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DESDE LA PATAGONIA DIFUNDIENDO SABERES - VOL. 14 - Nº 24 - 2017

ISSN 1668-8848

CONSERV

ACIÓN

Atelognathus patagonicus, especie denominada 

comúnmente rana de Laguna Blanca (ver Figura 1) 
pertenece al grupo de los anfibios, grupo que se ca-
racteriza por tener estadios larvales acuáticos. En el 
grupo de las ranas y sapos estas larvas se denominan 
renacuajos (ver Figura 2), las que después de experi-
mentar una metamorfosis (ver Figura 3) dan lugar a 
juveniles y adultos que pueden vivir tanto en el agua 
como fuera de ella.

Palabras clave: amenazas, Atelognathus 
patagonicus
, conservación, Rana de Laguna Blanca, 
Patagonia.

María Elena Cuello
Lic. en Ciencias Biológicas
Proyecto de Investigacion “Vertebrados de la 
Ecorregión Valdiviana: historia natural, ecología y 
conservación”, Univ. Nac. del Comahue.
melenacuello@gmail.com

María Teresa Bello

  

Bióloga
Dpto. de Explotación de Recursos Acuáticos, Centro 
Regional Universitario Bariloche, Univ. Nac. del 
Comahue.

Carmen Úbeda
Dra. en Biología
Dpto. de Zoología del Centro Regional Universitario 
Bariloche, Univ. Nac. del Comahue.
cubeda@arnet.com.ar

Recibido: 09/08/2017. Aceptado: 13/10/2017

UNA ESPECIE EN PELIGRO

Hacia la conservación de la rana 
acuática de laguna Blanca

La implementación de medidas de conservación sobre una especie, requiere la 

identificación de las amenazas sobre su biología, ecología y distribución. Este es 

el caso de la rana de Laguna Blanca, una especie en peligro de extinción.  

María Elena Cuello, María Teresa Bello y Carmen Úbeda

Figura 1. Rana de Laguna Blanca (Atelognathus pata-

gonicus). A) adulto con morfotipo acuático, B) adulto 

con morfotipo terrestre. Estos morfotipos son reversi-

bles. Nótense las diferencias entre ambos morfotipos 

en los pliegues cutáneos al costado del cuerpo y en 

las membranas interdigitales de los pies, característi-

cas que representan adaptaciones al hábitat. 

Figura 2. Renacuajos de la rana de Laguna Blanca 
en distintos estadios de desarrollo. 
Arriba, renacuajo temprano. Abajo, renacuajo en 
estadio avanzado, en proceso de metamorfosis.

Imagen: A) C. Úbeda, B) M. Calvo

Imagen: R. 

sage

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conservación de la rana acuática de laguna Blanca

M. E. CUELLo, M. T. BELLo, C. ÚBEDA

Imagen: M. E

. Cuello

Figura 3.  Individuo próximo a completar su metamorfosis. Nótese un pequeño remanente de la cola que se 

resaborberá en muy corto tiempo.

Laguna Blanca: deterioro ambiental y medidas de restauración ecológica

Luego de décadas desde la introducción de peces en la Laguna Blanca, especialmente percas (Per-

cichthyis trucha) y truchas arco-iris (Onchorhynchus mykiss), se hicieron notables los efectos negativos 
sobre el ecosistema. Estos peces, que actúan como depredadores tope (ver glosario) en un sistema que 
evolucionó en ausencia de peces, produjeron cambios sobre las características físicas y químicas de la 
laguna y sobre su biota (ver glosario). Entre los muchos efectos negativos detectados pueden mencio-
narse el aumento de la turbidez del agua, alteraciones en las comunidades del plancton y del bentos (ver 
glosario), la desaparición casi total de las macrófitas, la disminución significativa de la abundancia de 
aves migratorias y la extinción de la población de esta rana endémica de la laguna.

