INMOVILIDADES Y TURISMO ESTUDIANTIL.
RESTRICCIONES ECONÓMICAS PARA ACCEDER
AL VIAJE DE EGRESADOS
Silvia Tapia*
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas - CONICET -
Sede Instituto de Investigaciones
Gino Germani
Universidad de Buenos Aires
Argentina
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Cita recomendada (APA 6ta ed.)
Tapia, Silvia. (2022). Inmovilidades y turismo estudiantil. Restricciones económicas para acceder al viaje de egresados. Realidad, Tendencias y Desafíos en Turismo, 20 (1), 65-84.
Recibido:07/02/2022 | Aceptado:25/05/2022.
R E S U M E N El objetivo es analizar las vinculaciones entre (in) movilidades, condiciones socioeconómicas de vida y restricciones de acceso al turismo, a partir de indagar significaciones y prácticas de jóvenes estudiantes de escuelas secundarias de barrios vulnerables de la ciudad autónoma de Buenos Aires (Argentina) en torno al viaje de egresados –un tipo de turismo estudiantil–, las restricciones percibidas para viajar y las estrategias para afrontarlas. Enmarcado en un proyecto de tipo descriptivo-exploratorio con enfoque cualitativo, para construir los datos empíricos se realizaron 13 entrevistas en profundidad a jóvenes de una escuela secundaria de gestión estatal situada en el sur de la ciudad, área de mayor vulnerabilidad social y económica; analizadas según los lineamientos de la perspectiva constructivista de la teoría fundamentada. Del diálogo entre los emergentes de las entrevistas y del marco conceptual, se registró que el principal impedimento para acceder al viaje de egresados son las restricciones económicas. En su análisis se distinguen tres dimensiones: percepción de costos, elección del destino y contratación de servicios. A partir de su articulación se discute el vínculo entre las restricciones económicas percibidas en las entrevistas y los elementos de las (in)movilidades: deseos e intenciones de viajar, direccionalidad y ritmos. De este análisis se pone de manifiesto una baja capacidad de movilidad en este grupo de jóvenes y una política de movilidad turística diferencial que ha caracterizado al acceso al viaje de egresados en el país. El abordaje propuesto resulta un aporte para analizar la accesibilidad social y económica en turismo, a partir de la indagación del turismo estudiantil y sus particularidades, que ha sido escasamente estudiado en el país, especialmente, desde la perspectiva juvenil. Dicho análisis a través del enfoque de las movilidades y las restricciones en el acceso resulta, asimismo, una aproximación novedosa en este tipo de investigaciones. PALABRAS CLAVE turismo accesible - motilidades - movilidad - turismo joven |
IMMOBILITIES AND STUDENT TOURISM.
ECONOMIC CONSTRAINTS TO ACCESS
TO THE GRADUATION TRIP
Silvia Tapia*
National Council for Scientific and
Technical Research
Gino Germani Research Institute,
University of Buenos Aires
Argentina
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Recommended citation style (APA 6ta ed.)
Tapia, Silvia. (2022). Immobilities and student tourism. Economic constraints to access to the graduation trip. Realidad, Tendencias y Desafíos en Turismo, 20 (1), 65-84.
Received: 07/02/2022 | Accepted::25/05/2022.
A B S T R A C T The aim is to analyse the links between (in)mobility,
socioeconomic conditions, and constraints on access
to tourism, by exploring the meanings and practices
in relation to the graduation trip –a type of student
tourism– of students from secondary schools in
vulnerable neighbourhoods of the autonomous city
of Buenos Aires (Argentina), the constraints they
perceive to travel and the strategies to cope with
them. As part of descriptive-exploratory project with a
qualitative approach, to construct the empirical data,
13 in-depth interviews were conducted with young KEYWORDS accessible tourism- mobilities – motility - youth tourism. |
INTRODUCCIÓN
Hall (2010) señala que las investigaciones en turismo tendieron a observar las prácticas de viaje que llevan a cabo diferentes grupos sociales. Sin embargo, las situaciones que limitan las posibilidades de viajar y realizar actividades de ocio turístico han sido menos indagadas. Los abordajes que comenzaron a dar cuenta de tales circunstancias fueron planteados en términos de accesibilidad. Reyes-García Criado-García, Camúñez-Ruíz & Casado-Pérez (2021) ubican las primeras asociaciones entre lo turístico y el acceso impulsadas por la Organización Mundial del Turismo en 1980. Desde allí, se plantea al turismo como un derecho fundamental para el desarrollo humano, así como la necesidad de implementar medidas que promuevan la participación de distintos grupos sociales en actividades turísticas (Tite, Carrillo y Ochoa, 2021).
