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DESDE LA PATAGONIA DIFUNDIENDO SABERES - VOL. 14 - Nº 24 - 2017

ISSN 1668-8848

La arqueología es una disciplina científica que 

estudia los restos materiales dejados por el hombre 
y, en tal sentido, en general suele analizar aquellos 
producidos por poblaciones del pasado lejano. Sin 
embargo, eso no implica que no se interese también 
por materialidades generadas en tiempos recientes, la 
arqueología histórica es un claro ejemplo de ello. Pero 
también los estudios arqueológicos requieren y nece-
sitan considerar las alteraciones o modificaciones que 
se producen en el presente sobre el registro arqueoló-
gico. En tal sentido, es importante tener en cuenta que 
los arqueólogos estudiamos los restos materiales tal 
como se hallan o son encontrados en el presente. En 
el caso de la Patagonia, existe un riquísimo registro ar-
queológico prehistórico que evidencia el poblamiento 
de esta región desde hace muchos miles de años. Éste 
se encuentra en abrigos rocosos o en sitios al aire li-
bre, tanto en estratigrafía como en superficie. A su vez, 
el registro arqueológico se halla sometido a importan-
tes procesos de alteración, modificación y destrucción, 
producidos por causas naturales, como por ejemplo la 
erosión eólica, o por causas generadas por el hombre, 
principalmente por la modificación y contaminación 
del paisaje (construcción de caminos, avance urbano, 
etc.) y el coleccionismo.  

En la costa norte de la provincia de Santa Cruz, 

a partir de estudios espaciales, hemos podido ana-
lizar la incidencia de algunas variables que afectan 

el registro arqueológico, destacándose que la acción 
humana es la más importante y la más extendida. En 
este marco, quisiéramos presentar el caso particular 
de la isla Liebres, una pequeña isla de fácil acceso 
durante la marea baja, y que se ubica dentro de la de-
nominada localidad arqueológica (ver Glosario) Pun-
ta Medanosa, una de las más importantes, variadas y 
extensas de la costa patagónica continental. En esta 
isla hemos detectado un interesante registro arqueoló-
gico compuesto principalmente por entierros humanos 
de tipo chenques (ver Glosario), lo que estaría refle-
jando que fue utilizada principalmente como lugar de 
inhumación. En los últimos años, debido a diversas 
circunstancias, se liberó el acceso a esta isla a la cual 
antes sólo se accedía con el permiso de los dueños de 
la estancia en la que está ubicada. Esto generó que 
se haya convertido en un lugar de uso común para 
pescadores y excursionistas de las ciudades del norte 
de Santa Cruz. Sin embargo, también se ha produci-
do un importante deterioro ambiental de la isla, ya 
que el acceso a la misma es irrestricto, lo que sumado 
a las malas prácticas de quienes la visitan (como las 
grandes cantidades de basura que se dejan en el lu-
gar), está afectando de forma significativa el registro 
arqueológico. 

La isla Liebres y su particularidad

La isla Liebres se ubica en el extremo Este de la 

localidad arqueológica Punta Medanosa, en la costa 
Norte de la provincia de Santa Cruz (ver Figura 1). Se 
trata de una pequeña isla de forma rectangular, que 
mide poco más de un kilómetro de largo, y durante las 
mareas bajas queda unida al continente por un estre-
cho puente de tierra emergida a través del cual es fácil 
acceder  a pie o con vehículos de doble tracción. Esta 
isla no se diferencia en mucho de otras pequeñas islas 
e islotes que existen en la costa patagónica: presenta 
extensas restingas de rocas volcánicas como las que 
existen en las cercanías de Puerto Deseado, y tiene 
una fina cubierta sedimentaria en la que se mezclan 
conchilla y sedimentos traídos por el viento. En esta 
isla existen colonias de nidificación de pingüinos de 

Palabras clave:   alteraciones, chenques, costa de 
Santa Cruz, registro arqueológico.

