ARTÍCULO

Poblar la frontera: Misiones y la presencia de suizos en el Territorio Nacional (1881-1920)

Populate the border: Misiones and the presence of Swiss in the National Territory (1881-1920)

 

Laura Mabel Zang
lauramabelzang@yahoo.com.ar

CONICET; Universidad Nacional de Misiones; Universidad Nacional del Noroeste. Argentina

Recibido: 23|03|17
Aceptado: 25|09|17

 


RESUMEN
Pese a que la gran mayoría de los suizos que se asentaron en Misiones lo hicieron entre 1920 y 1939, nuestra atención está centrada en aquellos que lo hicieron en las dos últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX; durante ese período el Territorio Nacional recibió a varias personas provenientes del país europeo, entre los que sobresalieron Eugenio Lagier, Francisco Machón, Julio Ulyses Martin y Moisés Bertoni. La relación de estos inmigrantes con el espacio misionero respondió a factores muy variados e identificarlos forma parte del objetivo del presente trabajo. Por consiguiente, el análisis de memorias y cartas escritas por quienes participaron de este proceso y el empleo de entrevistas semi-estructuradas permitirán develar los objetivos e intereses que los impulsaron a emigrar. Aunque la trayectoria de este grupo ha pasado prácticamente desapercibidos por la literatura especializada en migraciones, planteamos como hipótesis que su análisis es significativo al menos en dos sentidos: por un lado, en la identificación de posibles escenarios para el desarrollo de un proyecto inmigratorio con suizos en Argentina y, por el otro, en el tejido de una red de relaciones que sirvieron para el arribo posterior y en forma más organizada de personas de ese origen a Misiones.

Palabras clave: Inmigrante; Viajes; Proyecto colonizador.

ABSTRACT
In spite of the fact that the great majority of the Swiss, who settled down in Misiones, did this between 1920 and 1939, our attention is focused on those ones who did it in the last two decades of the nineteenth century and the first ones of the twentieth century. During that period, the National Territory received several people from the European country. Among them stood out Eugenio Lagier, Francisco Machon, Julio Ulyses Martin and Moises Bertoni. The relationship of these immigrants with Misiones land responded to diverse factors, and to identify them is the mainly objective of the present work. Consequently, the analysis of memories and letters written by those who participated in this process and the use of semi-structured interviews will reveal the objectives and interests that prompted them to emigrate. Although the trajectory of this group has gone almost unnoticed by the specialized literature on migration, we propose as an hypothesis, that this analysis is significant, in at least two ways: on one hand, in the identification of possible scenarios for the development of an immigration project for Swiss community in Argentina; and on the other hand, it helped in the formation of a network of relationships, which served for the people who arrived later, in a more organized way to Misiones.

Key words: Immigrant; Travels; Colonizer Project.


 

INTRODUCCIÓN

Desde la segunda mitad del siglo XIX en la Argentina se produjeron importantes cambios que influyeron significativamente en la dinámica poblacional; la inserción del país en el mercado mundial con una economía agroexportadora y su participación dentro de la división internacional del trabajo, la creación de un aparato burocrático centralizado y la sanción de la Constitución Nacional, la delimitación fronteriza con países contiguos, el poblamiento del territorio con inmigrantes y la búsqueda de homogeneidad cultural con la formación de un país compuesto por “blancos” fueron componentes de dicho proceso. Dentro de las bases de este modelo se encontraron, por un lado, la disponibilidad de tierras y por el otro -y en directa relación con el primero- una fuerte demanda de mano de obra para poblar y producir esas tierras.

Entre 1880 y 1920 la inmigración masiva fue en el país un proceso de suma importancia -en América solamente superado en magnitudes por los Estados Unidos- que “influyó sobre el tamaño, composición, ritmo de cambio y distribución espacial de la población”. Así pues, en ese periodo Argentina fue el segundo país americano receptor de inmigrantes lo que permitió un gran crecimiento poblacional de 1.800.000 habitantes registrados en el país para 1880 ascendiendo la cifra a finales de la década de 1920 a casi 12.000.000 de personas (Novick 1997:5); por este motivo, a esta etapa de la historia se la conoce como la “Argentina aluvial o período de la inmigración masiva” (Lobato 2000: 11). Si bien, el Estado impulsó ciertas políticas para incentivar por un lado y regular los flujos migratorios -entre ellas podemos citar los subsidios de pasajes para algunos grupos y las estadías en el Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires- el principal factor para emigrar a la Argentina fue la economía y no la intervención del Estado (Devoto 2009: 69-81)