Los primeros estudios [1] que abordan dicha relación identifican los obstáculos físicos y de comunicación (Guerrero, 2018), asociados a las condiciones urbanísticas y arquitectónicas de sitios turísticos y recreativos (Jurado, 2014) y a las normativas en torno a las necesidades de acceso de la población considerada prioritaria (Tite, Carrillo y Ochoa, 2021). Así, el turismo accesible comienza a ser entendido como los procesos que realizan los servicios turísticos para responder a necesidades de accesibilidad de cientos grupos para que disfruten de las actividades turísticas de manera autónoma (Porto y Rucci, 2019). En dichos análisis se reconocen a ciertos grupos sociales como los principales destinatarios de prácticas turísticas accesibles: las personas con discapacidades, adultos/as mayores, personas con enfermedades crónicas o transitorias, mujeres embarazadas o familias con niños/as pequeños/as (Pinto y Sonaglio, 2013; Soler, Díaz y Vera, 2018).
Frente a estas perspectivas, otros análisis proponen una definición más amplia y dinámica, considerándolo como un Turismo para todos, que extiende el interés por la accesibilidad -en todo el proceso de viajes y de realización de actividades de ocio- en diferentes contextos y para la sociedad en su conjunto, más allá de sus capacidades o edades (Jurado, 2014).
En función de dicha concepción, el turismo accesible se asoció a los principios del turismo social, esto es, “facilitar el acceso al turismo a colectivos desfavorecidos por razones, fundamentalmente, económicas y sociales” (Soler, Díaz y Vera, 2018, p.143). En estos abordajes, desde una concepción integral, se plantea esta vinculación entre turismo social y turismo accesible como turismo social accesible. Dicha propuesta contempla el derecho a disfrutar de actividades, servicios y espacios turísticos y recreativos, en ausencia de cualquier tipo de discriminación (Jurado, 2014; Soler, Díaz y Vera, 2018).
En Argentina, Schenkel y Ercolani (2018) advierten acerca del carácter de derecho –social y económico– que adquiere el turismo y el disfrute del ocio recreativo en este país. Sin embargo, en su investigación acerca del modo en que los grupos sociales participan de prácticas turísticas observan un acceso minoritario y desigual asociado a las diferenciales condiciones socioeconómicas de familias pertenecientes a distintos estratos sociales.
En relación con estas desiguales oportunidades de acceso al turismo
recreativo en el contexto argentino, en un estudio de tipo cualitativo,
actualmente en curso, se registró que jóvenes [2] que concurren a una escuela
secundaria del sur de la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), Argentina–área de mayor vulnerabilidad social de la ciudad–, mencionan que no
acceden al viaje de egresados –un tipo de turismo estudiantil de fin de curso–,
fundamentalmente debido a las cuestiones económicas para afrontar sus costos.
Para indagar acerca de tales dificultades se plantean las siguientes preguntasproblema:¿qué significaciones y prácticas construyen las personas jóvenes que
concurren a escuelas secundarias de barrios socioeconómicamente vulnerables
respecto del viaje de egresados?, ¿qué restricciones perciben tales jóvenes
en torno al acceso y la realización de dicho viaje?, ¿cómo se vinculan esas
limitaciones con sus condiciones socioeconómicas de vida y sus capacidades
de ser móviles?, y ¿qué estrategias desarrollan para afrontarlas?
Con el objetivo de analizar las vinculaciones entre (in)movilidades, condiciones socioeconómicas de vida y el acceso al turismo estudiantil, se indagan las significaciones y prácticas de estudiantes de escuelas secundarias situadas en barrios vulnerables de la CABA en torno al viaje de egresados, las restricciones que identifican para viajar y ser móviles, así como las estrategias para afrontarlas. La construcción de datos empíricos se realizó a través de entrevistas en profundidad, para cuyo procesamiento y análisis se siguieron los lineamientos de la perspectiva constructivista de la teoría fundamentada. De los emergentes se observó que las restricciones económicas que perciben las y los entrevistados para viajar se vinculan con la percepción de costos, la elección del destino y la contratación de servicios.
El artículo se estructura de la siguiente manera: primero, se realiza una breve caracterización sobre los viajes de egresados en Argentina y sus principales abordajes en los estudios sociales. Segundo, se plantea el marco conceptual centrado en el paradigma de las movilidades y las restricciones en el acceso al turismo. Luego, se describe la estrategia metodológica y se presentan los resultados en torno a las tres dimensiones emergentes de las restricciones económicas para no acceder al viaje de egresados. Por último, a fin de generar aportes para la implementación de políticas que contribuyan a identificar y reducir restricciones en el acceso al turismo estudiantil, se despliegan las conclusiones a partir de la articulación de dichas dimensiones en diálogo con los aportes del paradigma de las movilidades.
ACERCA DEL VIAJE DE EGRESADOS EN ARGENTINA
En la actualidad, la normativa argentina reconoce dos tipos de viajes asociados a jóvenes estudiantes bajo el término de turismo estudiantil (Ley 25599, art. 2°):
Viajes de estudios: actividades formativas integradas a la propuesta curricular de las escuelas, que son organizadas y supervisadas por las autoridades y docentes del respectivo establecimiento;
Viajes de egresados: actividades turísticas realizadas con el objeto de celebrar la finalización de un nivel educativo o carrera, que son organizadas con la participación de los padres o tutores de los alumnos, con propósito de recreación y esparcimiento, ajenos a la propuesta curricular de las escuelas y sin perjuicio del cumplimiento del mínimo de días de clase dispuesto en el calendario escolar de cada jurisdicción educativa.