Ante los cambios detectados en la Laguna Blanca, en 2003 técnicos de la Dirección Regional Patago-

nia Norte (DRPN) de la Administración de Parques Nacionales (APN) junto a ictiólogos y limnólogos de 
la Universidad Nacional del Comahue, desarrollaron un proyecto conjunto para mejorar las condiciones 
ecológicas de este ambiente. Este estudio, llevado a cabo por s. ortubay y colaboradores, evaluó el esta-
do de la laguna y cuantificó el impacto de los peces. Mediante una clausura experimental de un sector de 
una bahía, se pudo comprobar la factibilidad de la reducción poblacional de percas mediante la pesca 
con redes agalleras. Entonces, en 2005 se inició una nueva etapa para reducir la abundancia de peces, 
con la participación de los pobladores locales y de la comunidad de Zapala, a través de la implementa-
ción de una pesquería artesanal, del aprovechamiento de las percas para el consumo y de la utilización 
de sus subproductos. La reducción poblacional de percas se logró a través de la práctica simultánea de 
distintos tipos de pesca, incluyendo la captura intensiva de control con redes agalleras. Luego de siete 
años de manejo pesquero (2007-2013) se registraron cambios positivos en el ambiente, al modificarse la 
estructura de la población de los peces y disminuir a la mitad su abundancia relativa. Más recientemente, 
se notó un incremento en la transparencia del agua y se registró un aumento en la abundancia de aves 
acuáticas migratorias. El Parque y Reserva Nacional Laguna Blanca (PNLB) actualmente continúa con la 
pesca intensiva, y con el monitoreo del estado de la población de peces y de las condiciones limnológicas 
de la laguna. La recuperación ecológica de la Laguna Blanca es una de las metas del PNLB postulada en 
su actual Plan de gestión.

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Figura 4. Sistema de lagunas del Parque y Reserva Nacional Laguna Blanca y sus alrededores, en el 
centro-oeste de la Provincia de Neuquén. El recuadro delimita el área natural protegida.

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(ver glosario) Myriophyllum quitense y Tetrachondra 
patagonica
 (ver Figura 6). Myriophyllum quitense es 
una planta sumergida y arraigada que crece forman-
do matas densas y presenta tallos largos y ramificados. 
su complejidad estructural provee una variedad de re-
fugios y sitios para fijación o soporte de numerosos 
organismos acuáticos (ver Figura 7). Los tallos de esta 
planta que se desprenden por el oleaje, entran a la de-
riva formando rollizos que se depositan en el área lito-
ral y generan ambientes propicios para la microfauna. 
Tetrachondra  patagonica es una planta pigmea palus-
tre (ver glosario) o acuática con tallos extendidos que 
forma céspedes densos. A la vegetación sumergida se 
adhieren las algas filamentosas formando conglome-
rados que albergan numerosos organismos pequeños. 
En los sectores periféricos de las lagunas, las rocas del 
fondo proporcionan refugio y favorecen el desarrollo 
de algas y de una variedad de presas potenciales, ta-
les como anfípodos, ostrácodos, hirudíneos y larvas de 
odonatos (ver glosario). 

Figura 5. Lagunas endorreicas, típicas de la rana de Laguna Blanca, 

enclavadas en el paisaje estepario.

La rana de Laguna Blanca es una especie endémi-

ca (ver glosario) restringida a un sistema de peque-
ñas lagunas endorreicas (ver glosario) ubicadas en el 
centro-oeste de la provincia de Neuquén (ver Figura 
4). Algunas de estas lagunas se encuentran dentro 
del Parque y Reserva Nacional Laguna Blanca (PNLB), 
pero la mayoría está fuera de un área protegida. En la 
Laguna Blanca, el principal cuerpo de agua del siste-
ma, la población de esta especie se extinguió como re-
sultado de la introducción de varias especies de peces, 
principalmente percas (Percichthys trucha). Esta rana 
ha sido categorizada como “En Peligro” por la Unión 
Internacional para la Conservación de la Naturaleza 
(IUCN por sus siglas en inglés) y es un típico ejemplo 
de la declinación de anfibios en la Patagonia.

Las lagunas que habita esta rana están ubicadas en 

un paisaje estepario (ver Figura 5) determinado por un 
clima árido. Estas laguras presentan importantes fluc-
tuaciones de nivel y poseen una flora y una fauna ca-
racterísticas, con predominio de las plantas macrófitas 

Imagen: M. E

. Cuello

Figura 6. Vista general de una laguna del sistema, en el Parque Nacional Laguna Blanca. Puede apreciarse el 

anillo de vegetación acuática.

