RESEÑA
Navarro, Federico (coord.) y otros. Manual de escritura para carreras de Humanidades. Prólogos de Charles Bazerman y Liliana Cubo de Severino. Buenos Aires: FILO: UBA Colección Sol de Noche SN, 2014, 364 pp. 1ª ed.
Juana Porro
jnporro@gmail.com
CURZA - Universidad Nacional del Comahue. Argentina
Recibido: 06|03|15
Aceptado: 18|03|15
Las prácticas letradas en los estudios de nivel superior conforman un problema central para los alumnos y docentes que actúan en este nivel educativo debido a que suelen ser la causa principal de deserciones tempranas, desgranamiento, desaprobaciones, lo que deriva, muchas veces, en el no saber qué hacer del docente. Estos problemas, en los últimos años, han sido motor de numerosas experiencias y de escritos sobre alfabetización académica, enseñanza remedial, etc., que proponen estrategias y modos de enfrentar la lectura, la escritura y la oralidad en el cursado de las carreras terciarias y universitarias.
En este contexto surge el Manual de escritura para carreras de Humanidades, un libro escrito por un equipo de investigadores y docentes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y coordinado por Federico Navarro que, a diferencia de otros manuales de escritura, se ancla en la relación estudios humanísticos, géneros y disciplinas, Destinado a estudiantes de carreras de grado, se organiza con una introducción y tres partes que desarrollan el aprendizaje de los géneros de formación. Cada parte ofrece secuencias didácticas nutridas de textos teóricos y testimonios de estudiantes que se caracterizan por la brevedad, actividades exploratorias, definiciones, guías de distinto tipo, explicaciones, interrogantes para la discusión, esquemas para completar.
La Introducción, además de informar sobre el contexto de producción del libro y su contenido, expone la relación existente entre géneros discursivos y enculturación disciplinar y revela la intención de contribuir con una didáctica de la lectura y la escritura para la educación superior. Federico Navarro, demuestra la necesidad de que los alumnos se apropien de las prácticas letradas según las retóricas de las disciplinas y justifica este abordaje desde los aportes de Bajtín y de la Escuela de Sydney, pilares que permiten ampliar y democratizar el acceso a recursos semióticos de la esfera académica. A juicio de Navarro, las misiones de alfabetizar y aculturar que el nivel superior reclama al estudiantado respecto de los ‘géneros de formación’ constituyen una imperiosa necesidad frente a los problemas ya enunciados.
La Parte I se compone de un extenso capítulo sobre conceptos básicos relativos a las prácticas de lectura y escritura de géneros académicos. F. Navarro y Ana Brown desarrollan una primera secuencia que va del lenguaje en uso a los géneros, de los géneros a las prácticas retóricas y epistémicas, del discurso académico a la cuestión del ingreso universitario, en torno de una idea-síntesis: ‘se necesita aprender a leer y a escribir para aprender las disciplinas’.
La estructura interna de este capítulo, que se irá repitiendo hasta el noveno, resume eficazmente la propuesta metodológica: secuencias didácticas conformadas por introducción, lectura, ejercitación, sistematización y bibliografía, orientadas al empoderamiento del alumno. Estas secuencias parten generalmente de interrogantes básicos y discusiones a priori hacia la lectura reflexiva, y luego, desde la ejercitación hacia la sistematización de lo aprendido: un proceso que ofrece al estudiante un método de aprendizaje accesible y apropiable. Y en esta construcción metodológica reside una parte del atractivo que posee el libro, fundamentalmente, en un contexto de prácticas educativas permeable al uso de múltiples estrategias que no siempre responden a diseños metodológicos validados por la investigación.
La Parte II presenta cuatro capítulos. Lucía Natale y Daniela Stagnaro son las autoras de los capítulos 2 y 3. Uno se refiere al género discursivo “parcial presencial” y pone en foco el tema de la evaluación en la universidad. A partir de actividades variadas y novedosas plantea el valor y sentido de las consignas y de las operaciones discursivas. El otro aborda el género “parcial domiciliario” con propuestas para que el alumno compare con el género anterior, analice el matiz diferencial de ambas situaciones comunicativas, detecte errores en su resolución y se prepare para intervenir con más conocimiento y autonomía. Aunque destinados fundamentalmente al alumno, como en todo buen manual, estos capítulos favorecen la reflexión del docente universitario sobre sus modos de enseñanza y, especialmente, de evaluación.
El capítulo 4, de Juan Pablo Moris e Inés Gimena Pérez, está dedicado a la “monografía”. Este género, emparentado con la escritura de investigación, se va abordando comparativamente con otros géneros lindantes como el informe de lectura, el ensayo o el artículo científico, a través de variadas actividades que problematizan conceptos teóricos y cuestiones prácticas. Las relaciones entre enunciador y enunciatario, fuentes, citas, voces, polifonía, son ejes claves para formular el problema de personalización y despersonalización en la construcción discursiva.