El viaje de egresados estuvo vinculado con los desplazamientos que
estudiantes del último año de las escuelas secundarias comenzaron a realizar
de forma masiva desde la década de 1980 y cuyo principal destino ha sido la
ciudad de San Carlos de Bariloche, en el sur de Argentina (Rocha y Surdo, 2005).
Estos viajes son planificados y comercializados a través de agencias autorizadas
por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación contratadas directamente
por las familias, sin intervención de las instituciones escolares. Las empresas son
las encargadas de organizar paquetes que incluyen transporte, alojamiento y
actividades de ocio para las y los estudiantes (Pérez Benegas, 2014).
Tales prácticas no excluyen la intervención estatal. Su accionar se expresa en la formulación de normativa asociada a la aprobación de las agencias que ofrecen estos viajes y los modelos de contrato, bien como la implementación de normativas como la cuota cero o la creación del Fondo de Turismo Estudiantil [3] (Resolución Nacional 23/2014).
A nivel nacional, en el contexto de pandemia por COVID-19 también se establecieron reglamentaciones tales como la reprogramación de estos viajes (Resolución Nacional 498/2020) y las condiciones sanitarias para llevarlos a cabo (Decreto Nacional 678/2021). Por su parte, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (GDEBA) en noviembre de 2021 creó en el Programa Viaje de Fin de Curso que subsidia viajes en ciudades dentro de dicha provincia. Destinado a estudiantes que cursaron el último año en escuelas secundarias de esa jurisdicción durante el 2021, el programa sostiene que tiene como objetivo “impulsar el Turismo, extender la temporada, reactivar la economía y potenciar la inclusión y la revinculación para 220.000 estudiantes” (GDEBA, 2021).
Los viajes de egresados han sido poco estudiados en el país. No obstante, aunque escasas, es posible encontrar investigaciones que analizan las experiencias relativas a viajes de graduación o fin de curso, así como los viajes de corte en el año educativo denominados spring break.
En tales aproximaciones predominan dos tipos de abordaje: a) estudios acerca de los riesgos por conductas juveniles asociadas a prácticas sexuales sin cuidado o los consumos de droga y alcohol durante los viajes y estadías en los centros turísticos (Eymann, Busaniche, Mulli, Paz y Catsicaris, 2007; Rocha y Surdo, 2005; Sande, 2021; Schwartz, Milteer, Sheridan & Horner, 1999); b) análisis, especialmente desde perspectivas economicistas, de las estrategias de marketing que despliegan las empresas para ofrecer ese tipo de viajes a jóvenes estudiantes (Perardt Farias & de Oliveira Menezes, 2014; Pérez Benegas, 2014). Sin embargo, han sido menos explorados los procesos que llevan a cabo los jóvenes para acceder a estos viajes y las posibilidades y limitaciones que encuentran para desplegar ese tipo de experiencias turísticas.
(IN)MOVILIDADES Y RESTRICCIONES EN EL ACCESO AL TURISMO
Desde el enfoque del nuevo paradigma de la movilidad (Sheller & Urry, 2006) se destaca la necesidad de indagar las diversas intersecciones entre movilidades e inmovilidades –de personas, objetos, información, imágenes, entre otros– pero también las condiciones que las potencian, limitan o regulan, como dimensiones relevantes para comprender las sociedades actuales y la manera en que el acceso a la (in)movilidad se distribuye en forma inequitativa entre diferentes sectores sociales (Miglierina y Pereyra Iraola, 2017).
Desde una perspectiva relacional y multiescalar se estudian las interacciones entre dimensiones singulares y estructurales, materiales y simbólicas, virtuales e imaginadas para advertir que las posibilidades de moverse, o permanecer,constituyen políticas de movilidad en tanto relaciones que producen y son productoras de poder y estatus (Cresswell, 2010; Sheller & Urry, 2006).
Ello implica reconocer que los distintos grupos sociales se vinculan de manera diferencial con las capacidades para ser móviles, su motilidad, (motility) y de acceso a ciertos espacios y bienes sociales, no sólo en las prácticas que efectivamente se llevan a cabo, sino también en la potencialidad, deseos e intenciones que –dada la desigual distribución de dichas capacidades entre diferentes sectores sociales– cada uno de ellos puede desplegar (Kaufmann, Bergman & Joye, 2004).
El giro a la movilidad permitió enriquecer las investigaciones en torno al acceso, especialmente aquellas desarrolladas en el campo de estudios sobre movilidad urbana. Al ampliar los análisis más allá de la dimensión físico-material del espacio se reconoció la importancia de las prácticas y significaciones subjetivas respecto de las (in)movilidades y la accesibilidad. Así, fueron identificadas limitaciones estructurales en diálogo con las diversas y singulares maneras de significar y lidiar con los obstáculos en el acceso a la movilidad, según diferentes condiciones como la etaria, étnica, de género o sector social (Mansilla, 2017).
