that, somehow, appear to be reluctant to Unconscius.
However, and paradoxally, only Psychoanalysis has something to offer (As we have said in XXI Century´s Oddisey) to allow the subject may be released to the contingencies of desire. (Imbriano, 2010).
When we say reluctant to Unconscious, we consider it´s about a dettachment to edipical complex. That is, a way of uninstitutionalization, considering that such complex conforms family as an institution with the unconscious inscription of infant neurosis.
These new symptoms are named as contemporary symptoms generating a universality that Psychoanalysis considers doubtful: On one hand, they are derived from Capitalist Discourse but also we know they´re singular names for singular jouissances.
Modernity challenges us in our clinic to have an impact on the ways of naming the real in our present culture. (Imbriano, 2003).
[…] Analytic work implies the awakening of the subject and that´s Psychoanalysis´ offer. We analysts won´t back off from our ethics, which is no other than that Das Ding´s, the lost object that settles subject´s institutionalization.
Key words Subject; contemporary suffering; institutionalization; ethics of psychoanalysis.
LA CLINICA DEL SUJETO DES-INSTITUCIONALIZADO
El psicoanalista frente a las satisfacciones del padecer contemporáneo
La clínica del siglo XXI muestra nuevos síntomas que, en cierto sentido, se presentan reacios al inconsciente. Sin embargo, paradójicamente, sólo el Psicoanálisis tenga algo que ofertar (como ya hemos dicho en La Odisea del siglo XXI) que posibilite que el sujeto pueda liberarse hacia las contingencias del deseo (Imbriano, 2010).
Si decimos reacios al inconsciente es porque consideramos que se trata de un modo de des-afiliación al complejo edipiano. O sea, un modo de des-institucionalización, si consideramos que tal complejo conforma la institución familia con inscripción inconsciente en la instauración de la neurosis infantil.
Estos nuevos síntomas reciben el nombre de “síntomas contemporáneos” generando una universalidad que desde el Psicoanálisis pensamos como dudosa: si bien desde un lado, sabemos que devienen producto del “discurso capitalista”, desde otro lado, también sabemos que son nombres singulares a goces singulares.
La modernidad nos desafía a incidir en la clínica sobre los modos de nombrar lo real en nuestra cultura actual (Imbriano, 2003).
A partir de trabajar sobre el “discurso capitalista”, estos nuevos modos de los síntomas confrontan al psicoanalista con una clínica en donde es necesario intervenir a partir de un orden simbólico inflado (hay demasiados significantes en el campo del Otro) pero desordenado y debilitado (falla la operación -1, el “no” del padre no ha operado sobre la castración del goce de la madre). La intervención del NP sobre el DM inaugura simbólicamente el lugar del sujeto posibilita un orden. Consideramos que esta operación está imposibilitada por el discurso capitalista y su lógica (Imbriano, 2010).
Por lo tanto, la clínica de la relación represión-síntoma, no va de suyo. Es necesario, más que nunca, atender a la cuestión preliminar que requiere la subjetividad. Por lo tanto, las entrevistas preliminares tendrán una función capital en la posibilidad de abrir el juego de la partida de un tratamiento psicoanalítico. Pero, hace años ellas trataban de rectificar al sujeto, y quizás ahora se trata de rectificar al Otro (Imbriano, 2003).
Para defender al sujeto del inconsciente y sustituir al sujeto de goce tomado por el empuje pulsional (letal goce) (Imbriano, 2003), será necesario resignificar el valor de “la cuestión preliminar”.
La época del objeto-solución
En la actualidad, la clínica muestra estos nuevos síntomas más allá del deseo y del sujeto dividido. El objeto gadget (objetos ready-made-trash) como promoción del mercado y el discurso de la ciencia como promoción del saber, constituyen: el primero: una solución a la privación del ser; el segundo, una solución al problema de la verdad.
El discurso capitalista es aquél que tiene la habilidad de llenar de objetos y al mismo tiempo es el que produce el vacío de objeto, pues crea infinitas pseudoprivaciones, para de este modo, nuevamente el objeto cobra valor de “capaz de completar” ilusoriamente al sujeto.