La formación de colonias con población mayoritariamente suiza en el país y en Misiones, sin embargo, no coincidió con ese período. Los primeros asentamientos con inmigrantes helvéticos pueden remontarse a 1856 con las fundaciones de Baradero y Esperanza en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe respectivamente y para 1858 comenzaron a llegar inmigrantes suizos en San Jerónimo Norte y San Carlos1. Con el auge de la explotación cerealera a fines del siglo XIX, muchas de estas personas retornaran a su país de origen pues no lograron asegurar un acceso a tierras de cultivo por el súbito aumento en el precio de las mismas (Tech 1989: 16)

En el caso de Misiones, los momentos con mayor ingreso de inmigrantes suizos pueden reducirse a dos períodos bien marcados: durante la década de 1920 y en el período comprendido entre 1935 y 1939 con un registro de 800 personas hasta 1925 elevándose la cifra a 2000 para el año 1939 (Glatz 1997: 131-149). Pese a ello, nuestra atención está centrada en aquellos que lo hicieron durante las dos últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX; durante ese período el Territorio Nacional recibió a varias personas provenientes del país europeo, entre los que sobresalieron Eugenio Lagier, Francisco Machón, Julio Ulyses Martin y Moisés Bertoni.

El contacto de estos inmigrantes con el espacio misionero respondió a factores muy variados e identificarlos forma parte del objetivo del presente trabajo; en ese sentido, el análisis de cartas y memorias escritas2 por quienes participaron de directamente de este proceso migratorio y el empleo de entrevistas semi-estructuradas3 a los descendientes de inmigrantes suizos de este primer período nos permitirán develar los objetivos e intereses que los impulsaron a emigrar. Aunque la trayectoria de este grupo ha pasado prácticamente desapercibidos por la literatura especializada en migraciones, planteamos como hipótesis que su análisis es significativo al menos en dos sentidos: por un lado, en la identificación de posibles escenarios para el desarrollo de un proyecto inmigratorio con suizos en Argentina y, por el otro, en el tejido de una red de relaciones que sirvieron para el arribo posterior y en forma más organizada de personas de ese origen a Misiones.

La estructura del artículo está organizada en dos secciones: mientras la primera de ellas aborda el contexto durante el cual los suizos llegaron a Misiones e identifica las causales de dicho proceso, la segunda sección analiza las formas que adquirió la presencia de los mismos en el Territorio Nacional.

EL CONTEXTO: MISIONES Y LA INMIGRACIÓN DE SUIZOS A FINALES DEL SIGLO XIX

En Misiones, el arribo de suizos durante finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX puede ser atribuido a dos grandes factores estructurales: por un lado, a la crítica situación económica de Europa en general y de Suiza en particular y, por el otro, a la búsqueda de “mejorar fortuna” en un espacio nuevo.

En Suiza, las guerras napoleónicas tuvieron un profundo impacto no sólo en el plano político con la adopción de un Estado unitario sino también en el económico y social; en ese sentido, tras la clausura de sus fronteras con los países limítrofes, los regiones más empobrecidas del país dejaron de contar con los recursos que ingresaban con los aportes de las migraciones estacionales y el servicio de soldados mercenarios que participaban en el extranjero. Las autoridades cantonales reaccionaron ante la situación con la promoción de la emigración hacia los Estados Unidos, convirtiéndose el Estado de California el principal receptor de esta corriente entre 1816 y 1847 (Alemann 1995: 17)

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la emigración desde las zonas rurales de Suiza se intensificó aún más debido a la ejecución de una serie de medidas de corte liberal, entre ellas, una excesiva división hereditaria de la propiedad inmueble (Frid 2013: 10). Al mismo tiempo, “se registraron malas cosechas y una baja en los precios de los productos agrarios, progresiva desocupación en la industria textil a raíz de los adelantos técnicos”; por su parte, “los campesinos recibieron duros golpes a raíz del aumento del comercio internacional y de la competencia extranjera” con la introducción del ferrocarril en 1847 (Schobinger 1957: 31); así, la industrialización provocó profundas modificaciones demográficas en el país con el empobrecimiento del campesinado y su consecuente migración (Andrian-Werburg Von 2007: 14). La inestabilidad que el país sufrió durante la segunda mitad del siglo XIX entonces, se debió en gran medida al avance del capitalismo en su territorio.