Miguel Ángel Zubimendi
Dr. en Ciencias Naturales
CONICET; Unidad Académica Caleta Olivia, 
Universidad Nacional de la Patagonia Austral y 
División Arqueología, Museo de la Plata, Universidad 
Nacional de La Plata. 
mikelzubimendi@gmail.com

Recibido: 06/06/2017. Aceptado: 19/10/2017

ARQUEOLOGÍA

SITIOS ARqUEOLóGICOS DE LA ISLA LIEbRES 

Entierros antiguos y alteraciones 
modernas

En la isla Liebres, sobre la costa norte de Santa Cruz, existe una gran cantidad de 

entierros indígenas, los cuales han comenzado a ser alterados y destruidos debido 

a la falta de protección. 

Miguel Ángel Zubimendi

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MIGUEL ÁNGEL ZUbIMENDI

Magallanes (Spheniscus magellanicus), así como otras 
colonias menores de gaviotas australes (Larus scores-
bii
) y gaviotas cocineras (Larus dominicanus). Al menos 
hasta mediados del siglo XX existía también una colo-
nia de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens). 

En lo que se diferencia Liebres de otras islas es que 

en ella existen interesantes vestigios de los antiguos 
pobladores que habitaron esta parte de la Patago-
nia. A partir de estudios realizados por el equipo de 
investigación dirigido por la Dra. Alicia Castro desde 
1999 en esta zona, especialmente los efectuados en 
los últimos años, se ha registrado una gran cantidad 
de sitios arqueológicos. Estos estudios se realizaron 
por medio de relevamientos sistemáticos a lo largo 
del tiempo. En los mismos se decidió no realizar in-
tervenciones sobre el registro arqueológico, sino un 
relevamiento fotográfico y completar fichas confec-
cionadas especialmente. De esta forma, se registró 
la posición geográfica de cada sitio, se describieron 
las principales características (tipo, dimensiones, con-
texto sedimentario), así como la presencia de restos 
o indicadores arqueológicos (principalmente artefac-
tos líticos, restos de valvas o huesos, etc.). También se 
relevaron evidencias de alteraciones recientes, como 
la presencia de basura o modificaciones en algunas 
estructuras arqueológicas. En los relevamientos reali-
zados hemos encontrado también con gran cantidad 
de restos y estructuras modernas, recientes, que se en-
cuentran en estrecha asociación espacial con aquellas 
prehistóricas, y que incluso, están afectando de forma 
creciente el registro arqueológico. En total, en la isla 
hemos identificado 51 sitios arqueológicos y estruc-
turas recientes. En la Tabla 1 se brindan los resulta-
dos de los estudios encarados en esta isla, mientras 
que su ubicación espacial se presenta en la Figura 1.

El registro arqueológico de la isla Liebres

La gran mayoría de los sitios arqueológicos corres-

ponde a estructuras de piedra utilizadas para entierros 

de tipo chenque. Los chenques comúnmente refieren 
a enterratorios humanos formados por una acumula-
ción de rocas de tamaño mediano a grande en los 
que, en general, el o los cuerpos ubicaban debajo de 
las rocas. Suelen ser estructuras aisladas, ubicadas en 
posiciones elevadas del terreno, en general en puntos 
panorámicos. Este tipo de práctica de entierro pre-
senta una significativa regularidad y homogeneidad 
en toda la Patagonia, ya que se la registra desde el 
Norte hasta el extremo Sur de esta región. En cuanto 
a la antigüedad de los chenques, es posible acotar su 
desarrollo a un periodo que abarca desde hace 1500 
años antes del presente hasta momentos históricos.