Las leyes actuales del mercado - que Lacan de modo sorprendente anticipó en su formalización del discurso capitalista - no tienen en cuenta al sujeto, sólo la necesidad de producir nuevos objetos. En otras palabras, el sujeto contemporáneo no va al supermercado para buscar aquello que lo priva. Contrariamente, es el supermercado como agencia de la demanda convulsiva que le indica al sujeto aquello que le falta (Recalcati, 2004).
El costo es muy alto: se opera una expulsión/cancelación del sujeto del inconsciente. Y estos síntomas, se configuran como un efecto de esa expulsión. El síntoma es el efecto de una oferta del mercado y el efecto del ascenso el saber científico y tecnológico (producción industrial de la sustancia droga). Estamos en la época de la fetichización del logo (Severiano, 2005). Ya nos hemos referido anteriormente, a la producción de una nueva economía psíquica, que deberá tener presente el psicoanalista en el momento de asistir a los nuevos padecimientos (Imbriano, 2010).
La cuestión preliminar: un punto de vista ético.
La necesariedad de hacer existir de nuevo el sujeto del inconsciente - para que el sujeto no se patentice en lo real a través de las formas más brutales como homicidios, suicidios, etc.- es una cuestión de ética, de la ética del Psicoanálisis. Ella implica el objeto en su estatuto de perdido (das Ding) y el sujeto en tanto que dividido (Imbriano, 2002).
Se tratará, entonces, de intervenir preliminarmente, de una renovación de la cuestión preliminar, que articulará al psicoanálisis en el campo social, sus lazos, pliegues y articulaciones. Esta intervención encarnará un cambio significativo de la oferta que puede potencializar la posibilidad de una demanda de cura - es un tratamiento preliminar, que no deja de implicar una dirección de la cura - que no cierre la puerta al sujeto del inconsciente. En otras palabras, se trata de pensar la nueva cuestión preliminar en conjunción con la subjetividad en el discurso social, como si se tratara de un programa de “defensa del sujeto del inconsciente” en contraposición a los programas de “defensa del consumidor” (que están programados para que consuma más cómodo y garantizado).
¿Se podrá hacer resistencia al discurso capitalista?
Mientras la histeria freudiana hablaba sobre la verdad del sujeto del inconsciente, los nuevos síntomas niegan cínicamente su existencia (Imbriano, 2012). Vale el esfuerzo de intentarlo: es el único modo de despertar al sujeto de la fatalidad. Ella queda representada por su presentación en lo real: mato o muero (Imbriano, 2002).
¿Cómo introducir un nuevo significante para continuar haciendo existir al sujeto del inconsciente?
Es importante recordar este origen de la cuestión preliminar en Lacan: La clínica de las psicosis se funda, se instala, sobre el fallo de dicho tratamiento preliminar del goce exigiendo una suplencia. A causa del mencionado fracaso a nivel de la estructura del sujeto, Lacan propone la necesidad teórica y clínica de un tratamiento preliminar en el ámbito de la cura de las psicosis (Lacan, 1957), propio de esta estructura, a partir del funcionamiento fallido del tratamiento preliminar de la operación de la metáfora paterna. O sea, lo preliminar que falla es la operación de la metáfora paterna y consecuentemente su función jurídica (discriminación de prohibido y permitido).
El desafío de la clínica actual es producir una posible regulación del goce en ausencia de la eficacia simbólica de la metáfora paternal. El psicoanalista deberá enfrentar nuevos modos contemporáneos del padecer: los diversos efectos de retorno del goce en lo real. Ellos hacen frente al trabajo del psicoanalista, pues se presentan como irreductibles.
Los nuevos síntomas no son internos a la lógica del régimen significante de la equivalencia síntoma = metáfora.
Por otro lado, también será necesario recordar que para Lacan, la práctica de las entrevistas preliminares, en virtud de rectificar al sujeto y dignificar la praxis analítica, eran necesarios, pues la emergencia del sujeto del inconsciente, tampoco “va de suyo” (Lacan, 1957).
La oferta de la escucha analítica constituye al sujeto del inconsciente, pues prepara la inclusión del analista en el concepto mismo de inconsciente, en tanto que constituye aquello a lo que éste se dirige. Y, siempre se tratará, en un principio, de la caída de las certezas del sujeto, pues ellas lo llevan al kakón. Las entrevistas preliminares tienen este objetivo.