Dentro de los factores internos, podemos citar las políticas estatales de promoción a la inmigración con el fin de impulsar el poblamiento del país y atraer mano de obra para trabajar los campos. El ideal del inmigrante que se esperaba que llegase al país ya fue plasmado en 1853 en el artículo 25 de la Constitución de la Nación Argentina4, que establece que “El Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes”. El inmigrante europeo era “alguien asociado con el trabajo y, como objeto deseable, con la agricultura5” (Devoto 2009: 34); sin embargo, su papel no se restringiría a la sola provisión de mano de obra encarnando el ideal civilizador para el joven país.

Como productora de productos primarios, la Argentina inició el camino para su inserción al mercado mundial; en este proceso, la producción agropecuaria destinada a la exportación fue el “factor dinámico del crecimiento” y orientó la consecución de las políticas estatales seguidas por los sectores dirigentes. La incorporación de grandes extensiones de tierras bajo la órbita estatal y el aumento de “la superficie explotada y el volumen de la producción exportada” (Oszlak 2012:192-193), puso en evidencia la necesidad de poblar; la demanda de mano de obra extranjera venía a suplir la escasez de poblamiento del territorio y de esta manera, “la inmigración debía poblar el desierto y la colonización agrícola debía construir la sociabilidad argentina que la extensión y el despoblamiento hacían inexistente” (Devoto 2009: 229)

En el caso de Misiones, para enfrentar la problemática de su poblamiento, el Estado argentino necesitaba que ésta dejara de depender del gobierno de Corrientes6 y pasara a estar bajo la injerencia del gobierno nacional (Stefañuk 1991: 91). Sin embargo, la difusión del proyecto de ley de creación del Territorio Nacional, generó una fuerte oposición del gobierno de Corrientes pues, de aprobarse, ello implicaba la pérdida del usufructo de los recursos misioneros. En junio de 1881 y ante la inevitabilidad de la Federalización de Misiones, los dirigentes correntinos autorizaron una rápida venta de tierras en fracciones de 25 leguas cuadradas; fueron “vendidas7” de este modo casi dos tercios del territorio sobresaliendo entre los grandes propietarios el ex Gobernador de Corrientes, Antonio B. Gallino y Rudecindo Roca, hermano del entonces Presidente del país Julio A. Roca (Larguia 2006: 106-108)

Con la creación del Territorio Nacional de Misiones el 22 de diciembre de 1881, finalmente, el Estado nacional pretendió lograr dos claros objetivos: dar solución al problema de límites que mantenía con la provincia de Corrientes por un lado e incorporar un nuevo espacio al dominio nacional por el otro. La conformación de latifundios que sobrevino a este proceso significó, empero, un obstáculo en la fundación de colonias agrícolas pues limitó la disponibilidad de tierras.

El poblamiento de Misiones fue impulsado, de este modo, por los mecanismos estatales en un primer momento. Si bien las primeras colonias se formaron en el sur del Territorio Nacional -entre ellas Santa Ana y Candelaria mensuradas en 1883 por Rafael Hernández-, la colonización oficial cobró más fuerza con la refundación de antiguas colonias jesuíticas como la de Apóstoles en 1897, que recibió inmigrantes de origen polacos galitzianos a partir de las promociones realizadas por el entonces Gobernador del Territorio Nacional, Juan José Lanusse.