En los estudios sobre ocio y turismo también se han observado las limitaciones en el acceso. Los primeros enfoques estuvieron centrados en identificar barreras (barriers)[4]. Tras la diversificación de tales indagaciones en dicho campo, comenzó a utilizarse el término restricciones (constraints). Abordaje que permite advertir no solo las condiciones que limitan o reducen la participación en actividades de ocio, sino también aquellas que habilitan negociaciones o esfuerzos de los individuos para afrontarlas (Jackson, 2000, p. 62).
Nyaupane & Andereck (2008) señalan que el enfoque de las restricciones en ocio, aun cuando plantea potencialidades analíticas, ha sido poco utilizado para abordar las prácticas de viaje y turismo. En ese sentido, en este trabajo interesó identificar las posibles restricciones en el acceso al viaje de egresados, pero también las estrategias para enfrentar tales dificultades que despliegan jóvenes de barrios vulnerables de la CABA (Argentina).
ESTRATEGIA METODOLÓGICA
Los resultados que se presentan en este artículo se enmarcan en un proyecto, de tipo descriptivo-exploratorio, actualmente en curso. Para la construcción y análisis de los datos se siguió una estrategia metodológica de tipo cualitativo, enmarcado en el paradigma interpretativo que sigue un diseño flexible. Dicha estrategia se nutre de indagaciones acerca de las experiencias, prácticas, significaciones y sentidos que las personas dan a sus propias vidas, al mismo tiempo que se interesa por sus interacciones sociales y el contexto en el que se despliegan (Scribano, 2008; Vasilachis, 2012).
Entre mayo y noviembre de 2019 se realizó el trabajo de campo en una escuela secundaria de gestión estatal de la CABA, situada al sur de la ciudad que, de acuerdo con indicadores sociales, económicos y urbanísticos, se caracteriza como el área de mayor vulnerabilidad social y económica (Abelenda, Canevari y Montes, 2016). En la actualidad se advierte que la diferenciación de circuitos educativos entre distintos sectores sociales, no asocian linealmente tipo de gestión (público o privada) y ubicación territorial en la CABA. Sin embargo, aún puede advertirse un patrón de segmentación educativa norte/sur que pone de manifiesto la diferenciación de experiencias entre jóvenes que concurren a establecimientos de distintas áreas de la CABA (Di Virgilio y Serrati, 2019).
De acuerdo con los objetivos del proyecto, se realizaron entrevistas en profundidad. Dicha elección se fundamenta en que la entrevista supone una conversación dirigida –basada en un guion flexible– que permite explorar aspectos de la vida social sobre las que las personas entrevistadas tienen conocimiento y experiencia y, al mismo tiempo, habilita e identifica nuevas reflexiones y emergentes (Charmaz, 2003).
En función de criterios teóricos (Scribano, 2008) se seleccionaron jóvenes que cursaran quinto año –último año de cursada en tal institución–, buscando diversificar sus características como el género, barrio de residencia, ciclo orientado, entre otros rasgos. En total, fueron entrevistadas 13 personas jóvenes (10 no realizarían el viaje de egresados y 3 sí viajarían), de 17 y 18 años, que concurrían al turno mañana, turno al cual se tuvo acceso para el campo . Con el permiso de las autoridades, las entrevistas fueron realizadas dentro del establecimiento en el horario escolar y bajo consentimiento informado. En el caso de los menores de 18 años se solicitó, además, autorización escrita de una persona adulta responsable.
Para el procesamiento y análisis de las entrevistas se siguieron los lineamientos de la perspectiva constructivista de la teoría fundamentada. A diferencia de sus versiones objetivistas, esta perspectiva “no supone que los datos simplemente estén a la espera de ser descubiertos en el mundo exterior (…) ni tampoco supone que los observadores imparciales ingresen en la escena de la investigación sin un marco de referencia interpretativo” (Charmaz, 2013, p. 276). En tanto método comparativo se basa en la construcción conjunta de información –investigador/a-participantes– y de una lectura interpretativa que implica comparar y codificar los datos empíricos en diálogo con la teoría. Para ello, se utilizó como soporte el software Atlas.ti 7.
Al codificar las entrevistas los emergentes más significativos acerca del viaje de egresados estuvieron vinculados con su caracterización, su relación con el término de la escuela secundaria y las posibilidades de realizarlo. A los fines de este artículo se identificaron aquellos casos en los que se expresaron dificultades para llevarlo a cabo. Se registró que tales limitaciones estaban relacionadas con restricciones económicas de las y los jóvenes y sus familias. De los emergentes se identificaron tres dimensiones distinguidas analíticamente como: a) percepción de costos: conocimiento y opiniones sobre costos del viaje y su adecuación a la capacidad de pagos de las familias; b) elección del destino: dificultades al establecer el destino del viaje que presenta a Bariloche como única opción; y c) contratación de servicios: decisiones en torno a la selección de agencias y alternativas posibles al viaje de egresados.