Imagen: 

g

. Ignazi

conservación de la rana acuática de laguna Blanca

M. E. CUELLo, M. T. BELLo, C. ÚBEDA

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Un gran número de aves acuáticas migratorias visitan 
anualmente las lagunas para nidificar y alimentarse 
(ver Figura 8). Todas estas lagunas carecen natural-
mente de peces.

En toda el área existe una carga ganadera exce-

siva para este tipo de ambiente; los animales, tanto 
caprinos como ovinos, bovinos y equinos, pastorean 
en las costas y abrevan en las lagunas donde también 
consumen las macrófitas (ver Figura 9), afectando el 
hábitat de renacuajos, juveniles y adultos de la rana.

Estudios iniciales sobre la rana de 
Laguna Blanca y la posterior detección 
de su ausencia 

El primer estudio sobre esta rana data de 1962, 

fecha en que el zoólogo J.M. gallardo describió la 
especie. Luego, entre 1965 y 1972, los investigadores 
J.M. Cei y V.g. Roig analizaron varios aspectos de su 
biología. Posteriormente, en 1980, J.E. Péfaur y W.E. 
Duellman llevaron a cabo estudios ecológicos de la 
especie que revelaron su alta abundancia poblacional 
en la Laguna Blanca.

En uno de sus estudios, Cei y Roig describieron dos 

formas para esta especie: una forma acuática y una 
forma terrestre (ver Figura 1). La forma acuática, que 
vive en el agua asociada a rocas, presenta la piel de 
los costados del cuerpo expandida con pliegues bien 

Figura 8.  La presencia de aves acuáticas 
migratorias durante primavera y verano es 
típica de las lagunas del sistema. En la ima-
gen se observan individuos adultos de cisne 
de cuello negro junto a sus pichones, nacidos 
durante la temporada de nidificación.

Figura 7. Vista de la superficie de una laguna del 

sistema en la cual puede apreciarse la 

abundante vegetación acuática arraigada de 

Myriophyllum quitense

Nótese en primer plano la estructura 

tridimensionalmente compleja de esta macrófita.

desarrollados que le permiten la respiración tegumen-
taria y membranas interdigitales amplias en los pies 
que le facilitan la natación; la superficie ventral es de 
color amarillo anaranjado. La forma terrestre, que ha-
bita fuera del agua debajo de rocas volcánicas o en 
mallines cercanos a las lagunas, tiene los pliegues cu-
táneos reducidos, las membranas interdigitales menos 
desarrolladas y el vientre de color blanco grisáceo.

Imagen: M. E

. Cuello

Imagen: M. E

. Cuello

Figura 9. Ganado vacuno que pastorea sobre la vege-
tación acuática, produciendo un impacto negativo en 
el hábitat de la rana de Laguna Blanca.

Imagen: M. E

. Cuello

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En 1999, la Dirección Regional Patagonia Norte 

(DRPN) de la Administración de Parques Nacionales 
(APN), alarmada por la falta de registros de la rana 
en Laguna Blanca, invitó a investigadores nacionales 
y extranjeros a estudiar la situación de la especie. Así, 
se conformó un grupo mixto de investigadores de la 
Universidad Nacional del Comahue y de la Universi-
dad de oklahoma, Estados Unidos, cuyos objetivos 
iniciales fueron determinar el estatus y la abundancia 
relativa de esta especie en las lagunas del sistema, y 
obtener información sobre aspectos de su biología y 
ecología. Conforme avanzaron los estudios, surgie-
ron más preguntas, formulándose nuevos objetivos e 
incorporándose al proyecto a otros investigadores de 
la Universidad del Comahue, del CoNICET y de la 
Administración de Parques Nacionales de Bariloche.

Distribución de la especie

A nivel geográfico, un relevamiento que se realizó 

entre 2000 y 2004 en el PNLB y sus alrededores, per-
mitió comprobar que la especie se había extinguido en 
la Laguna Blanca, la localidad tipo (ver glosario) de 
la especie y el mayor cuerpo de agua del sistema con 
una superficie de 1.667 ha, pero que estaba presente 
en otras 23 lagunas cuyas superficies oscilan entre 0,8 
y 135 ha. sólo diez de estas lagunas se localizan total 
o parcialmente dentro del PNLB, razón por la cual la 
mayoría de ellas queda fuera del sistema Nacional de 
Áreas Protegidas.