Figura 1

Ubicación de las principales colonias privadas y con apoyo estatal en Misiones

Fuente: elaboración propia según distribución espacial de inmigrantes en Misiones a partir de 1881

En el caso de los suizos, el interés de formación de colonias con inmigrantes de ese origen puede remontarse a finales del siglo anterior con el arribo de viajeros, exploradores y científicos helvéticos que venían a evaluar las condiciones del lugar para llevar adelante una empresa colonizadora. Los años 1884 y 1888, en este sentido, representan hitos en el proceso de colonización de suizos: en el primer caso, debido al arribo a Misiones del botánico y naturalista suizo Moisés Bertoni y en el segundo, por los viajes realizados por Louis Constant Lagier. Aunque el proyecto colonizador de Bertoni no estuvo coronado por el éxito fue el primer intento de formación de una colonia de origen helvético en el recientemente creado Territorio Nacional. En el caso de Louis Constant Lagier, a pesar de que su presencia en el país fue efímera, sentó un precedente para el arribo posterior de su hijo Eugenio.

El principal aporte de los suizos emigrados fue en el agro “pues fueron casi exclusivamente agricultores y se unieron en las colonias” (Lagier 1888). En efecto, entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX la mayor parte de las personas de este origen se asentaron en áreas rurales de la Argentina y sólo un 25% del total tuvo como destino zonas urbanas concentradas en Buenos Aires y Rosario.

En Misiones, una coyuntura importante en la atracción de inmigrantes suizos fue el inicio de los yerbales implantados a comienzos del siglo XX8 pues, “si bien coexistieron durante años en el mercado la yerba de cultivo y la silvestre, el cambio de cultura también cambió la cara de la sociedad” y en ese sentido, “al echar raíz la yerba mate de cultivo, echaron raíces los inmigrantes9” (Lagier 2008: 135)

VIAJEROS, EXPLORADORES Y COLONIZADORES SUIZOS EN EL TERRITORIO NACIONAL DE MISIONES

En el país, los relatos de viajes “formaron parte de un dispositivo para organizar la idea de Nación a partir de la exploración de los nuevos territorios”; ante una geografía extensa y poco conocida, los viajeros centraron su atención “en proveer de conocimientos geográficos, económicos y antropológicos de utilidad técnica y científica, demandados por la esfera gubernamental” (Alcaráz 2009: 18-22)

Si bien la producción intelectual que analiza la figura de viajeros nacionales y extranjeros es más extensa en otros lugares del país como la Patagonia10, en Misiones deben ser considerados los escritos de Jorge Francisco Machón (2004) sobre el viaje de Amado Bonpland a Misiones en 1821 y de Jorge Alcaráz (2009) que analiza las representaciones construidas por los viajeros acerca de Misiones. En el proceso de construcción de la nación, Misiones fue considerado un escenario abierto a la inmigración y, en este sentido, la identificación de los recursos con que contaba fue una de las preocupaciones de los sectores gobernantes nacionales y locales para incentivar su poblamiento y, con ello, la formación de colonias.

En el caso de los suizos, la necesidad de recabar información acerca de los lugares de instalación de los inmigrantes también fue una tarea importante. En efecto, hasta el año 1855, las agencias suizas de emigración direccionaban casi exclusivamente hacia Estados Unidos a los suizos que partían de su país debido “a la ignorancia -según Aarón Castellanos- acerca de los países del Plata, y el desánimo suscitado sobre todo entre los suizos por las reiteradas dificultades y fracasos en el Brasil” (Schobinger 1957: 47-49). Decidido a combatir este perjuicio “norteamericanizante”, Castellanos comenzó una propaganda que pronto fue apoyada por la agencia de Carlos Beck y Aquiles Herzog, para la promoción de la inmigración suiza hacia la Argentina.

A partir de la década de 1850, Argentina se convirtió, además de Estados Unidos y Brasil, en uno de los “destinos de la inmigración de suizos” (Andrian-Werburg von 2007: 34); “ilusionados por los favorables informes sobre la Argentina [y] empujados por razones económicas”, muchos suizos “decidieron, pues, tomar el primer barco que les pudiese ofrecer la Agencia, para tratar de obtener por su lado algunas de las doradas ventajas que prometía Castellanos a sus colonos” (Schobinger 1951: 50-51). Nacieron pues las primeras colonias de origen helvético: en 1856 se fundaron Baradero y Esperanza en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe respectivamente y para 1858, comenzaron a llegar más inmigrantes suizos a las colonias San Jerónimo Norte y San Carlos, ambas en Santa Fe.

