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TATIANA STAROSELSKY
Páginas de Filosofía, Año XXII, Nº 25 (enero-diciembre 2021), 37-70
acción que las cosas tienen o podrían tener sobre nosotros, las transfigura
en imagen. A su vez, en los tres casos aparece el arte indicando que esa
32 La relación entre Benjamin y Simmel, y especialmente la influencia del último sobre
el primero, ha sido desde siempre atendida, aun cuando Benjamin supo ser muy crítico
de algunas ideas de Simmel, fundamentalmente en torno a la historia (GB 162). Entre
quienes prestaron atención a esta relación, Ann T. Martínez piensa al berlinés como un
sociólogo en la senda de Simmel (1984, 115), lo que resulta curioso sólo unos años
después, cuando con los estudios sobre Benjamin ya más establecidos en el seno de las
academias, otros autores (por ejemplo, Jameson 1999 y Meyer 2018) invierten esta
relación y piensan en Simmel como un predecesor sociológico de Benjamin. A su vez,
Hans-Peter Müller (2018) sostiene que ni Benjamin, ni Lukács ni Heidegger, entre
otros, podrían haber desarrollado su obra como lo hicieron si no fuera por la influencia
de los escritos de Simmel (13) y Werner Jung coloca a Benjamin en el grupo de los
“discípulos críticos” (2016, 110) de Simmel, junto con Bloch, Lukács, Kracauer y
Adorno, y lo mismo hace Kang, cuando se refiere a los análisis sociológicos de Simmel
sobre la cultura de la mercancía y la vida urbana contemporánea como las bases que
hicieron posibles las reflexiones benjaminianas sobre la experiencia y sus
modificaciones (2014, 7). Naishtat, por su parte, observa que la cierta “semiótica
materialista” de Benjamin “remonta en su forma plástica a Georg Simmel, verdadero
ancestro de este esquema interpretativo, con el que Benjamin enmienda a la tradición
marxiana” (2011, 262). El propio Benjamin se refiere a Simmel muchas veces: en una
de las versiones de su currículum menciona sus clases, a las que asistiera en Berlín en
1912 (GS VI 215), y en su diario de viaje del verano de 1911 reporta estar leyendo un
texto suyo, “Die Religion” (GS VI 248). Además, como menciona Leslie, Benjamin
realizó también un seminario sobre la filosofía de la historia de Simmel dictado por
Ernst Troeltsch (2007, 45).
distancia está marcada por lo estético –y no por lo dinerario o lo
religioso, como ejemplos de otras fuerzas que operan distanciamientos–:
en la exposición industrial, los objetos se exhiben, como las obras, y se
relacionan con el sujeto más como paseante en una galería que como
comprador potencial; en la comida, la satisfacción que se busca es
explícitamente estética, y el atractivo del plato es comparado por el
mismo Simmel con el de una obra de arte; en el paisaje, una forma
artística concreta, un cierta imagen producida por el arte, ayuda a
configurar una experiencia de la naturaleza típicamente moderna, en tanto
“cada arte va determinando lentamente la forma en que vemos la
naturaleza” (Simmel 1976, 559).
Nos interesa especialmente destacar el modo en que Simmel
interpreta al arte como operando no sólo una representación del mundo
sino también una modificación del sujeto, o cumpliendo una función en
alguna medida conformadora de lo que percibimos. En sus propias