En el caso de isla Liebres, los chenques tienen una 

forma circular u ovalada, están hechos con rocas vol-
cánicas disponibles traídas desde las playas cercanas, 
y se ubican mayormente muy cerca de la costa, aun-
que algunos se encuentran en la parte central de la 
isla, a no más de 80 m de la costa. A su vez, casi todos 
los chenques parecieran estar abiertos, o sea, presu-
ponemos que han sido alterados hace mucho tiempo, 
por lo que presentan una forma típica de anillo o co-
rona de bloques de diferentes dimensiones (ver Figura 
2a). Incluso en el año 2001 se registró una vértebra 
humana muy alterada por las condiciones ambienta-
les en uno de los chenques, lo que refuerza la idea 
de que estas estructuras corresponden a chenques que 
han sido abiertos. Estos son comunes en la costa de 
Santa Cruz, donde los chenques han sido saqueados 
desde hace cientos de años, probablemente para la 
extracción del cráneo de los individuos depositados en 
estos enterratorios. En este sentido, existe una figura 
del siglo XVII que muestra a un grupo de navegantes 
holandeses saqueando un chenque donde se encuen-
tran actualmente la ciudad de Puerto Deseado. Los 
chenques también sufren modificaciones o alteracio-
nes naturales. Por ejemplo, en la isla, se registró en un 
caso una estructura en la que en 1999 existía un molle 
(Schinus polygamus) en el centro de la misma y también 
un nido de pingüino de Magallanes (ver Figura 2b). 
Interpretamos a unos pocos chenques como probable-
mente cerrados o no alterados. Éstos son de menores 
dimensiones, presentan una acumulación central de 
rocas y son más alargados o tienen forma oval, ade-
más carecen del anillo o corona de bloques (ver Figura 
2c). Por último, dos estructuras han sido modificadas 
recientemente: una desarmada para construir un fo-
gón (ver Figura 2d) y aquella en la que se hallaba el 
molle. Ambas serán descriptas en la siguiente sección.

Los chenques de la isla Liebres comparten carac-

terísticas con este tipo de entierros en el resto de la 
Patagonia. Si bien no contamos de momento con 
información sobre la antigüedad específica de estos 
chenques, es posible asumir que tienen datan de entre 
1.000 y 300 años antes del presente, que es el ran-

Tipo

Subtipo

Modernas

17

Fogones

8

Pozos de basura

2

Indeterminadas

3

Chenques

30

Abiertos

24

Cerrados

4

Modificados

2

Concheros

4

Concheros

4

Total

51

Tabla 1. Sitios arqueológicos y estructuras recientes 

identificados en la isla Liebres.

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Figura 1. Ubicación de la isla Liebres en la costa patagónica y de los sitios arqueológicos y estructuras 
recientes registrados durante los relevamientos realizados.
- Imagen de M.A Zubimendi

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go de fechas de este tipo de estructuras de entierro 
registradas en la costa norte de Santa Cruz por los 
Dres. Miguel Zubimendi y Leandro Zilio. Los chenques 
se hallan en varias partes de la isla, aunque la distri-
bución espacial no es homogénea (ver Figura 1), ya 
que existe un claro agrupamiento de 21 chenques en 
la playa noroeste, a lo ancho de un tramo de sólo 
150 metros de largo por 30 metros de ancho, mien-
tras que en el resto de la costa prácticamente care-
ce de estructuras o se hallan muy separadas entre sí. 