ANÁLISIS DE LAS RESTRICCIONES DE ACCESO AL VIAJE DE EGRESADOS
Percepción de costos
Como señalan las y los jóvenes en sus entrevistas del total de los dos cursos, que alcanzaban cerca de 50 personas, sólo 6 estudiantes del turno mañana irían al viaje de egresados en el año 2019. Esto fue atribuido a las restricciones económicas de tales jóvenes y sus familias para afrontar el alto precio que asocian al costo del viaje:
“[Y con lo del viaje de egresados...] No lo hago, porque no lo hacen mis amigas, y porque además estaba caro, mi mamá no iba a pagar esa cantidad de plata. Buscamos empresas, hicieron reuniones, pero nunca se cerró nada en concreto. Y creo que del curso sólo va uno, con otra escuela. Como que al principio estaban todos emocionados, vieron los precios, vieron las empresas y… como que se bajaron todos “(Sofía, comunicación personal, 2019).
Con respecto al costo percibido se destaca la falta de dinero de las familias para afrontarlo. En las entrevistas se menciona que –aun cuando había entusiasmo e interés en viajar– desde las primeras proyecciones del grupo anticiparon las dificultades para abonar los pagos por un período tan largo como el necesario para cubrir el valor total de estos viajes:
“[Qué te parece, ¿qué pasó que terminaron yendo 2 o 3 personas?] Y porque la mayoría de sus padres seguramente no podían pagar eso. Y bueno yo creo que algunos no querían y otros querían, pero no podían porque no podían pagar todo eso en meses “(Mariana, comunicación personal, 2019).
“En tercer año empezó todo esto de los precios (…) después cuando ya empezamos a ver los precios y todo… más que nada las familias al no pagarles o decirles bueno, hacé otra cosa, pensaron a futuro porque no sólo pagaron todo en ese año” (Lucía, comunicación personal, 2019).
Como se apunta en las entrevistas, las agencias se acercan a promover el viaje de egresados cuando los jóvenes están cursando el tercer año en la escuela secundaria, es decir, dos años antes de viajar. Dichas empresas ofrecen el pago del paquete completo –que incluye pasajes, estadía en hotel, excursiones diarias y otras actividades como el ingreso a boliches o fiestas nocturnas– en cuotas que se abonan durante esos años.
“Creo que dejaron muchos por las cuotas, porque si empezábamos a pagar desde agosto eran mucho menos las cuotas que cuando la empezaron a pagar, que la empezaron a pagar en abril del año pasado. Muchas cuotas, viste, que se acumulan y… por eso creo que se bajaron algunos” (Elías, comunicación personal, 2019).
Incluso cuando en los primeros momentos algunas personas del curso habían aceptado abonar el viaje advirtieron que no podrían sostener el pago de las mismas o que no llegarían a abonarlas a tiempo, por lo que, finalmente, desistieron de viajar.
Por otra parte, se menciona la relación entre el costo y la cantidad de días que dura la estadía, que suele ser de 11 días y 8 noches, como otra limitación. Al respecto, emergen distintas posturas en las entrevistas:
“Creo que no vale tanto la pena por, no sé, 7 días. Está bien, la pasás con tus amigos, nunca te lo vas a olvidar, todo, pero creo que también podrías ir a otra parte. Mismo Argentina, o si te gusta, de vacaciones más tiempo que por esa misma plata o un poquito más de diferencia podés hacer más cosas, o elegir otra cosa” (Lucía, comunicación personal, 2019).
“No sé muy bien cómo será la cosa de los gastos porque no sé qué incluye el viaje. Capaz dice 40 lucas [cantidad de dinero] y uno piensa que es re caro, y capaz todo lo que te ofrecen es barato. Yo no sé qué te ofrece o si es caro, no conozco bien el viaje, qué sale un viaje acá a Bariloche tampoco. Y uno dice 40 lucas, voy y me compro 10 pasajes, pero también tenés que pagar estancia, comida, salidas, excursiones, hay muchas cosas” (Elías, comunicación personal, 2019).
Por un lado, se afirma que el monto solicitado por el paquete resulta excesivo en relación con su corta duración. Por otra parte, lo relatado en las entrevistas sugiere que en algunos casos se desconoce si el monto a pagar resulta adecuado en función de lo ofrecido y los costos del mercado.
En otras dimensiones de las entrevistas se observó que las y los jóvenes no suelen realizar viajes asociados a lo turístico. En algunos casos durante las vacaciones se visita a familiares en otras provincias del país, en pocos casos se viaja a destinos turísticos cercanos como la costa atlántica y en otros, se permanece en los lugares de residencia durante los períodos vacacionales.
A partir de un estudio cualitativo con referentes de programas de turismo social de Bélgica, Minnaert (2014) explora los factores que inciden en las decisiones que toman las y los beneficiarios de dichos programas, por ejemplo, al elegir qué tipo de viaje realizar. Entre sus hallazgos la autora destaca que los referentes advierten que la inexperiencia de esta población en prácticas de viaje provoca dificultades y ansiedad al tomar decisiones respecto de qué tipo de viajes realizar, cómo manejarse al utilizar transportes o cómo afrontar sus costos. En ese sentido, es posible asociar la falta de conocimiento acerca de los valores de los viajes de egresados que tienen los entrevistados con la escasa experiencia que poseen en relación con prácticas de viaje de tipo turístico en sus entornos familiares.