Las principales características de las lagunas en las 

que habita esta especie son: el predominio de fondos y 
costas rocosos, la presencia de densas matas sumergi-
das de la macrófita M. quitense, la ausencia de peces 
y un hidroperíodo (ver glosario) suficiente para que 
pueda ocurrir la reproducción y el desarrollo larvario 
con éxito, hasta finalizar la metamorfosis de los rena-
cuajos. si las lagunas no reúnen estas características, 
se puede esperar que la especie esté ausente.

se ha podido estimar que la extinción de la pobla-

ción de esta especie de la Laguna Blanca representa 
una pérdida mayor al 60% de su área de distribución, 
y que las poblaciones de las pequeñas lagunas don-
de aún se encuentra constituyen un remanente de la 
distribución original. Esta es la razón por la cual la 
organización mundial líder en conservación, la IUCN, 
la ha categorizado como “En Peligro”.

En los últimos años se evaluó la distribución espa-

cial de los diferentes estadios de esta especie en una 
laguna típica del sistema que habita. Los estudios rea-
lizados permitieron reconocer que los microhábitats 
densamente vegetados y los microhábitats rocosos son 
los más frecuentados por la especie durante su ciclo 
de vida. El mayor número de renacuajos se concentra 
en microhábitats vegetados. Los renacuajos próximos 
al final de la metamorfosis, los metamorfos y los juve-

niles y adultos, se localizan en los fondos rocosos de 
la zona periférica de la laguna. Cada uno de estos si-
tios requiere una atención especial para que la especie 
complete su ciclo de vida en forma exitosa.

Una especie con notables respuestas 

plásticas frente a los cambios ambientales

 La rana de Laguna Blanca ha llamado la atención 

por su plasticidad fenotípica (ver glosario), que le per-
mite sobrellevar cambios ambientales inesperados y/o 
adecuarse a distintos ambientes a través del desarrollo 
de estrategias oportunistas. Esta notable plasticidad 
fue estudiada tanto en el desarrollo larval como en la 
etapa adulta en lagunas con diferente hidroperíodo. 
Los siguientes son buenos ejemplos de la plasticidad 
que presenta esta especie.

Respuesta a diferentes hidroperíodos

De acuerdo al hidroperíodo de las lagunas en que 

vive, la rana de Laguna Blanca presenta diferentes es-
trategias de desarrollo larval en cuanto a la duración 
del período larvario. En las lagunas permanentes la 
población presenta una estrategia doble: algunos re-
nacuajos tienen un periodo larval corto y metamorfo-
sean en la misma estación de crecimiento (primave-
ra-verano) en la que eclosionaron, mientras que otros 
renacuajos presentan un período larval prolongado 
con individuos que, eclosionados en primavera, trans-
curren el verano y el invierno en la laguna y metamor-
fosean con un mayor tamaño en la siguiente estación 
de crecimiento. En las lagunas temporarias, la deseca-
ción del cuerpo de agua hacia fines del verano induce 
y acelera el desarrollo de los renacuajos resultando 
únicamente en un período larval corto. Esta notable 
plasticidad en estrategias de desarrollo le permite a 
la especie colonizar ambientes tan diversos como la-
gunas permanentes y temporarias, o superar sequías 
extraordinarias en lagunas típicamente permanentes.

Respuesta a las fluctuaciones ambientales es-

tacionales

Años después de que Cei y Roig comunicaran la 

existencia de las formas acuática y terrestre para esta 
especie, en un estudio de las autoras de este artículo 
se comprobó que “acuática” y “terrestre” no eran for-
mas fijas sino dos morfotipos (ver glosario) que pue-
den presentarse en un mismo individuo. Cada morfo-
tipo tiene características morfológicas que destacan la 
plasticidad de la especie para ajustarse a un ambiente 
particular. En este estudio se analizaron las variaciones 
en la proporción de los morfotipos “acuático” y “te-
rrestre” en una laguna temporaria del sistema, durante 
tres años. Mientras la laguna mantiene el agua, las 
ranas expresan el morfotipo acuático, pero a medi-
da que se va secando cambian al morfotipo terrestre; 

conservación de la rana acuática de laguna Blanca

M. E. CUELLo, M. T. BELLo, C. ÚBEDA

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cuando la laguna recupera nuevamente su nivel, las 
ranas vuelven a expresar su morfotipo acuático. Así se 
comprobó que estos morfotipos son reversibles, lo que 
muestra la notable plasticidad que le permite a los in-
dividuos de esta especie habitar tanto lagunas perma-
nentes como temporarias y eventualmente enfrentar 
condiciones adversas como una sequía prolongada.