Este tipo de agrupamientos de chenques ya ha 

sido identificado en otras partes de la Patagonia, y 
se los ha interpretado como lugares persistentes se-
gún la definición realizada por la arqueóloga Sarah 
Schlanger, quien define este concepto para analizar 
poblaciones horticultoras del sudoeste norteamerica-
no. Los lugares persistentes serían entonces, espacios 
que estructuran el uso y la reutilización de algunas zo-
nas o territorio, debido a que presentan cualidades en 
el paisaje que los vuelven particularmente adecuados 
para llevar a cabo ciertas actividades o prácticas, ya 
que presentan restos o estructuras que atraen el reu-
so, reocupación, y estructuran las actividades futuras, 
por procesos de ocupación y reocupación en el lar-
go plazo. En la costa cercana a Puerto Deseado, el 
arqueólogo Leandro Zilio ha planteado la existencia 
de varias concentraciones de chenques en espacios 
acotados. Estos constituyen lugares persistentes que 
fueron reconocidos como posibles enterratorios en los 
sentidos planteados por Schlanger. En estos casos, los 
espacios que son considerados persistentes presentan 
en su cercanía afloramientos de bloques rocosos que 
fueron utilizados para la construcción de los chen-
ques, y una vez que estos espacios empezaron a ser 
utilizados para tal fin, favorecieron la posibilidad de 
ser reutilizados para prácticas mortuorias y no otras 
funciones, como por ejemplo con fines residenciales.

En la isla también se han identificado cuatro sitios 

“concheros” (ver Glosario), compuestos principalmen-
te por valvas de moluscos de diferentes especies, prin-
cipalmente lapas (Nacella magellanica) y mejillones 
(Mytilus edulis), y en menor medida, piezas líticas y 
restos óseos. Debido a que los relevamientos realiza-
dos no incluyeron excavaciones, no se pudo compro-
bar si estos sitios presentan material en estratigrafía, 
es decir si existen restos arqueológicos enterrados o 
si son contemporáneos a los chenques. Sin embargo, 
en algunos casos hemos comprobado la presencia de 
valvas semienterradas en el sedimento, lo que junto 
con restos de carbón claramente asociados, nos lle-
va a creer que existirían materiales enterrados. Los 
sitios concheros corresponden al descarte del con-
sumo de moluscos que forman acumulaciones de 
valvas, las cuales favorecen la preservación de otros 
restos arqueológicos, como los huesos de animales 
también consumidos y los desechos de talla de arte-
factos de piedra. A su vez, la presencia de conche-
ros se asocia a ocupaciones residenciales donde se 
realizaron mayor cantidad de actividades diarias por 
un periodo de tiempo que no podemos estimar. De 
acuerdo a lo observado, es probable que los con-
cheros poco densos de isla Liebres correspondan a 
ocupaciones efímeras, de corta duración. Los con-
cheros, en general, se ubican apartados de los entie-
rros chenques, lo que parece reflejar una segregación 
espacial entre los aspectos domésticos y mortuorios. 

Estructuras recientes en la isla Liebres

En los últimos años hemos registrado la construc-

ción de nuevas estructuras, en su gran mayoría de 
piedra. Se trata de estructuras de distinto tipo, casi 
todas construidas luego del año 2001, ya que no fue-
ron registradas en un estudio que realizamos en di-
cho año, y probablemente con posterioridad al año 
2012, cuando se produjo la apertura del camino de 
acceso a Punta Medanosa. Con anterioridad a 2012, 

MIGUEL ÁNGEL ZUbIMENDI

En la Argentina, el patrimonio arqueológico -y paleontológico- está protegido por la Ley Nacional 

Nº 25.743 “Protección del patrimonio arqueológico y paleontológico” promulgada en el año 2003. El 
objetivo de la misma es promover la preservación, protección y tutela del Patrimonio Arqueológico y Pa-
leontológico como parte integrante del Patrimonio Cultural de la Nación y el aprovechamiento científico 
y cultural del mismo. En su Artículo 2º define al patrimonio arqueológico como a “las cosas muebles e 
inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza que se encuentren en la superficie, subsuelo o sumergidos 
en aguas jurisdiccionales, que puedan proporcionar  información sobre los grupos socioculturales que 
habitaron el  país desde épocas precolombinas hasta épocas históricas  recientes”. El Estado nacional y 
los Estados provinciales son los encargados de velar y controlar la aplicación de esta ley, y ejercen por 
lo tanto la tutela del patrimonio arqueológico, para lo cual deben adoptar las medidas tendientes a la 
preservación, custodia, investigación y divulgación. Dentro de esta ley se estipulan también los delitos y 
las penas que implican la recolección o el traslado de restos arqueológicos sin permiso expreso de los 
organismos competentes, así como la alteración y/o destrucción de sitios arqueológicos se halla penado 
dentro de esta ley.  