Si volvemos a la pregunta: ¿Cómo introducir un nuevo significante para continuar haciendo existir al sujeto del inconsciente?, deberemos en nuestra práctica saber que en ella se trata de ciencia, paciencia y arte. En principio, constituir al sujeto del inconsciente, estará relacionado con poner en juego el kakón, teniendo presente sus figuras individuales y sociales. Hago mención a estas últimas, pues hay modos sociales de kakón que se han naturalizado: tatuajes, pearcing, etc. Representan al sujeto en tanto sujeto de goce. ¿Qué tipo de goce está en juego?
El Kakón y su verdad
En la clínica clásica, las entrevistas preliminares se tornaban en una dimensión de trabajo sobre la demanda como punto de mediación y articulación sensible entre síntoma y transferencia. Se trata de implicar al “alma bella”. Se trabajaba en una transformación ética de la demanda consistente en que el sujeto encuentre la parte que él tiene en la fabricación y preservación de las condiciones de su sufrimiento (Lacan, 1957). Actualmente se apunta a otro tipo de transformación de la demanda, -a la cual apunta el tratamiento preliminar-. Se privilegia la dimensión de la verdad, con el propósito de devolverle su estatuto, o sea, de hacer perder estabilidad al discurso capitalista. En él, la verdad es manipulada por el agente (Imbriano, 2010).
La nueva clínica nos muestra una “demanda de ayuda” que somete la voluntad de saber a la voluntad de curar sin querer saber. Puede representar una dificultad pues puede ser una demanda de una «curación» inmediata. En un mundo preocupado por la evaluación de la eficacia de cualquier práctica, tal esperanza se concibe. Con todo, desvía el trabajo del paciente de la cura (Chemama, 2016).
La operación preliminar consistirá en propiciar una apertura del sujeto bajo la pregunta sobre la causa de su sufrimiento. Lo importante es movilizar el estatuto de verdad. Será lo único que podrá conmover las demandas convulsivas o melancolizadas (Recalcati, 2004).
Las primeras aparecen al estilo de continua solicitación, que puede tornarse exasperada, tratándose de una demanda imaginaria del objeto. La demanda convulsiva que habita el discurso capitalista no es una demanda que se mantiene en relación al deseo sino que se muestra más bien magnetizada por el objeto de goce y su marca, que en el discurso capitalista contemporáneo es aquello que modera el poder causativo del objeto-fetiche más allá de su valor de cambio (Recalcati, 2004).
En cambio, al estilo reverso, se puede situar la demanda melancolizada que significaría el “grado cero de la demanda”, pues es demanda insistente del objeto imposible. El mundo de los objetos se disuelve mostrando su vacío espectralmente efímero. Pero esta disolución arrastra consigo al sujeto.
Estos dos modos de demandar muestran al sujeto tomado por el kakón.
Y, frente a ello, es que propongo volver al texto sobre "La cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis", pues la dimensión del tratamiento preliminar se plantea como una condición para reducir el retorno del goce en lo real que invade al sujeto. O sea, en este sentido, todo tratamiento preliminar implica la posibilidad de una introducción del factor "Nombre del Padre" como instancia reguladora del goce. Recordando a Michel Silvestre (1987) podemos decir que la demanda del sujeto psicótico es siempre una demanda de Nombre del Padre, demanda de un significante del cual el sujeto no dispone para regular el propio goce. ¿Se trata hoy de lo mismo?
En la actualidad, el psicoanalista para hacer frente a los padecimientos contemporáneos, tiene que tener en cuenta que la clínica de sus síntomas (anorexia, bulimia, toxicomanía, depresión, ataques de pánico (Imbriano, 2010), homicidio, por enumerar solo algunos) está más allá de la represión, se presenta como una clínica del pasaje al acto en donde el sujeto trata de eliminar el kakón. Ya hemos propuesto la denominación kakón como “todo mal que se presenta bajo la figura de la inercia, siendo un objeto real que se manifiesta como un modo en que el sujeto trata de eliminar la invasión del malestar a través de diversos actos de violencia” (Imbriano, 2012).
Se tratará de incidir sobre el sujeto rectificando al Otro, conmoviendo su estatuto de verdad absoluta, tachando al Otro, pues remite al escamoteo del carácter simbólico del síntoma y del retorno del goce en lo real. Estará contraindicada la clínica de la metáfora, pues no puede instalarse, por ello la cuestión preliminar.