Respuesta a las diferencias en la oferta ali-

mentaria

Los dos morfotipos están adaptados a diferentes 

hábitats y, en consecuencia, sus dietas son totalmen-
te distintas e incluyen presas asociadas al ambiente 
acuático o al terrestre según sea el caso.

La morfología de las presas consumidas, su res-

puesta de escape y su disponibilidad temporal y es-
pacial, difieren entre ambientes. Las presas acuáticas 
habitan bajo rocas y/o son nadadoras lentas, mientras 
que las presas asociadas con el ambiente terrestre son, 
generalmente, deambuladoras o voladoras de vuelo 
débil. En ambientes acuáticos, juveniles y adultos de 
la rana capturan generalmente anfípodos, ostrácodos, 
hirudíneos y larvas de odonatos. En ambientes terres-
tres capturan insectos y arañas.

La posibilidad de capturar organismos acuáticos y 

terrestres, con la consiguiente diversificación de pre-
sas, evidencia la plasticidad de la especie y su habili-
dad para modificar su espectro trófico (ver glosario) 
ante un cambio de ambiente.

Amenazas, avances y desafíos para la 
conservación de la especie

Por tener un ciclo de vida complejo, vinculado al 

ambiente acuático y al terrestre, los anfibios son vulne-
rables a la alteración de cualquiera de los dos medios 
y, por lo tanto, su conservación requiere de esfuerzos 
para asegurar la integridad de ambos tipos de hábitat. 
En el caso particular de las lagunas habitadas por esta 
especie, se encontró que tanto las lagunas permanen-
tes como las temporarias, sufren un importante grado 
de deterioro. La detección de estas y otras amenazas 
sobre la especie y su hábitat, y la posterior interacción 
entre investigadores y gestores de las instituciones en-
cargadas de la conservación, se tradujo en acciones 
de conservación.

A lo largo de los estudios realizados se pudieron 

detectar varias amenazas sobre la especie. Por un 
lado, las pequeñas lagunas actualmente habitadas 
por la especie constituyen un remanente de la pobla-
ción original. siendo endorreicas, las subpoblaciones 
de la rana de cada laguna están aisladas geográfica-
mente y sujetas a una dinámica poblacional particu-
lar que las hace más vulnerables. Por otro lado, las 
lagunas radicadas fuera del Parque Nacional, que se 
encuentran bajo la jurisdicción provincial, carecen de 

controles oficiales y están expuestas a la fuerte presión 
de los pobladores que promueven el uso ganadero en 
la zona y no desaprueban las siembras de peces.

A esto se agrega que es habitual la presencia de 

ganado local que pastorea y abreva en las lagunas. A 
éste se suma el ganado trashumante (ver glosario). En 
el ambiente terrestre, los animales destruyen la vege-
tación y erosionan el suelo, perjudicando a metamor-
fos (ver glosario) y ranas con el morfotipo terrestre, 
que habitan fuera del agua. En el ambiente acuático, 
el ganado también pastorea en las costas, abreva y 
consume la macrófita, alterando el hábitat de larvas, 
juveniles y adultos de esta especie.

otro grave problema es que los peces introducidos 

en las lagunas alteran las propiedades físicas y quí-
micas del ambiente, reduciendo la macrofitia, compi-
tiendo con las ranas por el alimento y al mismo tiempo 
depredando sus renacuajos, juveniles y adultos.

Transferencia de resultados y medidas de 

manejo

La transferencia de los resultados de estos estudios 

se realizó a través de la elaboración y edición de un 
folleto (ver Figura 10) y de un póster (ver Figura 11) 
que ilustran el hábitat de esta especie, los aspectos 
básicos de su biología y el impacto negativo de la in-
troducción de percas en la Laguna Blanca, así como 
la realización de talleres. Estos talleres fueron organi-
zados en forma conjunta entre integrantes del Centro 
Regional Universitario Bariloche, de la Dirección Re-
gional Patagonia Norte de la APN y del PNLB, y con-
taron con la participación de técnicos del Centro de 
Ecología Aplicada de Neuquén, guardafaunas provin-
ciales y pobladores locales.