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el acceso estaba vedado y requería el consentimiento 
de los dueños del campo donde se halla isla Liebres. 

Entre las estructuras recientes hemos definido una 

tipología según su forma y probable uso: fogones se-
micirculares, alineamientos de piedras, y pozos de ba-
sura; todos ellos implican una importante alteración y 
contaminación del registro arqueológico y el medioam-
biente de la isla Liebres. Para realizarlas se han usado 
rocas disponibles en las cercanías, en general se em-
plearon bloques de tamaños medianos a chicos, incluso 
hemos podido constatar que en algunos casos se em-
plearon bloques que habrían pertenecido a chenques.  

Los fogones semicirculares conllevan la confección 

de paredes de piedras en seco, sin argamasa, de dis-
tinta altura. En algunos casos, se emplean también 
otros materiales, principalmente chapas metálicas. 
Estos son los más abundantes y se hallan distribuidos 
principalmente cerca del puente que queda expues-
to al bajar la marea. Los pircados semicirculares de 
piedras encierran un espacio protegido (ver Figura 
3.a), que actúa de reparo de los vientos que soplan 

en la isla. En este espacio central se encuentran en 
casi todos los casos carbones en superficie o apenas 
tapados, e incluso en una estructura se encontró una 
parrilla metálica, lo que nos permite afirmar que se 
realizaron fuegos que fueron utilizados para cocinar. 
Los fogones presentan abundante y variada basu-
ra abandonada tanto en el interior (ver Figura 3b), 
como en los alrededores (ver Figura 3c), constituida 
principalmente por botellas de bebidas alcohólicas 
y de gaseosas. Estas evidencias reflejarían que han 
sido construidos por pescadores que suelen pasar la 
noche en la isla. Además, el estado de conservación 
de las mismas -con pircados relativamente altos en 
pie- y la basura observada en los alrededores sugieren 
que estas estructuras no son muy antiguas, ya que los 
plásticos, vidrios y cartones se presentan en un muy 
buen estado de  preservación. Algunos de estos fogo-
nes implican una importante inversión de energía en 
su construcción, ya que pueden alcanzar los 50 cm 
de altura con pircados de bloques rocosos de gran 
tamaño y varios kilos de peso. En algunos casos se 

Figura 2. Vistas de ejemplo de chenques en la isla Liebres; A) chenques abierto; B) chenque con modificación 
natural, molle y cueva de pingüino de Magallanes (fotografía del año 1999); C) chenque probablemente cerra-
do; D) chenque alterado como fogón.

Imagen: M. A. Zubimendi 

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MIGUEL ÁNGEL ZUbIMENDI

Imagen: M. A. Zubimendi 

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han empleado chapas acanaladas, e incluso partes 
metálicas de restos de naufragios que existen en las 
restingas (ver Figura 3d). Es interesante resaltar, a su 
vez, que los fogones se van haciendo y deshaciendo 
frecuentemente. Por ejemplo, entre los años 2016 y 
2017 se observaron algunos fogones que fueron des-
armados (ver Figura 3.e), así como nuevos fogones en 
las cercanías empleando algunos de los materiales de 
los anteriores. También entre estos dos años aumentó 
el número de fogones semicirculares, tanto cerca del 
puente, como en otros lugares de la isla más alejados. 