Elección del destino
Quienes respondieron que no viajarían señalaron que, de no tener problemas económicos, les hubiera gustado realizar el viaje de egresados para compartir ese tiempo con sus amigos y porque lo consideran una experiencia única. Sin embargo, ante la pregunta por la elección de otro destino que resultara más accesible económicamente para que más compañeros del curso pudieran viajar, los entrevistados manifiestan no haber pensado en esa alternativa.
Al indagar acerca de los motivos por los cuales se eligió Bariloche como destino, teniendo en cuenta los costos del viaje a dicha ciudad y las dificultades económicas de las familias, en las entrevistas se menciona:
“Creo que es más que nada por tradición, por lo que lo hacemos (…) creo que el viaje se sigue haciendo porque ya está normalizado y es como que te implantaron ya en la cabeza, a todos nos implantaron más o menos, de que fuaa, Bariloche fuaa, es inolvidable Bariloche “(Lulú, comunicación personal, 2019).
“Creo que es más que nada porque ya está tipo ‘5to-Bariloche’ y como que ya está decidido que, si estás en quinto, es Bariloche, o ahora están yendo a Brasil… y también más que nada para cerrar tipo la etapa de secundaria y pasarlo con tus amigos día y noche, dormir, bañarte, todo lo que sea en el mismo y eso es como que está bueno (Lucía, comunicación personal, 2019).
Marenzana, Villaverde y Otero (2018) señalan que, durante 2016, especialmente debido a la política económica del país y sus efectos en el valor del dólar, las empresas comenzaron a ofrecer paquetes de viaje de egresados con destinos tales como las playas de Brasil, que presentaban precios similares o incluso menores a los programas ofrecidos en Bariloche. Sin embargo, Bariloche continuó siendo el destino preferencial.
Perardt Farias & de Oliveira Menezes (2014) a partir de una indagación sobre las agencias de viaje que ofrecen servicios turísticos en Brasil para los denominados viagens de formatura –viajes de fin de curso en distintos niveles educativos–, encontraron que estos viajes suelen orientarse hacia destinos turísticos más tradicionales, especialmente aquellos localizados en el país. Las razones para estas opciones parecen sustentarse en el tipo de ofertas habitual que realizan las agencias que tienen como clientes, no sólo al segmento joven, sino a la población en general.
Para los jóvenes entrevistados la elección de Bariloche como destino se sostiene, por una parte, en la tradición, lo que se debe hacer al finalizar la escuela secundaria. Una práctica que han realizado por años otras personas jóvenes:
“Es algo que ya viene desde años anteriores, incluso mi hermano que recibió hace ya cuatro, cinco años, también fue de viaje de egresados con [empresa]. Nunca se me ocurrió preguntarle por qué ir de viaje de egresados, o preguntarme a mí misma por qué ir de viaje de egresados. Por ahí para, no sé, liberarte un poco de todo lo que acumulaste durante cinco años, o seis para los que están en técnico, y poder disfrutar. O sea, ir a un viaje donde vas a poder disfrutar con todos tus compañeros, con todos, con tus amigos, y de paso conocer otro lugar (Victoria).
Ir a Bariloche que es, o sea, es como visitado y todo eso, y porque, yo creo que les parece bueno ir, salir así, tener un recuerdo” (Brenda, comunicación personal, 2019).
Bariloche cuenta con un importante centro de esquí, una amplia oferta gastronómica y atractivos servicios turísticos centrados en la naturaleza y deportes de montaña, que ubican a esta ciudad como uno de los principales enclaves turísticos de Argentina, e incluso, de América Latina (Civitaresi y Colino, 2019). En particular, como sugieren Marenzana et al. (2018): “El turismo joven, es uno de los más importantes grupos/segmentos de turismo, representando el 28% del total de la demanda de turistas anuales” (p. 144).
Sin embargo, para las personas jóvenes entrevistadas viajar a Bariloche no se sustenta en sus características como entorno turístico. En cambio, su valor y atractivo aparecen asociadas a otras imágenes y emociones que sólo esta ciudad parece generar: el encuentro con todos, la creación de recuerdos íntimos y colectivos, compartir espacios-tiempos de disfrute y viabilizar la despedida, frente a las responsabilidades que supone el último año y el futuro cercano.
Contratación de servicios
La selección y contratación de la agencia para el viaje de egresados y los servicios que ofrecen también se presentó como un obstáculo para que gran parte de los estudiantes pudiera acceder al viaje. En cuanto a los criterios priorizados para optar por esas empresas se destaca:
“Viaje de egresados, no. No lo pude hacer porque era muy caro, y aparte mi mamá no le gustaba la empresa, mi mamá quería que viaje con [Empresa A] y la empresa elegida fue [Empresa B]. Mi mamá dijo que era muy costosa, que mejor iba a hacer otra cosa. Ella sí estaba muy predispuesta a pagarme el viaje, pero a mi mamá la despidieron del trabajo en ese mismo año así que ya no tenía muchos medios como para, económicamente, para acceder a esto” (Gabriela, comunicación personal, 2019).