En el capítulo 5, Rubén Pose y Miranda Trincheri desarrollan el género de formación tal vez más antiguo y menos estudiado, el “examen final oral”, que puede ser contrastado con el de “clase magistral”. Para ello interpelan a los alumnos sobre la oralidad en general y la oralidad académica. También rescatan la noción de metadiscurso interactivo e interaccional y su importancia en la comunidad académica, con el fin de orientarlos en el uso de recursos metadiscursivos. Aunque en parte este género sale del campo de la escritura, es interesante su inclusión por los alcances que tiene a lo largo de toda la formación de grado.
La parte III es la de mayor especificidad porque reúne cuatro capítulos destinados a los géneros académicos de disciplinas del área de Humanidades (Historia, Letras, Filosofía y Educación).
El capítulo 6, escrito por Irina Alzari, Julián D’Alessandro y Maricel Radimisnski, trata la “reseña académica” de formación en Historia y su relación con la reseña académica de expertos. Si bien se vale de continuos ejemplos pertenecientes a la Historia, gran parte de lo que ofrece el capítulo resulta de utilidad para otras disciplinas humanísticas.
El capítulo 7 tiene como autores a Patricia Escandar, Marina Peuani San Román y Matías H. Raia. Desarrolla el tema de la lectura para enfrentar parciales y monografías de la formación en Letras. Las nociones de cadenas léxicas, campos semánticos, puesta en relación de los textos e hilos de lectura aparecen como facilitadoras de la tarea a emprender por el estudiante. De la bibliografía utilizada para el tema específico se destaca el libro de Narváez Cardona y Cadena Castillo, especialmente el capítulo de Mireya Cisneros Estupiñán.
Con el capítulo 8, María Esther Faiad propone el género “informe de trabajo de campo” en instituciones educativas. Lo plantea como otro género de formación que proyecta a los alumnos frente a la investigación cualitativa y el uso de fuentes, género cuyo aprendizaje también podrán lograr examinando su relación de parentesco con la monografía.
Florencia Cappolecchia es la autora del Capítulo 9, destinado a las prácticas disciplinares de lectura de textos de Filosofía. En su recorrido y con la producción de las tareas previstas, el alumno aprenderá qué le corresponde hacer al docente como facilitador de estas prácticas y cómo analizar y responder las consignas de lectura. Es interesante aquí la propuesta de elaborar, a partir de breves testimonios de docentes y alumnos, un instructivo de lectura que contemple los objetivos de una determinada cátedra.
En síntesis, este volumen, con constantes movimientos recursivos que tejen relaciones entre géneros, entre capítulos y entre prácticas, demuestra un nutrido trabajo grupal de pensamiento y experiencia en la temática, cuyo fin último es facilitar el proceso de enculturación de los estudiantes de grado. Y en sus amplios alcances, sólo está ausente el tópico de las prácticas letradas en relación con la cultura digital.
Destaco, en primer término, el hecho de que el Manual deviene del resultado de una investigación sobre prácticas concretas de enseñanza y aprendizaje de escritura de géneros que el alumno produce. En segundo término, que la propuesta derivada para enseñar y aprender los diversos géneros se nutre del enfoque WAC, orientación que permite a los autores elaborar atractivas secuencias didácticas. En tercer lugar y ligado con lo anterior, que al alumno pensado como destinatario del Manual se le proponejugar un papel activo respecto de su aprendizaje, un ir siempre más allá de la mera información. Debe relacionar; comparar; elaborar respuestas, textos, instructivos; discutir; fundamentar; hurgar en la retórica de los estudios universitarios y discernir aspectos de la teoría y la práctica que faciliten su proceso de enculturación. En cuarto término, la impronta de interpelación que el Manual ejerce sobre nuestra condición docente para investigar más sobre lo enseñado y sobre lo aprendido por nuestros alumnos; para involucrarnos de otro modo en el monitoreo y el mejoramiento de nuestra metodología de enseñanza de disciplinas humanísticas. Y por último, destaco su eje central: la escritura en relación directa con la especificidad de un área de conocimiento y de los trabajos que cada área demanda.
No es casual que las dos voces que nos introducen al Manual y lo validan pertenezcan a dos notorios expertos en lectura y escritura académica: Charles Bazerman y Liliana Cubo de Severino. Por un lado, uno de los mejores especialistas en el estudio y la enseñanza de la escritura con foco en los géneros discursivos y la retórica de la ciencia, el creador del enfoque WAC (Writing Across the Curriculum), cuya influencia permea el libro. Por el otro lado, la fecunda autora de libros y artículos centrados en la lectura, la escritura y los géneros de experticia, cuyas huellas también se visibilizan en el andar por los capítulos. Y en relación con estos referentes, un último indicio de la calidad de esta contribución, un pequeño regalo para los estudiantes de Humanidades, está en la voz de Bazerman, cuando les anticipa cómo será “el encuentro con las lentes mágicas de la disciplina”.