Misiones no permaneció ajena a los ojos de los suizos. Años después de la llegada de los inmigrantes atraídos por las propagandas efectuadas por Aarón Castellanos y la Agencia Beck & Herzog, varios suizos entraron en contacto con el recientemente creado Territorio Nacional. De este modo, emprendieron viajes entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX el pastor suizo Louis Constant Lagier y, poco más tarde, su hijo Eugenio Lagier; el Dr. Francisco Machón, el botánico y naturalista Moisés Bertoni y el empresario Julio Ulyses Martin. Otros más arribaron a Misiones -el pintor y dibujante suizo Adolfo Methfessel11, por ejemplo, tras recorrer Catamarca entre 1887 y 1889, acompañó a Juan Bautista Ambrosetti en 1892 en su viaje a las selvas misioneras donde “dibujó interesantes escenas de la vida de los indígenas cainguá” (Schobinger 1957: 180)-; sin embargo centraremos nuestra atención en aquellos que, además de su condición de viajeros, se establecieron en territorio misionero como colonos y/o encargados de compañías colonizadoras.

Con el objetivo de formar una colonia agrícola en Santa Ana y financiado por la Compañía Beck & Herzog, en 1884 arribó a Misiones el botánico y naturalista suizo Moisés Bertoni liderando a unos 30 suizos -estos representaron menos del 1% del total de inmigrantes de ese origen llegados a Misiones hasta 1939-. Originario de Lottigna-Suiza, Bertoni se entrevistó con el entonces presidente del país Julio Argentino Roca quien puso a su disposición los recursos necesarios para “viajar” y “colonizar” Misiones; sin embargo, este emprendimiento no progresó y finalizó con el traslado de Bertoni y su grupo de inmigrantes a Paraguay después de cuatro años (Baratti y Candolfi 1999: 48-51). Algunas de las causas que explican el fracaso de la colonia pueden ser atribuidas a la falta de intervención del gobernador de Misiones Rudecindo Roca, pese a reiteradas gestiones de Bertoni reclamando el otorgamiento de tierras de mayor fertilidad para la realización de plantaciones de caña de azúcar y con una ubicación en cercanías a los puntos de embarque (AGM 1884: 207-221)

En el año 1887 desembarcó en Argentina el médico y catedrático Francisco Machón y, decidido a quedarse en el país, “aprobó los exámenes para la obtención del diploma argentino en la Universidad de Córdoba” (Machón 2013:11). Financiado por el Barón de Hirsch12, emprendió en 1891 un viaje por Misiones y Paraguay producto de cuya estadía escribió varios trabajos publicados años más tarde en Suiza vinculados con la yerba mate, a la población de Misiones y a las cataratas del Iguazú a las que describió exhaustivamente.

Un año después de este recorrido, inició una exploración por la Patagonia junto a Santiago Roth13: “La misión que me había sido encargada” -escribía el Dr. Machón en 1893 tras retornar de su viaje- “era la de buscar en la vasta soledad que se encuentra entre el Río Negro y el Chubut, tierras con probabilidad de ser colonizadas en gran escala”. De este viaje “trajo […] marcadas y raras colecciones etnográficas que donó al Museo de Historia Natural de Neuchatel y a otros museos” (Feuille d´avis de Lausanne, 1948)

El Dr. Machón tuvo una gran influencia en los ámbitos universitarios de Suiza y Francia. Además de los trabajos de su autoría que tuvieron amplia difusión en los ámbitos académicos -entre ellos Le Mate publicado en 1904 en el Bulletin de la Societe Vaudoise de Sciences Naturelles y más tarde, Le Territoire de Misiones et La cultura du Mate publicado en 1927 en el Bulletin de la Societe Neuchateloise de Geographie- entre las dos últimas décadas del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se difundieron otros estudios acerca de las características de la yerba mate -botánica, historia de la planta, técnicas de secado, propiedades medicinales, entre otros- publicados en los ámbitos académicos de Ginebra, Lausana, París y Dijon.