No dejo de recordar que el escrito de Lacan sobre “La cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, principalmente se refiere a la economía psíquica en juego. Pues bien, también en la clínica actual se tratará de saber cuál es la economía psíquica en juego: ¿la perversión generalizada? ¿la psicotización generalizada? De lo que estamos seguros es que se trata de una nueva economía psíquica.
Rectificar al Otro
En la nueva clínica y en la nueva configuración de la demanda en el campo social, se desarticula la tríada clásica síntoma-demanda-transferencia, que caracterizaba el tiempo preliminar en la conducción de la cura de las neurosis clásica. Ello se produce porque los nuevos síntomas no dan cuenta del sujeto dividido, sino que configuran un tratamiento de la división subjetiva, vía la perversión (a través del uso perverso del objeto que intenta cubrir, tal fetiche, la castración).
La clínica con la cual se enfrenta al psicoanalista hoy, no está más del lado del sujeto barrado. El síntoma contemporáneo aparece del lado del S1, de una identificación a un S1 que representa un objeto de goce, y por lo tanto es difícil de articularse a la demanda (porque ella implica al sujeto en su división). Coherente con ello, el desarrollo de la transferencia se encuentra sobre la identificación cargada de idealización, o sobre el objeto de goce. Esto implica un síntoma con un empuje que trastoca la tríada síntoma-demanda- transferencia.
En la contemporaneidad, la palabra aparece como vaciada de sentido, absolutamente superflua. Como consecuencia, la transferencia resulta alterada, pues, por el predomino del objeto de goce (objeto-insignia), y su exigencia superyoica, no hay espacio ni para la palabra, ni para su escucha. ¿Qué hacer? ¿Cómo operar entonces en este nuevo contexto?
Sabemos que esta realidad marca de un modo despiadado los límites de la interpretación semántica en el proceso de la cura (Recalcati, 2004).
Los nuevos síntomas no se organizan en un régimen significante, sino que se presentan como prácticas pulsionales que invaden al sujeto (sujeto de goce). Confrontamos la organización no lingüística del síntoma. Palabra y goce viajan por líneas paralelas. Y, la rearticulación comporta una valorización particular en la cuestión preliminar.
Si se trata de preparar las condiciones que hacen eficaz a una interpretación: es necesario operar preliminarmente una rectificación del Otro antes que del sujeto. ¿Qué significa rectificar al Otro? Significa encarnar como analista un Otro diferente de aquello real que el sujeto ha encontrado en su historia, y que se presenta como un Otro incapaz de operar con la propia privación. Se trata ante todo de decir "sí" al sujeto, -de estar del lado del sujeto- en consecuencia encarnar un Otro que sabe no excluir, no cancelar, no rechazar, no callarse, no obturar, no sofocar, no atormentar. Esta nueva configuración del Otro permite una nueva implicación del sujeto en un lazo posible con el Otro. En este sentido, se puede afirmar que la rectificación del Otro tiene como finalidad implicar al sujeto, o bien en un lazo, o bien en una transferencia con el Otro (Recalcati, 2004).
El psicoanalista frente a las nuevas modalidades del padecimiento, debe intentar una nueva clínica imponiendo un cambio radical de la oferta: ¿Qué Otro estamos en capacidad de ofrecer al sujeto? ¿Cuál Otro-partenaire estamos en capacidad de ser para un sujeto que se presenta con un exceso de goce que parece poner en entredicho el poder de la palabra y anular la existencia misma del inconsciente?
En la época del “Otro que no existe” debemos intentar reintroducir el sujeto en una dialéctica vivible con el Otro. La rectificación del Otro es una maniobra esencial de la cuestión preliminar.
Recalcati nos recuerda a Winnicott y la función del holding. En ella, ningún estándar se reduce a una técnica prefijada, y el analista es llamado a hacer. Se trata de un movimiento que anticipa y puede hacer posible el desarrollo de la transferencia sobre el eje simbólico. Este desarrollo exige en realidad en la nueva clínica un "sí" preliminar al sujeto, que puede introducir un Otro diferente del Otro (traumático por excesiva presencia o por excesiva ausencia) que el sujeto ha encontrado en su propia historia (Recalcati, 2004).
