RESEÑA

 

Aymará de Llano. Calentar la tinta. Moro, Adán, Miranda. Estudio y selección de poemas. Mar del Plata: EUDEM, 2014, 206 pp.

 

María Teresa Sánchez
samariateresa@gmail.com
CURZA - Universidad Nacional del Comahue. Argentina

Recibido: 18|02|15
Aceptado: 10|03|15

 

Calentar la tinta. Moro, Adán, Miranda de Aymará de Llano es, en principio, una interesante propuesta para leer, en una antología, tres exponentes de la poesía peruana. La poética y los textos de César Moro, Martín Adán y Ezequiel Miranda son mirados y analizados por la autora en tres partes conformadas por un estudio preliminar que antecede los textos seleccionados. Asimismo, la edición de referencia cuenta con una presentación a cargo de la antóloga y un prólogo del investigador peruano Gonzalo Espino Relucé quien marca la trayectoria de de Llano en las letras de su país y, en especial, reconoce la originalidad en su trabajo crítico.

Para la presentación, de Llano utiliza un título que retoma, en parte, el del volumen: Calentar la tinta. Tal como lo puntualiza a pie de página, el verso pertenece a César Vallejo y, a medida en que vamos transitando la antología, observamos que funciona como un enclave para ubicar al estudio crítico y la selección poemática en el campo de la literatura peruana. Desde el principio, se enuncian las diferencias sustanciales de los tres poetas elegidos que luego serán ampliadas en los ensayos preliminares. La propuesta, según expresa de Llano, es hacer una lectura alternativa, superando las homogeneizaciones tradicionales. Si bien cada poética será pormenorizada, advertimos que la relación ser/ existencia/ escritura es el eje de sus lecturas. De este modo, Martín Adán es presentado como el poeta que expresa el vacío del ser desde un sujeto torturado en un abismo ontológico. César Moro, retratado como poeta carnal y apasionado, funda su poética en el lenguaje. Por una parte, las dos poéticas se sintetizan para manifestar las relaciones con las vanguardias, pero, fundamentalmente, advierten sobre las diferencias con la poesía de Miranda. Al enunciar estas distancias, la autora, también, enfatiza su desafío metodológico: superar la tendencia de la crítica a establecer regularidades, proponiendo otra circulación de sentido: un ejercicio de crítica heterogénea que permita generar un movimiento inclusivo, no excluyente.

El estudio dedicado a César Moro se titula: “Lectura afásica y sus perspectivas embriagadoras” y en este apartado se resume el espíritu de las vanguardias como estéticas preocupadas por renovar los materiales de escritura. Se recuperan los postulados vanguardistas para introducir el análisis de los poemas, caracterizados por un juego retórico entre imágenes poéticas y técnicas del collage. Esta particularidad es señalada como un aspecto altamente renovador. Los procedimientos se analizan al detalle, en especial para evidenciar las rupturas que el poeta hace desde esa comunicación intersemiótica. De este modo, de Llano nos invita a repensar la tradición, ofreciéndonos una lectura de las estrategias rupturistas como modos de provocación, noción materializada en Moro. Textos de Cartas de Antonio y de La tortuga ecuestre son los elegidos.

La poesía de Martín Adán es analizada a partir de la originalidad con que trabaja formatos líricos tradicionales como el soneto. Bajo el título “Martín Adán. Hacia un vacío de sí.”, el estudio destaca los poemas que, cargados de palabras llenas de contenido, muestran el vacío al plasmarse en la construcción poética. Se van marcando las filiaciones con la estética barroca para subrayar las operaciones renovadoras. En este sentido, resulta interesante el anclaje en los epígrafes al repensarlos como amplificadores de sentido, núcleos temáticos y nuevas formas de expresión. Su función está relacionada con la autoconstrucción del sujeto poético que la autora analiza en los dos poemarios elegidos para la antología: La mano desasida y Escribir a ciegas. Asimismo, merece destacarse que, si bien la presencia de Maurice Blanchot ronda el volumen, en éste se particulariza cuando lee la relación entre el sujeto, construcción del vacío y escritura en La mano desasida. Por otra parte, sus miradas sobre Escribir a ciegas nos permiten repensar el lenguaje poético como expresión del yo/ ser/ existencia y la función de la escritura.

Con la frase “El estar y el ser en una poética militante” se presenta la estética de Efraín Miranda. El tratamiento de la marginalidad se constituye en el punto de partida para resaltar cómo Efraín Miranda prestigia su pertenencia y propone una reversión simbólica de ese escenario de marginalidad. Se rescata la conformación de un poeta que observa la realidad y muestra los dos mundos desde una perspectiva completamente andina pero con un conocimiento cabal y refinado de la otra realidad occidental y contemporánea. En particular, se focaliza en Choza y Padre sol. En ambos, el concepto de sujeto migrante contribuye a entender la construcción de enunciador, representado por la conciencia de estar en una etapa crítica, en el que el idioma continúa siendo un tema de conflicto. En este sentido, el estudio sobre el uso de la ironía resulta un tramo interesante de la crítica de De Llano porque permite dimensionar las operaciones con las que el poeta registra la cultura occidental.

La antología de de Llano resulta, en definitiva, una travesía entre el acto de lectura y de escritura. Su propia lectura y su acertado desafío metodológico nos invitan a visualizar la diversidad de la poesía peruana, en primera instancia y por sobre todo, son una puerta para acceder a emergentes excluidos del canon. Un acto de escritura, el de los tres poetas leídos por de Llano y plasmados en este estudio y selección que es revisión de las vanguardias latinoamericanas desde el campo peruano, panorama de posibles relaciones entre la tradición y la ruptura y, fundamentalmente, una clave de lectura para leer el lenguaje poético.