En tanto, en el año 1899, financiado por un sector de los terratenientes vaudienses, emprendió un viaje similar el suizo Eugenio Lagier quien se cree entró en contacto con Misiones tempranamente a partir de las expediciones que su padre efectuó en el año 1888 (entrevista a Jerónimo Lagier 2015). Decidido a convertirse él mismo en colono, compró tierras en Calchín, Córdoba, donde se instaló tras contraer matrimonio. Años más tarde, conociendo la rentabilidad que en Misiones comenzó a tener el negocio de la yerba mate, adquirió una propiedad en Candelaria; de este modo, entre Córdoba y Candelaria transcurrieron los primeros años del siglo XX de Eugenio Lagier y fue en este contexto que comenzaron sus primeras vinculaciones con Julio Ulyses Martin y con los hermanos suizos Eugenio y Ernesto Addor14, todos ellos de nacionalidad suiza y plantadores de yerba mate. En 1913, se trasladó definitivamente con su familia a Candelaria, aunque sin desvincularse de su anterior propiedad.

Para 1919 decidió incursionar en la empresa colonizadora. Asociado al santafesino Luciano Leiva, compró tierras de un obraje perteneciente a María Teodosia Roca, hija de Rudecindo Roca, y planificó allí la colonia yerbatera suiza de Santo Pipó. Una vez efectuada la compra, Lagier y Leiva realizaron un fraccionamiento en lotes de 100 hectáreas en promedio. El tamaño de los lotes -que era cuatro veces superior que el efectuado Puerto Rico- fue uno de los indicadores del perfil socio-económico de quienes allí se asentarían tratándose más bien de inversores de capital que del típico inmigrante pobre de Europa de finales del siglo XIX. Comenzada ya la empresa colonizadora, Lagier no solamente se limitó a informar al gobierno de Suiza acerca de la fertilidad del suelo misionero y de las bondades del cultivo de yerba mate, sino que incentivó a que otros jóvenes lo sigan en la gesta.

Una trayectoria destacada en el cultivo de yerba mate y en la formación de colonias la tuvo Julio Ulyses Martin. Inmigrante suizo proveniente del cantón de Vaud, ingresó al país en diciembre de 1885; sin embargo, “al llegar a la capital argentina, los azares del viaje han reducido sensiblemente el nada espléndido capital del joven suizo”; de este modo, en un territorio nuevo, Martin contaba con “tres elementos nada desdeñables: juventud, educación y carácter”. No permaneció mucho tiempo en Buenos Aires dado “su espíritu curioso y emprendedor” y viajó a Mendoza donde visitó grandes viñedos. Hacia 1895 retornó a Buenos Aires para inmediatamente partir hacia Asunción-Paraguay donde, tras incursionar en la industria harinera, comenzó a comprar tierras en las regiones yerbateras de Paraguay y en Misiones-Argentina (Martin 2004: 45)

Hacia finales del siglo XIX, estando aún en Paraguay15 y con intenciones de invertir en plantaciones intensivas de yerba mate, el presidente Julio Argentino Roca le escribe: “Usted, señor Martin, se propone hacer en el Paraguay lo que nosotros necesitamos hacer aquí. Hace mucho tiempo pienso en este asunto. […] si usted realmente comprende este problema, plante yerba mate en nuestro país y haga sus plantaciones en nuestras colonias en Misiones” (Martin 2004: 48)

Para comienzos del siglo XX, Martin inició sus plantaciones en San Ignacio, Misiones, junto a su compatriota Pablo Allain16 siendo un pionero en la actividad. Pronto, otros suizos fueron sumándose al cultivo yerbatero, entre ellos el mismo Eugenio Lagier y los hermanos Addor. Julio U. Martin promocionó -al igual que lo hizo Eugenio Lagier en Santo Pipó pocos años antes- la inmigración de compatriotas suyos en suelo misionero para la realización de plantaciones de yerba mate; de esta manera, para 1925 encomendó la mensura de 4 mil hectáreas de sus tierras del Alto Paraná al suizo Pablo Haselbach para la formación Oro Verde (Gallero 2009b: 35). Con el nacimiento de esta colonia, Martin logró cumplir dos objetivos al mismo tiempo: promocionar las plantaciones de yerbales y favorecer el asentamiento de inmigrantes suizos en territorio misionero.

Con los emprendimientos colonizadores de Eugenio Lagier y de Julio Ulyses Martin se inició una nueva etapa de la inmigración suiza hacia Misiones que se vio favorecida con la rentabilidad que tuvo hasta finales de la década de 1920 el cultivo de la yerba mate.

