Páginas de Filosofía, Año XXI, Nº 24 (enero-diciembre 2020), 129-133
Departamento de Filosofía, Universidad Nacional del Comahue
ISSN: 0327-5108; e-ISSN: 1853-7960
http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/filosofia/index

RESEÑA/ REVIEW

Belvedresi, Rosa (dir.) (2020), La filosofía de la historia hoy: preguntas y problemas, Rosario, Prohistoria Ediciones, 172 páginas.

La filosofía de la historia hoy: preguntas y problemas presenta los resultados de una serie de intercambios y proyectos de investigación desarrollados en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Los trabajos que reúne refieren a diferentes temas, problemas y controversias del campo actual de la filosofía de la historia, tales como la representación de pasados traumáticos, la relación entre historia y memoria, la experiencia histórica, etc. El trabajo está compuesto por siete capítulos, a los cuales se antepone una introducción de Rosa Belvedresi.

En la “Introducción”, Belvedresi ubica la obra dentro del contexto actual de la ciencia, como a su vez, los alcances y los objetivos del proyecto. En primer lugar, se emprende una reconstrucción del campo de la filosofía de la historia al abordarse los ejes sobre los cuales giró esta desde sus orígenes hasta la situación crítica actual a la que se enfrenta, en donde debe justificar su existencia. Luego, se plantea cuál es el espacio de la filosofía de la historia y cuál es su relación con las ciencias sociales. Finalmente, se mencionan algunas de las tareas posibles de la filosofía de la historia que reflejan las preocupaciones teóricas de los autores y las autores, tales como la pregunta por el sentido de la historia o la explicitación de los supuestos que operan en las decisiones metodológicas de los historiadores, pero sin dejar de lado cuestiones externas a las epistemológicas.

El primer capítulo, “Verdad y método en Wilhelm Dilthey” de Luis María Lorenzo, evalúa la actualidad de la figura de Dilthey, en torno al problema de la verdad y el método, no solo como antecedente de Gadamer, sino en referencia al propio proyecto de fundamentación de las ciencias históricas que este emprende. La pregunta ¿existe una respuesta para la interrogante sobre la verdad y el método en Dilthey? recorre el texto. Para hallar una respuesta, el trabajo se estructura en tres apartados. En primer lugar, se reconstruye la confrontación propuesta por Dilthey entre ciencias

del espíritu y ciencias naturales, a fin de mostrar cómo se plantea el problema del método. En segundo lugar, se analiza el fenómeno de la vida y su asociación con la verdad. Esto se debe a que para Dilthey solo la indagación sobre el fenómeno de la vida abrirá las puertas para que las ciencias del espíritu lleguen a una comprensión cabal respecto a la producción y validez de saberes. En el tercer apartado se articulan los desarrollos anteriores para proporcionar una respuesta a la pregunta guía del trabajo.

Luego, Esteban Lythgoe ofrece en “La Historia en clave ética según Paul Ricoeur. De una lectura epistemológica a una ética de La memoria, la historia, el olvido” una interpretación que destaca los componentes éticos de la obra de Ricoeur, para así llegar a entender cuáles son las relaciones que se establecen entre el individuo y la comunidad. Desde esta perspectiva, Lythgoe propone que el concepto de “memoria” es el que posibilita el traslado de las aproximaciones éticas y ontológicas del individuo al colectivo. Un problema que recorre el trabajo es el de dar una explicación a por qué La memoria, la historia y el olvido cierra con un análisis del “perdón” sin que esto modifique los objetivos iniciales de la obra y, a su vez, a contrapelo de lo que afirma el propio Ricoeur. Para realizar este acercamiento, el trabajo se divide en cuatro apartados: en primer lugar, la distinción del testimonio a la luz de un análisis tripartito de la intencionalidad ética: la estructura de la buena vida, la dimensión impersonal o la solicitud para el otro y el elemento institucional. En segundo lugar, se realiza un análisis de la moral mnémica, al reponer la relación que se establece entre el deber de memoria y el ciudadano. El tercer apartado recae sobre la disquisición del modelo del perdón, y las diferencias del mismo con la presentación en otras obras de Ricoeur. Finalmente, en el apartado sobre la ética histórica, se desarrolla brevemente, a la luz de un caso particular, un problema central que se puede hallar en el modelo anteriormente expuesto.