Otras estructuras corresponden a pequeños pirca-

dos o alineamientos lineales de piedras que apenas 
sobresalen de la superficie. Estos son de distinto ta-
maño, algunos de poco más de un metro de longitud 
y otros de varios metros de extensión. Son estructu-
ras poco numerosas y se hallan en varias partes de 
la isla, cerca de los fogones y de la concentración de 
chenques, y en el extremo sur de la isla. El origen de 
los mismos parece ser variado y haber sido hechos en 
distintos momentos. En el caso de aquellos del extre-
mo sur de la isla, éstos fueron detectados en el año 
2001, y de acuerdo a referencias de los dueños de la 
estancia, se relacionan con la explotación de algas de 
cachiyuyo (Macrocystis pyrifera), actividad económica 
que realizaban hasta hace unos años. Las restantes 
estructuras lineales corresponden a bloques rocosos 
de poca extensión, cuya finalidad no hemos podido 
dilucidar, aunque sabemos que en el año 2001 no 
existían, por lo que son más recientes. En un caso he-
mos podido comprobar que una de estas estructuras 
habría sido generada a partir de la extracción de pie-
dras que conformaban un chenque cercano (ver Fi-
gura 2d); mientras que otras podrían corresponder a 
fogones derrumbados o desarmados (ver Figura 3e).

En el último relevamiento hemos registrado también 

la existencia de pozos abiertos de pequeñas dimen-
siones, rellenos de basura, principalmente botellas 
de vino y cerveza (ver Figura 3f). Esto pozos fueron 
hechos en el último año y se ubican cerca del puen-
te que queda emergido. Se hallan a pocos metros de 
los fogones de mayores dimensiones que hemos visto 
en la isla. Este tipo de estructuras implican el acondi-
cionamiento y la estructuración de espacios por parte 
de los visitantes de la isla, quienes han comenzado a 
determinar lugares específicos para depositar o dejar 
la basura. Esto denota una mayor planificación en las 
estadías que realizan, lo que se asocia a permanencias 
más largas, e incluso con la idea de volver al mismo 
lugar. A su vez, la gran cantidad de botellas obser-
vadas en los pozos y los fogones, estaría reflejando 
la sumatoria de múltiples eventos de visita a la isla. 

La abundante basura es otro aspecto que afecta de 

forma significativa a la isla. Se asocia principalmente 
a desechos de comida y bebida, ya que mayormente 
se halla cerca de pircados y fogones. La basura está 

constituida mayormente por restos de latas y botellas 
de vidrio y plástico, aunque también se observan re-
siduos vinculados a la pesca, como latas con tanza 
y mamelucos para abrigarse, y otros que denotan la 
presencia de grupos familiares, como un juguete in-
fantil registrado en 2016. La basura se encuentra con 
frecuencia en los primeros 300 m de la isla a partir del 
puente, principalmente dentro y en torno a los fogones, 
aunque también asociadas a algún chenque. Por fuera 
de este sector, la presencia de basura es muy baja. 

En cuanto a la alteración de chenques, en los últimos 

años comprobamos dos casos notorios. El primero de 
ellos corresponde a un pircado de fogón realizado so-
bre un chenque identificado en el año 2001, en el cual 
se observó una vértebra humana en superficie, lo que 
permitió comprobar que se trataba de un entierro hu-
mano alterado. En los últimos años, en esta estructura 
observamos la presencia de basura (en concreto, latas 
de cerveza), mientras que los bloques rocosos que ha-
bían formado parte del chenque fueron utilizadas para 
hacer un reparo o pircado, con presencia de carbones 
en el espacio protegido. Este representa el caso más 
claro de alteración de un chenque, constituyendo un 
caso de reciclado del mismo para otros fines. Otra 
estructura alterada es   una que, de acuerdo a obser-
vaciones realizadas entre 1999 y 2001, correspondía 
a un chenque que tenía como particularidad que un 
arbusto de molle de tamaño mediano había crecido 
en el centro, además existía también una cueva de 
pingüinos de Magallanes. En nuestros estudios, hemos 
podido comprobar que en 2016 el molle se hallaba 
talado y no existía más la cueva de pingüinos. Por me-
dio de análisis de imágenes satelitales y fotos propias, 
pudimos situar que el molle fue talado entre fines de 
2012 y comienzos de 2016, época que coincide con 
la apertura del acceso a esta zona. Otro tipo de alte-
raciones que se registran, corresponden al caso de al-
gunas pocas estructuras recientes que son desarmadas 
parcialmente o enterradas para tapar los carbones, 
lo que genera estructuras de piedras con morfologías 
similares a los chenques abiertos, y que con el paso 
del tiempo podrían generar confusión con los mismos.