Roland Chemama, en “Le métier de psychanalyste” refiere:
[...]Es raro, hoy día, que el inicio de un análisis tenga la sobriedad de ese primer diálogo entre Freud y Dora. El analista, frecuentemente, no puede evitar interrogarse antes del inicio del trabajo, porque su experiencia le ha enseñado a medir las dificultades que le saldrán al paso. ¿No se esconde, en la demanda que le está dirigida, como el germen de un posible fracaso, algo que compromete, de antemano, el trabajo analítico? No se trata de adoptar una desconfianza sistemática, pero ilusionarse sobre la facilidad de la empresa puede acarrear muchas torpezas (Chemama, 2016) [...]
En la contemporaneidad, “una palabra expresa una idea y solamente una, y cualquier dimensión metafórica queda excluida. Esto corresponde sin duda a la esperanza contemporánea de dominar las cosas dominando las palabras. Pero sabemos que sólo la atención dedicada a las connotaciones de la palabra permite acercarnos al deseo inconsciente” (Chemama, 2016).
Ya no se trata de des-construir sino de construir, es decir, de proponer, en la cuestión preliminar, una especie de anticipación que haga salir un poco de lo que el analizante instaura como límites de su comprensión. Es a partir de esta anticipación, que se presenta a menudo como un juego de palabras, como el analizante, volviendo sobre lo que ha dicho, puede entenderlo de otra manera. Hay aquí la dimensión de un aprés –coup que es la propia marca del develar del inconsciente. Lo que pasa aquí remite también al juego siempre sutil entre saber y no-saber. Aunque el analista privilegie la dimensión del saber inconsciente, este juego también depende del contexto cultural en el cual se hace el análisis (Chemama, 2016).
Estos diferentes obstáculos no son forzosamente inhibitorios pero implican sin duda una especie de trabajo previo, por eso proponemos la cuestión preliminar como un modo de la ética del psicoanálisis de enfrentar la clínica actual. En ella, como siempre, lo decisivo son las relaciones del sujeto con el lenguaje.
Para finalizar, solo volveré sobre algunas palabras ya dichas: Frente a la evidencia de la agonía del sujeto, para el analista, el único alcance será poner en tela de juicio, la función del goce y el asunto de la satisfacción en juego (satis-faccere, demasiado hacer). Entonces, si hay una clínica posible es la clínica de lo real.
El trabajo del análisis implica el despertar del sujeto y ésta es la oferta del psicoanálisis. Los analistas no retrocederemos de nuestra ética, que no es otra que la del das Ding, el objeto perdido que instaura la institucionalización del sujeto.
Referencia:
Chemama, R., Lacote-Destribats, Ch. et Vandermersch, B. (2016) Le métier de psychanalyste. Paris: Ërés.
Chemama, R. et al. (2016) Le métier de psychanalyste”. Paris: Ërés. Imbriano, A. (2003) El mundo inmundo de desechos. www.elsigma.com
Imbriano, A. (2003) La caída especular para un posible análisis. En: www.praxisfreudiana.com.ar/docs/ahimbriano-especular.pdf
Imbriano, A. (2010) La Odisea del Siglo XXI. Pág. 116 y ss. Buenos Aires: Letra Viva. Imbriano, A. (2010) La Odisea del Siglo XXI. Pág. 142 y ss. Buenos Aires: Letra Viva. Imbriano, A. (2010) La Odisea del Siglo XXI. Pág. 171 y ss. Buenos Aires: Letra Viva. Imbriano, A. (2010). El ataque de pánico como síntoma del discurso capitalista. Revista Actualidad Psicológica N° 214. Octubre. Buenos Aires: Actualidad psicológica. Imbriano, A. (2012) ¿Por qué matan los niños? Pág. 153 y ss. Buenos Aires: Letra Viva. Imbriano, A. (2002) Globalización y violencia. www.elsigma.com
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Lacan, J. (1957-2008) La dirección de la cura y los principios de su poder. Escritos 1.Buenos Aires: Siglo XXI.
Recalcati, M. (2004) La cuestión preliminar en la época del Otro que no existe. virtualia.eol.org.ar/010/default.asp?notas/mrecalcati-01.html
Severiano, M. (2005) Narcisismo y publicidad. Buenos Aires: Siglo XXI Silvestre, M. (1987) Demain la psuchanalyse. Paris: Navarin.