A continuación, Adrián Ercoli aborda en “Ensayo sobre el uso del trauma en la historia reciente. El valor de la singularidad de los sobrevivientes en la investigación histórica” las problemáticas suscitadas en la historiografía académica a partir del análisis del pasado reciente. La pregunta por las condiciones que hicieron posible los genocidios del siglo XX debería tener en cuenta a los sobrevivientes de los mismos, pero también, debería permitir pensar al fascismo como un problema no resuelto y que pervive en las prácticas sociales. Por tanto, el desafío que se plantea es: cómo responder ante la víctima, en tanto se hacen necesarias crear nuevas prácticas sociales que la liberen de su condición de tal. En este sentido, en el estudio del pasado reciente, afirma Ercoli, los investigadores tienen un compromiso tanto epistemológico como ético- político, en tanto generadores de una sociedad distinta. En este marco de trabajo, se retoma la propuesta de LaCapra y se la entiende a esta como un llamado a formas nuevas de resistencia, y como una práctica antifascista. El eje sobre el cual se encaminan los análisis es el intento de revalorizar los testimonios de las llamadas “experiencias límites”, en tanto que entendidas como una forma de resistencia al discurso único sobre el pasado reciente. Así, en lo irreductible del testimonio de los sobrevivientes se hace manifiesto el trauma, en el cual se abre el espacio de lo que no se puede narrar por completo. Por ende, este es un campo problemático sobre el cual se van a analizar diversas preguntas que se abren al respecto y posibles respuestas, pero no a forma de clausura, sino que, al final del trabajo, se vuelve a encontrar un espacio de apertura, en el cual se plantean varias interrogantes para continuar profundizando en la investigación.

En tanto que existen varias perspectivas para abordar la problemática de la memoria social, a continuación, el artículo “Memoria social, discurso e ideología” de Maximiliano Garbarino analiza las principales implicancias, tanto en sus potencialidades como en sus limitaciones, que conlleva considerar a la memoria como formación discursiva. El trabajo se estructura en tres bloques. En primer lugar, se caracterizan los grandes paradigmas de la memoria social, a partir de una discusión con la obra de Paul Ricouer. El análisis no se detiene en este punto, sino que incorpora aportes como los de Halbwachs o Spivak para enriquecer y problematizar la lectura. En segundo lugar, se aborda la conflictiva relación entre la memoria y la ideología, a partir de los análisis que hace Ricoeur de los usos y abusos de la memoria y el olvido. Garbarino indaga en la dimensión de la instrumentalización de la memoria y el olvido, ya que, para Ricoeur, esta es la dimensión ideológica del problema. En último lugar, se realiza un balance que pone en perspectiva el alcance y los límites de esta posición respecto a la memoria.

“Inseguridad y memoria. Las huellas del pasado en el presente” de Myrna Edith Bilder gira en torno a dos cuestiones. Por un lado, Bilder se ocupa de indagar acerca de la representación de la experiencia de los años setenta en Argentina que persiste en el discurso seguritario y que es favorable a las políticas punitivas. Por otro lado, analiza la forma en la que se realizó la transición de la última dictadura a la democracia, para comprender cómo persisten, tanto la postura de una condena mayoritaria hacia la represión de los años setenta, como un reclamo colectivo hacia el Estado para que resuelva la problemática de la inseguridad a través de mecanismos legales de mayor represión y punición. El análisis se estructura en siete secciones que recorren las formas de representación de la última dictadura, la experiencia de la inseguridad, las huellas del pasado en el presente, la experiencia de la inseguridad y la memoria de la dictadura, lo negado del pasado retorna en el presente y una conclusión, en la que se analiza una figura principal, un modelo sobre el que gira la representación de la experiencia de la inseguridad en el presente y representaciones de la experiencia de la dictadura.