Palabras finales

Como dijimos al principio de este trabajo, los ar-

queólogos estudiamos los restos materiales dejados 
por el hombre, en el caso de la isla Liebres, podemos 
ver que el registro arqueológico prehistórico presenta 
una serie de particularidades que le otorgan un impor-
tante valor que debe ser conocido, respetado y cui-
dado. Si bien aún no hemos podido conocer en su 
totalidad la forma en que las poblaciones prehistóricas 
del pasado hicieron uso de esta isla en particular -por 
ejemplo, aún carecemos de fechados radiocarbónicos 
que permitan conocer la antigüedad específica de los 
entierros o sitios concheros- podemos afirmar que esta 

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isla fue utilizada casi exclusivamente como lugar de en-
tierro en algún momento desde hace 1.500 años antes 
del presente. Por qué esta isla en particular fue elegida 
para tal fin es un misterio, aunque sabemos de otros 
lugares cercanos en la costa norte de Santa Cruz que 
también fueron elegidos para realizar numerosos entie-
rros. Esta selección de algunos espacios refleja algún 
tipo de intencionalidad y significado que se nos esca-
pa y que difícilmente podamos abordar.  Sin embargo, 
lograr identificar patrones nos permitirá acercarnos un 
poco más a comprender la visión del mundo, así como 
también la forma de disponer de los muertos, de las 
poblaciones que habitaron esta parte de la Patagonia. 

Lamentablemente, nuestra capacidad de conocer 

se ve limitada y amenazada hoy en día por la ace-
lerada acción de personas que visitan este lugar sin 
conocer su importancia, o que aun conociéndola, no 
la respetan y realizan campamentos en la isla (ver Fi-
gura 4) modificando en  forma significativa el paisaje. 
Incluso, en nuestros estudios hemos comprobado que 
las alteraciones crecen año a año y ocupan espacios 
cada vez mayores, lo que implica un aumento impor-
tante en la modificación del paisaje, además de una 
importante contaminación por una gran cantidad de 
basura. Así, las nuevas estructuras de fogón, pircados 
y pozos de basura, junto con la gran cantidad de ba-
sura observada, reflejan un avanzado proceso de alte-
ración, en especial en el extremo norte de la isla, cerca 
del puente que se forma al bajar la marea y por donde 
acceden los visitantes. Por otro lado, la coexistencia 
espacial de distintos tipos de estructuras y sitios puede 
generar en el futuro la dificultad de diferenciar, por 
ejemplo, entierros prehistóricos de estructuras moder-
nas derrumbadas, dado que ambas podrían compartir 
características morfológicas una vez que los pircados 
se derrumban. A su vez, hemos comprobado también 

que se han desarmado chenques para crear otras es-
tructuras de piedra recientes, lo que dificultaría aún 
más la identificación de los mismos. El hecho de con-
tar con un relevamientos sistemático realizado en el 
año 2001, antes de que ocurrieran estas alteraciones, 
nos ha permitido corroborar estas situaciones, que ha-
brían sido difícilmente comprobables de otro modo. 