CONSIDERACIONES FINALES

La llegada de inmigrantes suizos hacia el Territorio Nacional de Misiones representa una temática que aún genera numerosas hipótesis y demanda muchas respuestas. Focalizando nuestra atención en los suizos que llegaron durante las dos últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, este artículo analizó las formas que adquirió la presencia de inmigrantes de ese origen en el territorio misionero y los factores que los impulsaron a emprender dicha empresa.

Este fenómeno inmigratorio no fue sólo el resultado de la combinación de factores económicos, sociales y demográficos sino también políticos. A la crítica situación del sector agrario suizo a finales del siglo XIX y la escasez de tierras como factores de expulsión de población debe sumársele las políticas impulsadas por el Estado argentino en general y por Misiones en particular que propiciaron el asentamiento de inmigrantes europeos en el territorio.

En el contexto de la inmigración masiva en Argentina entonces, Misiones se perfiló como un escenario propicio para la colonización. La incorporación de nuevos territorios a ser colonizados generó la preocupación por recopilar más información sobre ellos y una de las formas de hacerlo fue a través de viajes y exploraciones. Las narraciones de viajes surgidas sirvieron como forma viable de relevar datos acerca de las características de los lugares visitados y de los recursos con que contaban a los fines de evaluar la posibilidad de poblar el territorio.

En el caso de los viajes efectuados por suizos, éstos adquirieron características distintivas de acuerdo con los objetivos perseguidos en cada caso. Así, Moisés Bertoni junto al grupo de inmigrantes suizos que lideró, vinieron con intensiones claras de formar una colonia pero re emigraron hacia Paraguay tras el fracaso de su emprendimiento en territorio misionero. Distintos fueron los casos del Dr. Francisco Machón y de Eugenio Lagier quienes, tras sus primeras vinculaciones con Misiones a partir de los viajes que realizaron con financiamiento de capitales extranjeros, se radicaron como agricultores. Varias experiencias similares fueron vividas por estos inmigrantes: podemos mencionar los viajes previos por otros lugares de Argentina efectuados por el Dr. Francisco Machón, Eugenio Lagier y Julio Ulyses Martin; los dos últimos casos, además, formaron compañías de colonización e incentivaron a compatriotas suyos a venir a efectuar plantaciones de yerba mate en Misiones.

Analizar en este sentido la presencia de suizos en territorio misionero durante finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX resulta relevante en dos sentidos: por un lado, por las visiones que éstos presenten acerca del territorio visitado y, por el otro, porque a partir de su estadía en esas tierras comenzó a gestarse una red de relaciones que tendría gran importancia a comienzos de la década de 1920 en la formación de colonias yerbateras con inmigrantes de ese origen.

Notas

1. Acerca de colonización suiza en Entre Ríos véase Álvarez (1984) y Gori (1988) y en Santa Fe Gori (1988) y Schobinger (1957)

2. Feuille d´avis de Lausanne (1948), Machón (1904), Machón (1927); Lagier (1888); Ackerson-Addor (2001); Martin (2004)

3. Las entrevistas semi-estructuradas son un punto intermedio entre las entrevistas estructuradas y las abiertas; si bien con las primeras comparten la existencia de un cuestionario prediseñado, se distinguen de éstas por la “posibilidad de modificar ese guión en el desarrollo de la entrevista para aprehender aquellas cuestiones no previstas” pero igualmente importantes en la investigación (Vega, 2009). Entre los entrevistados podemos citar a Jerónimo Lagier, Guido Lagier, Oscar Alemann, Estela Gentilduomo de Lagier; Adriana Machón.

4. Este artículo de la Constitución de la Nación Argentina señala que “el Estado promoverá la inmigración europea”. Con ello –diría Gerardo Halpern (2009: 27) -se especuló “con la posibilidad de generar el sujeto deseado por las clases dominantes de la Argentina. En el europeo “ilustrado”, se busca al sujeto que se quiere ser”.

5. La ley de inmigración y colonización de 1876 consideró como sinónimos los términos de inmigrante y extranjero pero solamente para el caso de aquellos que ingresaron “en buques de vapor o de vela” provenientes de los “puertos de Europa o de los situados de cabos afuera”; además de esta primera caracterización, el inmigrante era aquel que ingresaba al país en segunda o tercera clase. “La discusión no es para nada ociosa –dice Fernando Devoto (2009: 31-32) –. Considerar inmigrantes solo a los que venían en tercera clase significa asociar estrechamente la noción a aquella de pobreza relativa y a la imagen […] de campesinos europeos que se desplazaban de Europa a América”.