La transferencia de resultados realizada a entida-

des gubernamentales sobre los impactos y amenazas 
detectados sobre esta especie, se ha traducido en ac-
ciones de conservación. Los siguientes son dos buenos 
ejemplos de acciones emprendidas por la Administra-
ción de Parques Nacionales. Por un lado, la elabora-
ción de un Protocolo de Monitoreo, en conjunto con 
la Dirección Regional Patagonia Norte de la APN, que 
pauta el relevamiento de perturbaciones naturales en 
el hábitat terrestre y acuático de la rana y de las po-
sibles alteraciones provocadas por la acción del ga-
nado y/o de la introducción de peces. se realiza dos 
veces al año, en primavera y en verano. Por otro lado, 
el Parque Nacional llevó a cabo la construcción de un 
cerco perimetral (de aproximadamente 3 km de largo) 
alrededor de una laguna del parque, la Laguna Verde, 
que impide el acceso de ganado a la misma. Al cabo 
de dos años de implementada  esta medida se hizo 
evidente la recuperación de la vegetación costera y de 
las macrófitas.

Esta experiencia exitosa se repitió en otras dos  la-

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Figura 11. Póster elaborado para explicar e ilustrar los cambios producidos en la Laguna Blan-

ca como consecuencia de la introducción de percas en el ecosistema, que a su vez llevaron a la 

extinción local de la rana de Laguna Blanca.

Imagen: M. E

. Cuello

Figura 10. Folleto de divulgación destinado a 
un público general visitante del Parque Nacio-
nal Laguna Blanca. Contiene información sobre 
aspectos de la biología y ecología de la rana 
de Laguna Blanca, así como del impacto de las 
percas en el ecosistema de esta laguna.

Imagen: M. E

. Cuello

conservación de la rana acuática de laguna Blanca

M. E. CUELLo, M. T. BELLo, C. ÚBEDA

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gunas del Parque (Laguna Antiñir y Laguna Batea). En 
la primera se instalaron, por fuera del cerco, tanques 
de agua alimentados desde un mallín aledaño. De es-
tos tanques se aprovisionan de agua los pobladores, 
el ganado local y el trashumante (ver Figura 12).

Recomendaciones y desafíos a futuro

Desde el punto de vista de la conservación de esta 

especie, se destaca la importancia de preservar tanto 
lagunas permanentes como temporarias, dado que 
estas últimas también constituyen un hábitat apropia-
do para la reproducción y el desarrollo embrionario y 
larvario.

Deberían ser consideradas de alta prioridad en la 

conservación de la especie aquellas lagunas habita-
das por ejemplares de esta especie que carecen de 
protección por estar fuera del PNLB. Estas lagunas de-
berían ser incorporadas al sistema provincial de áreas 
protegidas de la provincia de Neuquén.

Para la conservación de la especie es necesario 

preservar íntegros los ambientes donde viven ranas y 
renacuajos, donde también proliferan los pequeños 
organismos que constituyen su dieta. se requiere pla-
nificar la exclusión del ganado y de las prácticas aso-

Figura 12.  Cerco perimetral en la Laguna Antiñir, en el Parque y Reserva Nacional Laguna Blanca. En primer 
plano se observan los contenedores con agua instalados por fuera del cerco, para que el ganado abreve.

Imagen: 

g

.J

. Iglesias

ciadas a la ganadería local y la trashumante que afec-
tan la vida acuática y alteran claramente el desarrollo 
y la prosperidad de las macrófitas y de la vegetación 
terrestre circundante.

Es de destacar el esfuerzo realizado por las auto-

ridades de la APN para regular la actividad humana 
en el PNLB, en particular al prohibir y controlar la in-
troducción de peces y las prácticas relacionadas con 
la cría de ganado en el área. También se resaltan los 
avances de la provincia de Neuquén en el aspecto 
legislativo para controlar la introducción de especies 
exóticas y los vinculados a la protección de esta espe-
cie en particular.

Futuras contribuciones en el conocimiento de nue-

vos aspectos de la historia de vida de la rana de La-
guna Blanca podrán servir para continuar con nuevas 
medidas y/o para ajustar medidas ya tomadas, enca-
minadas hacia la protección de la especie.