“Al final decidieron no contratar a [Empresa A], no sé por qué, y eligieron [Empresa B]. Después nos dijeron el tema de los precios y era un costo que nosotros no podíamos alcanzar, o sea, no podíamos cumplir. Y decidimos no ir de viaje varios de nosotros, por el tema de precio (…) Y además el tema de los coordinadores que también eso de chamuyarte, viste, para que contrates la empresa, que les regalaron remeras, que les regalaron mochilas” (Victoria, comunicación personal, 2019).
Las agencias de viaje son agentes intermediarios que no sólo organizan y comercializan servicios turísticos, sino que también orientan y asesoran en los distintos momentos de la planificación y la realización de los viajes (Perardt Farias & de Oliveira Menezes, 2014). Para alcanzar a sus potenciales clientes despliegan estrategias de marketing para los segmentos de la población a la que se dirigen. La segmentación “comprende la división del mercado, compuesto por turistas potenciales (…) en subgrupos igualitarios que pueden ser diferenciados según el lugar de origen, patrones de comportamiento, actitudes, características demográficas, perfil, entre otros elementos” (Perardt Farias & de Oliveira Menezes, 2014, p. 6).
En las entrevistas, aun cuando se expresan las limitaciones a la hora de pagar el viaje de egresados para gran parte del curso, se destaca la dificultad para optar por empresas que ofrezcan un paquete similar, pero a un costo menor. Las estrategias de marketing que utilizan las agencias en los primeros encuentros con los jóvenes –como invitaciones a programas de televisión o entrega de regalos– aparecen con más peso que el tipo de cobertura y costos que manejan. Aspectos que invisibilizan los pasos siguientes del proceso de contratación, como los pagos y el tiempo que requiere abonar ese paquete turístico.
Ante la imposibilidad de cambiar por un destino más accesible que Bariloche o la elección de una agencia que ofrezca un valor menor por el viaje de egresados, en las entrevistas se destaca la opción de orientar el dinero hacia otros fines:
“El problema es que estaba caro… creo que pagaron 40, 39 lucas. Yo podía pagarlo, pero prefería no gastarme la plata en eso, no? Porque si tengo problemas en casa, no voy a pagar un viaje de egresados, no? así que preferí no ir… me preguntaron si quería ir y yo dije que no porque, al pedo, si no podemos pagar eso, que voy a viajar” (Elías, comunicación personal, 2019).
“Con mi familia no estábamos llegando y yo antes de pagar ese viaje, yo tengo más presente como va a ser la economía de mi familia. Por ejemplo, esos 30 mil pesos que son, bueno, que son 30 mil pesos, la podíamos gastar en la casa que estamos haciendo con Luján, con mi mamá. Y es como que veo eso más primordial que irme de viaje de egresados“ (Lulú, comunicación personal, 2019).
Debido al gasto que puede generar en los hogares el pago del viaje, y aunque cuenten con el apoyo de sus padres y madres, los entrevistados prefieren colaborar con la economía familiar y utilizar ese dinero en las necesidades de sus hogares, especialmente, aquellas relacionadas con la vivienda.
Para otros, si bien se atraviesan dificultades económicas en sus familias, se buscan alternativas:
“Siento que es mucha pérdida de plata en una sola semana. Y también es como que no van a ir la mayoría de tus amigos (…) Por ejemplo, yo no podía pagarlo y mis papás me dijeron que podía planear una salida de una semana que no me cueste $40000, con mis amigas, que me iba a costar a lo mucho $10000 nada más y bueno ellos me dieron esa opción” (Victoria,
comunicación personal, 2019).“No me gustaría ir sola [al viaje] así que no, no iría. Si tuviera esa plata mejor organizaría una salida con todas mis amigas. Y si pudiera ayudarle a ellas, se lo pagaría también, para que seamos todas. Aunque estamos planeando, estamos viendo si podemos salir entre nosotras” (Mariana, comunicación personal, 2019).
Las jóvenes y sus familias, frente a la percepción del alto costo del viaje de egresados y el deseo de compartir esa experiencia con sus compañeros de escuela, encuentran que una opción económicamente más accesible sería realizar un viaje con otras características: con un grupo de amigos más pequeño, por un periodo de tiempo más acotado, a un destino más cercano y a menor precio, como la costa atlántica (zona de playa a unos 500 km del lugar donde residen estas jóvenes). Sin embargo, estos viajes alternativos que imaginan los jóvenes, hasta el momento de la entrevista, sólo se expresan como un deseo o una intención a futuro, no como un proyecto planificado o próximo a concretarse.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los estudios sociales que abordan aspectos vinculados con los viajes de egresados han tendido a negativizar (Chaves, 2005) los comportamientos juveniles o se han centrado en la oferta de los servicios. Frente a tales abordajes, en este trabajo se buscó dar cuenta de la perspectiva juvenil en torno al acceso a este tipo de turismo estudiantil. Interesó, para ello, atender a los deseos, elecciones, significaciones y prácticas de jóvenes de barrios vulnerables de la CABA, las restricciones que encuentran para viajar, pero también las estrategias que despliegan ante tales obstáculos.