El trabajo de Juan Ignacio Veleda, “Joan Scott y Frank Ankersmit. Enfoques contemporáneos sobre la relación entre historia, experiencia y lenguaje”, estudia la relación entre historia y experiencia a partir del análisis de dos posiciones teóricas contemporáneas. Por un lado, en el campo de la historiografía, Joan Scott y la revisión crítica que realiza de la idea de “experiencia”. Por otro lado, los aportes del filósofo Frank Ankersmit al respecto del concepto de “experiencia histórica”, en tanto este es un modo particular de experiencia. Hay dos ejes, sobre los que Veleda pone en diálogo a ambos autores. Por una parte, cierto reduccionismo sobre el que finalmente ambas propuestas recaen, y por otra parte, el problema de la mediación discursiva de la experiencia. El trabajo finaliza con las conclusiones, en donde se da lugar a los puntos de contacto entre los autores, así como a la apertura de nuevas interrogantes que permitan pensar la problemática de la memoria histórica sin que esta quede presa del determinismo lingüístico y que tenga en cuenta la implicancia de las interpretaciones como un espacio de disputa.

Para finalizar, nos encontramos con el artículo de Rosa E. Belvedresi: “¿Puede hablarse de experiencia histórica? Algunos intentos por responder a esta pregunta”. Este rastrea uno de los conceptos centrales de los últimos años del campo de investigación, el concepto de “experiencia histórica”. Al ser considerado desde la perspectiva de la filosofía de la historia o desde la historiografía se plantean tres cuestiones que atraviesan este trabajo: qué es la experiencia histórica, de qué es experiencia y quiénes la tienen. En el primero de los apartados, “Experiencia histórica: un concepto evasivo”, se parte de la definición de experiencia de Ferrater Mora para luego señalar tres modos de aproximación al concepto de “experiencia histórica”: la pregunta por si la experiencia es o no pre-reflexiva y, si lo fuera, qué clase de sujeto exigiría; luego, la posibilidad de que la experiencia sea acumulativa y, por último, la pregunta por la posibilidad de un sujeto colectivo que tenga o comparta una experiencia. Desde este punto, se analizan obras de Martin Jay y David Carr, que abordan la cuestión de la experiencia histórica. A partir de estos aportes, Belvedresi logra deslindar dos modos posibles de definir la experiencia histórica: en un sentido amplio, como aquella que tienen los agentes sociales al captar la densidad histórica del mundo en el que están insertados; en un sentido más restringido, como aquella que tienen los historiadores, al entrar en contacto con objetos y documentos del pasado que pongan en juego su interpretación al formular relatos con pretensión de explicación. En los siguientes apartados, nos encontramos con diversos abordajes de la cuestión de la experiencia histórica que entran en juego con las notas características destacadas anteriormente, tanto sea en la exposición de diversas tesis, como en el señalamiento de algunas de sus potencialidades. Otro punto a mencionar es que el trabajo de Belvedresi, no solo funciona como epílogo de la obra sino que también es una invitación a re-considerar nuevas lecturas del resto de los capítulos del libro.

Nos encontramos en este libro con un profundo ejercicio filosófico, en el que se perciben los frutos de las investigaciones que alimentaron o culminaron con trabajos de posgrado de los autores y las autoras, como también aproximaciones a cuestiones problemáticas que nutren los debates actuales. A su vez, esto se ve enriquecido por el intercambio y las discusiones entre especialistas que son el resultado de la reflexión de años de trabajo, lo cual nos revela el carácter siempre dialógico de la filosofía. En suma, el libro resulta una pieza valiosa para todos aquellos que quieran acercarse al campo actual de la filosofía de la historia, pero también para aquellos que deseen profundizar sus conocimientos en el área, ya que, no solo nos pone al tanto de los debates actuales, sino que también nos invita al espacio del debate filosófico y nos interpela en nuestro propio contexto histórico.

Alejandro Martín Gómez
Departamento de Filosofía
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Buenos Aires
martinzbjj@gmail.com