Glosario

Anfípodo: Pequeño crustáceos acuático del or-

den Amphipoda, que posee un cuerpo comprimido 
lateralmente y sin caparazón.

Bentos: En ecología se llama bentos a la comuni-

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Lecturas sugeridas

Cuello, M. E, Perotti M. g. e Iglesias g. (2009). Dramatic 

decline and range contraction of the Endangered pa-
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Cuello, M. E., Úbeda C. A. y Bello M. T. (2017). Habitat 

associations for the endangered frog Atelognathus pa-
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Núñez, C., Pastore, H., Chauchard, L., Ferreyra, N., 
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pp. 183-192.

y los caballitos del diablo. Viven asociados a ambien-
tes acuáticos, que son necesarios para el desarrollo de 
sus estadios larvales acuáticos.

Ostrácodo:  Pequeño crustáceo acuático de la 

clase ostracoda en los cuales el cuerpo está encerra-
do en un caparazón de dos valvas.

Palustre: Dicho de una planta que vive en char-

cas y pantanos.

Plasticidad fenotípica: Propiedad de los indivi-

duos de producir cambios en el comportamiento, mor-
fología y fisiología y refleja la habilidad del organismo 
para responder frente a variaciones  en el hábitat.

dad formada por los organismos que habitan sobre o 
dentro del fondo de los ecosistemas acuáticos.

Biota: Conjunto de seres vivos de una región o 

lugar. También puede aplicarse a un repertorio de es-
pecies de un compartimiento del ecosistema, como el 
suelo.

Depredador tope: Depredador que ocupa el o 

los más altos niveles de la cadena alimentaria y a su 
vez no tiene depredadores naturales.

Endémico: se dice de la distribución de un taxón 

(especie, género familia, etc.) que es propio y exclusivo 
de un ámbito geográfico determinado.

Endorreico: De o relativo al drenaje de una 

cuenca que no tiene desagüe o salida fluvial hacia el 
océano. Un lago endorreico es un lago que no eva-
cua cantidades significativas de agua ni por desagüe 
superficial ni por infiltración, es decir, que evapora en 
su superficie toda el agua que colecta de su cuenca 
hidrográfica. Por definición, un lago endorreico está 
localizado siempre en el interior de una cuenca endo-
rreica, en un mínimo topográfico local de la misma.

Espectro trófico: Variedad de alimentos que con-

forman la dieta de una especie consumidora a lo largo 
de un período.

Ganadería trashumante: Tipo de pastoreo en 

continuo movimiento, adaptándose en el espacio a 
zonas de productividad cambiante. se diferencia del 
nomadismo en tener asentamientos estacionales fijos 
y un núcleo principal fijo (pueblo) del que proviene la 
población que la practica.

Hirudíneo:  Conocidos comúnmente como san-

guijuelas, estos invertebrados pertenecen a la clase 
Hirudinea de los anélidos y se caracterizan por poseer 
una ventosa en cada extremo del cuerpo y una gran 
flexibilidad y elasticidad.

Hidroperíodo: Periodo de tiempo durante el cual 

un humedal está cubierto de agua.

Localidad tipo: Localidad o ubicación geográ-

fica donde se encontraron ejemplares tipo de una es-
pecie, sobre los que se basa la descripción de dicha 
especie.

Macrófita: Planta macroscópica, suficientemente 

grande como para ser vista a ojo desnudo; término 
utilizado especialmente para plantas acuáticas. Com-
prenden las macroalgas, las pteridofitas (musgos, 
helechos) adaptadas a la vida acuática y las angios-
permas. se denomina macrofitia al conjunto de las 
macrófitas de un determinado ambiente o lugar.

Metamorfo: Individuo en el estado final de la me-

tamorfosis, caracterizado por la cola resorbida.

Morfotipo: Cualquiera de los tipos morfológicos 

que pueden encontrarse en una misma especie dentro 
de una población.

Odonato: Insecto depredador del orden odona-

ta, que incluye formas tan conocidas como las libélulas 

Dedicado a María Teresa Bello (1939-2017) 

quien compartió con nosotras varios estudios y pu-
blicaciones, sumando generosamente su experien-
cia en ecología de peces al estudio de los anfibios 
patagónicos.

conservación de la rana acuática de laguna Blanca

M. E. CUELLo, M. T. BELLo, C. ÚBEDA