Fue posible advertir que acceder al viaje de egresados al finalizar la escuela
secundaria se presenta como un deseo de compartir momentos significativos
y divertidos con compañeros. Sin embargo, entre el deseo de viajar y la
posibilidad de llevarlo a cabo, los entrevistados perciben restricciones que
limitan las posibilidades de acceder a dicho viaje y a lo que implica en términos
simbólicos de encuentro y despedida. Tales restricciones se presentan asociadas
a condiciones socioeconómicas tales como problemas financieros de las familias
por vivienda, bajos salarios, desempleo o empleos informales, que los jóvenes
identifican en sus familias.
Cresswell (2010) ha destacado los elementos que permiten distinguir la movilidad diferencial en determinados contextos sociohistóricos: los deseos o intenciones de moverse o permanecer, la velocidad, los ritmos, la direccionalidad del movimiento, la experiencia corporizada, las fricciones y detenciones. Interesa recuperar tres de estos elementos en articulación con las restricciones económicas emergentes en las entrevistas para advertir las limitaciones en las capacidades de ser móviles relacionadas con prácticas de viaje recreativo de las y los entrevistados.
El primer elemento refiere a los deseos o intenciones de moverse. Frente al deseo de viajar expresados por los jóvenes se presenta una restricción económica como limitación central de sus movilidades y su capacidad de ser móviles. Las condiciones socioeconómicas de las familias, así como la escasa experiencia en la contratación y realización de viajes turísticos intervienen en las formas de conocer y optar por las maneras de viajar más adecuadas en términos de costos y servicios ofrecidos. Esto se vuelve una primera restricción para buscar y acceder a información sobre viajes y turismo y finalmente, para llevar a cabo esos viajes.
Las restricciones se manifiestan, a su vez, en la direccionalidad de las movilidades en las que ciertos destinos, en este caso Bariloche, se presentan con mayor inaccesibilidad para ciertos sectores sociales con menores recursos económicos, debido a las distancias, los costos y estatus de enclaves turísticos que resultan más difíciles de afrontar económicamente. Ahora bien, la repetición de viajes de egresados a un mismo destino por parte de otros grupos en años anteriores se presenta forzando esta direccionalidad. Aun cuando sus costos restrinjan el desarrollo de prácticas de viaje deseadas, Bariloche resulta el destino elegido. Optar por dicha ciudad se vuelve una presión que deviene de la tradición, pero también de la mayor oferta de venta de este destino por parte de las agencias.
Las restricciones se imponen también en relación con los ritmos que supone la capacidad de pago para ser móviles. Esto se expresa en la dificultad de sostener pagos mensuales por casi dos años para abonar ese tipo de servicios turísticos, respecto de los ritmos de ingresos financieros de los estudiantes y sus familias.
Ahora bien, tales restricciones se ponen en cuestión y se buscan estrategias para afrontarlas y generar alternativas de movilidad. De este modo, aun cuando todavía no es posible distinguir si se llevarán a la práctica, se manifiestan movilidades imaginadas de acuerdo con otros parámetros a los ofrecidos en los viajes de egresados, como los viajes con grupos de amistades más cercanas y a destinos más accesibles.
La lectura de tales elementos permite entrever políticas de movilidad turística que ponen de manifiesto desiguales oportunidades de accesibilidad a prácticas de turismo estudiantil recreativo para jóvenes de distintos sectores sociales. Las condiciones que impuso la pandemia por COVID-19, si bien establecieron restricciones para viajar, al mismo tiempo, habilitaron la apertura a nuevos destinos y períodos para llevar a cabo este tipo de viajes, como los propuestos por el programa de la provincia de Buenos Aires. En consecuencia, se advierte que es posible ampliar y diversificar la oferta de este tipo de viajes, ya sea en términos de destinos como de costos y, de este modo, poner en cuestión las modalidades de acceso al turismo estudiantil vigentes, así como las restricciones que éstas han impuesto para estos grupos de jóvenes. En ese sentido, resulta de interés continuar indagando las experiencias de estos viajes en un contexto de salida de la pandemia y la implementación de cambios como los propuestos por las políticas públicas nacionales y locales.
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Notas
[1] Cabe destacar otra línea de estudios que observan las estrategias de marketing y de competitividad que suponen los destinos accesibles y las actividades asociadas a estos. En ese sentido, se identifica al turismo accesible como un segmento turístico emergente (Jurado, 2014: 8).
[2] Se entiende a las juventudes como una construcción sociohistórica con distintas evocaciones, dada su condición situada, polisémica y dinámica. ‘Ser joven’ implica una clasificación social, es decir, establecer límites y caracterizaciones que marcan diferencias respecto de otros grupos sociales (Chaves, 2013). Dicha clasificación pone de manifiesto conflictos y significaciones diversas emergentes de las desiguales relaciones de clase, género, étnico-raciales y territoriales (Roldán, 2020).
[3] La Cuota Cero implica el pago del 6% del paquete de viaje a las agencias registradas. Dicho pago es depositado por estas en el Fondo de Turismo Estudiantil que actúa como garantía del viaje frente a posibles incumplimientos de las empresas.
[4] Entre ellos, se destaca el modelo jerárquico de barreras en ocio que distingue tres dimensiones secuenciales: intrapersonales, interpersonales y estructurales (Crawford, Jackson & Godbey, 1991).