6. El período 1832-1881, Misiones quedó “disuelta de hecho y de derecho” y su territorio quedó bajo la jurisdicción de la provincia de Corrientes (Gallero 2009a: 29)

7. Para el año 1894 el gobierno nacional logró dejar sin efecto algunas de esas ventas por no cumplir estas con las mensuras correspondientes (Larguia 2006: 114)

8. A mediados de la década de 1930, sin embargo, esta coyuntura favorable para el cultivo de yerba mate cambió debido a una fuerte crisis que se desató sobre el sector que desembocó en la creación de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate –CRYM– el 04 de octubre de 1935 por ley Nº 12236. Este organismo cargó con un impuesto de $4 por cada nueva planta de yerba y reguló las podas de las ya existentes (Zang 2013:40)

9. Una nueva fase migratoria se inició en el contexto de una fuerte crisis económica que asoló a Suiza hacia mediados de 1930; el gobierno de este país recurrió a la emigración como forma de aliviar la fuerte presión social ocasionada por la desocupación.

10. Véase Arenas (1991), Perazzi (2009), Navarro Floria (2005), Hoffmann (2008), Valko (2008) y Olivera (2012)

11. Arquitecto paisajista nacido el 12 de mayo de 1836 en Berna, Suiza. Hacia 1860, junto a un grupo de científicos alemanes, llegó a la Argentina convocado por Sarmiento para promover el desarrollo de las Ciencias Exactas y Naturales en el país integrándose en 1890 al recientemente fundado Museo de La Plata. Como viajero-pintor, acompañó en 1892 a Juan Bautista Ambrosetti en su viaje a Misiones donde retrató en dos oleos las cataratas del Iguazú.

12. El Barón de Hirsch fue un empresario, banquero y filántropo de origen alemán quien, por medio de la Jewiss Colonization Association, impulsó la emigración de compatriotas suyos para la formación de colonias en Canadá y Estados Unidos mientras que a la Argentina consideró como meta para ubicar a “miles de judíos próximos a ser expulsados de la Rusia Zarista” (Machón en Machón y Juaréz Comp 2013:9)

13. Conocido geólogo suizo nacido en Zurich en 1850. Después de trasladarse junto a su familia al cantón Saint-Gall (San Glaro), emigró a la colonia suiza de Baradero en Argentina hacia 1866 y para 1871 se instaló en Pergamino, Buenos Aires. Regresó a Suiza para estudiar geología en el Politécnico de Zurich y, tras graduarse a los 23 años, volvió a la Argentina donde tuvo importantes contribuciones como buscador y coleccionista de fósiles, topógrafo y naturalista.

14. Proveniente del cantón de Vaud, Eugène Emanuel Addor emigró a Paraguay en 1890 y para 1904 lo siguió su hermano menor, Ernest Francois (Ackerson-Addor 2001: 31-33)

15. En Paraguay, tomó conocimiento de los resultados favorables que obtuvo un inmigrante de origen alemán –Federico Neuman– con la siembra de yerba mate, práctica que hasta ese entonces se había tenido por perdida tras la expulsión de los padres jesuitas en 1776.

16. Yerno de Juan José Lanusse, Gobernador del Territorio Nacional de Misiones entre 1896-1905. Ingeniero Agrónomo egresado de la escuela de Montpellier, dirigió en San Ignacio el establecimiento “La Plantadora S.A.” –en sociedad con capitales de la familia Lanusse, suyos propios y de otros- de la que se desvinculó más tarde para dedicarse al emprendimiento de Otto y Federico Bemberg quienes contaban con más de 25.000 hectáreas de tierras en la confluencia del arroyo Uruguaí, sobre el río Paraná al norte del territorio de Misiones. Sin embargo, su trabajo para la empresa Bemberg la realizó desde Buenos Aires mientras que su encargado del trabajo de campo fue el suizo Ernesto Addor.

REFERENCIAS

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Fuentes

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Fuentes orales

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