Es por ello, que junto con los relevamientos y ante 

el grave panorama existente hemos comenzado a in-
teractuar con distintos actores preocupados o invo-
lucrados en la protección del patrimonio cultural, e 
interesados en proteger la isla Liebres, como también, 
la localidad arqueológica Punta Medanosa. En este 
sentido, se ha iniciado un diálogo productivo entre los 
dueños de la estancia de la cual forma parte la isla, la 
Municipalidad de Puerto Deseado, la ciudad más cer-
cana, el Consejo Agrario Provincial y la Administración 
de Parques Nacionales. Esto se relaciona con que la 
isla Liebres y Punta Medanosa constituyen áreas prote-
gidas, la primera a nivel nacional -ya que formará parte 
del Parque Interjurisdiccional Marítimo Isla Pingüino- y 
la segunda de la provincia de Santa Cruz. A partir del 
mismo buscamos mitigar el daño realizado sobre el 
registro arqueológico, así como modificar algunas de 
las condiciones que han favorecido las intensas altera-
ciones que se han producido. Por último, también pre-
tendemos generar conciencia acerca de la protección 
del patrimonio cultural que se halla en riesgo y del va-
lor de su conservación en el futuro. Entre las acciones 
propuestas se hallan la prohibición o limitación de ac-
ceso con fines recreativos; la concientización sobre las 
particularidades de la isla y el valor de su conservación 
para que se tome conciencia del porqué de su protec-
ción; y que permita generar una legislación, ya sea a 
nivel municipal, provincial o nacional, cuya finalidad 
sea la protección y conservación de la isla Liebres.

Imagen: M. A. Zubimendi 

MIGUEL ÁNGEL ZUbIMENDI

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DESDE LA PATAGONIA DIFUNDIENDO SABERES - VOL. 14 - Nº 24 - 2017

ISSN 1668-8848

Lecturas sugeridas

Zilio, L. (2013). Chenques en Patagonia centro-

meridional: análisis de los patrones de distribución 
espacio-temporales. Comechingonia,17, pp. 237-
254.

Zilio, L. y Zubimendi  M. A. (2014). Estudio de la 

distribución de estructuras de entierro en poblaciones 
cazadoras-recolectoras dela costa norte de Santa 
Cruz (Patagonia argentina). Revista Española de 
Antropología Americana,
 44(1), pp. 105-126.

Zubimendi, M.A.; Ambrústolo P.; Zilio L. y Castro A. 

(2015). Continuity and discontinuity in the human 
use of the north coast of Santa Cruz (Patagonia 
Argentina) through its radiocarbon record. 
Quaternary International, 356, pp. 127-146.

Zubimendi, M.; Hammond, H.; Zilio, L.; Ambrústolo, P. 

y Castro A. (2015-2016). Análisis de los agentes de 
alteración del registro arqueológico identificados en 
la costa norte de Santa Cruz (Patagonia Argentina). 
Anales de Arqueología y Etnología, 70-71, pp. 159-
180.

Glosario

Localidad arqueológica: Territorio o espacio deli-

mitado, en general no muy grande, en el cual exis-
ten varios o gran cantidad de sitios arqueológicos, 
pueden ser de distintos tipos o similares. 

Concheros: Sitios arqueológicos formados principal-

mente a partir de valvas de moluscos, producto del 
desecho de su consumo. En su interior suelen con-
servar otros vestigios, como artefactos líticos, restos 
óseos, entre otros.

Chenques: Nombre común que se les da a unas es-

tructuras de entierro típicas de momentos tardíos de 
la Patagonia. Las mismas constan de una acumula-
ción de piedras que se apoyaban sobre el cuerpo, 
a veces directamente sobre el suelo y en una fosa 
excavada. En general se ubican aisladas, arriba de 
cerros, en puntos panorámicos.

Recorte del mapa de 1616 de la expedición de los navegantes holandeses Shouten y Le Maire, en el que se 
representa la apertura de chenque en la margen norte de la ría Deseado. Resulta paradójico que la primera 
representación gráfica de un sitio arqueológico en la Patagonia constituya el saqueo del mismo.

Imagen: http://www

.memoriachilena.cl/602/w3-article

-99502.html